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-Explicame otra vez de quién es esta casa- Nina bajó del auto con dificultad. Borcegos con taco, vestido corto y nieve en la vereda no eran una buena combinación. El frío de la noche la golpeba mientras ella ajustaba con mas fuerza su bufanda.
- De Jaime, trabaja en la parte de peinados- respondió Ursula, uniéndose a ella una vez abajo del auto.
Las dos amigas se encontraban a las afueras de la ciudad a punto de entrar a una fiesta de Navidad que habían organizado en el set. Si bien faltaban varios días para las fiestas, debían aprovechar al máximo cualquier día libre que les diesen.
-Y explicame otra vez como me invitaron acá- re-preguntó, tocando el timbre. -No te invitaron, vos estás viniendo de colada conmigo porque querés comer y alcoholizarte gratis- Úrsula bromeó, aunque tenía razón. Nina quiso contestar pero fue interrumpida por el saludo del dueño.
El lugar estaba repleto de gente. La mayoría estaban sentados, dispersos en el living y la cocina, aunque algunos ya estaban bailando al ritmo de la fuerte música. A pesar de la baja luz, Nina reconoció algunas caras conocidas mientras caminaba detrás de su amiga.
-Pueden dejar los abrigos en las habitaciones de arriba y ¡disfruten la fiesta!- exclamó Jaime señalando la escalera para luego irse.
El lugar estaba calefaccionado, sin embargo el calor le recorrió el cuerpo al verlo a Ben en la barra, junto a Joe y Gwilym.
¿Por qué algo tan simple como un pantalón chupín negro y una remera manga corta gris le quedaban tan bien con su pelo rubio ligeramente despeinado? Cosas que Nina nunca iba a poder responder (ni tampoco dejar de mirar).
Se quitó la campera, que reveló el vestido de mangas largas que llevaba debajo. Úrsula la tomó del brazo y la llevó hacia ellos, Nina podía ver la emoción en su cara.
Al saludarse, Ben le dedicó una sonrisa y Nina notó como la chequeaba de arriba abajo. Hablaron un rato, hasta que eventualmente quedaron solos. La situación no era incomoda, pero luego del beso no habían vuelto a tener una conversación. Los chicos filmaban y ensayaban escenas hasta tarde y Nina había sido movida momentáneamente a la parte de taller. Y la verdad que ahora les estaba costando bastante tener una.
-Me aburro, Hardy. ¿A esto los ingleses llaman una fiesta?- exclamó ella, sin mirarlo. Ben rodó los ojos ante el último comentario. -Yo también. ¿Alguna idea?- respondió, dándole un trago a su cerveza.
Miraron a su alrededor. Las luces se habían apagado por completo y solo se veían destellos de las decoraciones y flashes en neón. En ese momento, detrás de ellos se oyeron disculpas nerviosas y algo torpes. Al girar, vieron a Úrsula y Gwilym actuando como tontos.
Los dos jóvenes se miraron y se les iluminó la cara. -¿Emborracharlos y hacer que se besen de una vez es una opción?- preguntó Nina, rosando una actitud de inmadurez. -Usted es diabólica, señorita Romano- respondió él con una media sonrisa.
