Capítulo 10 - Mi musa

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La música fluía y se escuchaba por todo el salón. Intenté relajarme y dejarme llevar por ella, pero algo le faltaba, algo la hacía sonar incompleta y me sentía frustrado. No podía tocarla para ella así, quería que Sakura sintiera todo lo que yo había sentido al conocerla cuando la escuchara, cada emoción, cada sentimiento... cada anhelo.

Era estúpido seguir negando algo que estaba más claro que el agua. Ella me gustaba, Sakura era mi musa, mi inspiración. Su risa y su voz estimulaban mi imaginación a niveles incalculables, tratando de imaginar su rostro, sus labios... ¡Diablos! Lo que daría por tocarlos por lo menos, para poder saber cómo eran. Resoplé frustrado y volví a comenzar a tocar una vez más, incrementando la velocidad.

No solo me sentía así por la música, también estaba el sentimiento de inferioridad que sentía cada vez que algún chico hablaba de ella. Pensaba que esa clase de sentimientos habían muerto hace tiempo, pero todo se había avivado de repente.

¡Maldición! ¡Sí! ¡Estaba muriendo de celos! No solo profesores, también había escuchado varios estudiantes hablar de ella en plan de conquista y eso me encrespaba los nervios. Más que todo porque yo no tenía ninguna oportunidad si me comparaba con ellos y no me estaba refiriendo a que ella fuera a rechazarme si me decidía a dar el paso... porque últimamente se me había hecho obvio que yo no le era indiferente... me refería al hecho de que yo no tenía mucho que ofrecerle y no podía condenarla a estar con alguien como yo. Por eso no podía dejar que sus sentimientos se desarrollaran mucho más allá... por mucho que me doliera.

Yo era una persona que había logrado mucho a pesar de mi discapacidad, pero siempre sería una persona incompleta y había cosas que yo no podría hacer por ella, cosas que otro sí haría con gusto.

Por eso, había decidido marcar un límite entre ella y yo. Le había puesto un nombre a nuestra relación y le había dejado en claro que éramos "amigos" aunque la maldita palabra me dejara un mal sabor de boca cuando se la dije.

Mis primos iban a matarme cuando supieran eso porque habían quedado encantados con Sakura, en especial Meilin. Cada vez que llamaba lo primero que hacía era preguntar por ella... Rayos... Mei iba a asesinarme cuando supiera que me había mandado yo mismo a la famosa friendzone.

Suspiré resignado y dejé de tocar... Todo me estaba explotando en la cara o eso era lo que sentía y quizás por eso no podía lograr dar con el problema de mi música.

Muchos dirían que la opción más viable en momentos así era hablar con alguna persona... y lo había hecho, pero la espina que había quedado clavada en mi pecho desde la última llamada de Eriol, hace dos días, era bastante molesta. Él no era tonto y se había dado cuenta de inmediato de mi atracción por ella. Cuando me lo dijo, su tono era feliz y alegre... pero no se mantuvo así cuando me mostré reacio a su idea de "declararle" mis sentimientos a ella.

La luz que me guía en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora