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| lado a
La última semana había sido...complicada. Todos corrían de un lado a otro, desesperados y con cantidades industriales de café en el cuerpo.
Al día siguiente, el equipo partiría a una recreación de la granja en donde Queen grabó "A Night at the Ópera". El lugar estaba ubicado a unas cuatro horas de Londres.
Nina estaba en el taller terminando de hacer trabajos de costura y estilismo. Celia le había estado siguiendo el rastro y desde que la diseñadora le negó la chance de acompañarlos en el viaje, la relación era cada vez más tensa.
Al no haber extras, todos los arreglos que estaba llevando a cabo era para el intérprete de Roger Taylor, al cual había estratégicamente evitado la semana que pasó luego del cumpleaños de Ben.
Después de todo, Nina era muy buena en eso. Claro que lo más lógico era que en algún momento se tengan encontrar, no dejaban de trabajar en el mismo lugar.
-Hey, Romano- exclamó el inglés entrando. Su voz era algo tímida.
Nina levantó la vista de la máquina. Ben llevaba puesta la peluca, aunque esta era algo más corta. Debajo de una campera negra Nike, se dejaba ver la camisa blanca con los primeros botones sueltos.
-Me dijo Celia que hay que terminar de probar unas cosas- agregó. Ella asintió. -Sí, supongo que te las probará ella, en la sala de vestuario- remarcó. Ambos sabían que en el taller no era lugar para pruebas de vestuario.
Un silencio incómodo se apoderó entre ellos, aunque hubiera varios murmullos rellenando la sala.
Ben tosió para limpiarse la garganta. -Nina ¿podemos hablar?- preguntó, en un tono más bajo. -¿De...?- intentó sonar desinteresada. -¿Vos sabés que los celulares tienen registro de llamadas, no?- Ben le cortó el juego y fue directo hacia la raíz.
La estúpida llamada borracha.
Nina se tragó su orgullo y se levantó, guiandolo hacia un lugar más privado, como en ese momento lo era la sala de utilería.
El lugar estaba totalmente vacío y bastante abandonado, como si solo tiraran los materiales usados allí.
Se sentó en una banqueta y le hizo un gesto con la mano para que hablase.
-¿Puedo saber a qué se debió tu llamada a las cuatro de la mañana? ¿Y por qué desapareciste de la fiesta?- su voz mostraba auténtico interés.
Nina rodó ligeramente los ojos, pero Ben lo notó. -Como si no lo supieras...- murmuró entre dientes. -¿Qué?- se acercó él, para escuchar mejor. -Nada, estaba aburrida y después estaba borracha. Quise llamar a Úrsula y apreté cualquier cosa- mintió- Perdón por interrumpirte- finalizó. La muchacha se paró y caminó en dirección a la salida.
