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| lado b
Nina abrió la puerta del camerino de Ben sin pedir permiso. En sus manos llevaba su celular con los auriculares colgando.
Las filmaciones habían avanzado, lo que significó no ver al inglés en toda la mañana. El almuerzo fue el pequeño respiro para ir a hablarle.
-Ok Ben- habló una vez adentro, sin dejar de mirar el teléfono- vi muchos vídeos de este tipo y en todos los falsettos tiene pinta de haberse dado con crack, así que la solución es parecer todo drogado...
El rubio se dió vuelta pero al reconocerlo Nina dejó escapar un grito silencioso.
-Yo también estoy bastante seguro que mi papá se drogaba, aunque él me lo niegue todo el tiempo.
Oh por dios.
Estúpido y sensual Rufus Taylor.
-Perdón...es que vi el pelo largo y como Ben está con la peluca...-Nina estaba balbuceando.
El baterista se acercó a ella, divertido por la situación.
-No pasa nada. Rufus, nos conocimos en la fiesta de navidad- le extendió su mano, con una sonrisa. -¿Nos conocimos?- ella levantó una ceja. -Bueno, no. Yo te vi. Pero no me animé a hablarte- se limpió la garganta de inmediato- ya sabes, no nos conocíamos...
Nina se ruborizó ligeramente. Estaba estupefacta. "No me animé a hablarte". ¿Acaso Rufus, el hijo del gran Roger Taylor, le acababa de decir que no se animaba a hablarle? Esa era otra onda.
-Nina, un gusto- aceptó el saludo con una sonrisa.
Lo que ella no sabía que a unos metros, justo en el baño del camerino, estaba su amigo británico.
Ben, parado con todo su cuerpo pegado a la puerta, evitó hacer el menor ruido posible. Su única intención de seguir en el pequeño cuarto era escuchar qué sucedía del otro lado. Y él, al igual de Nina, también se preguntaba a qué se refería Rufus con el "no me animé a hablarte".
-Ben está en el baño, por si lo estabas buscando- siguió escuchando. -Sí, de hecho tenía que ayudarlo con los falsettos de tu papá- explicó Nina. -Uh, la tiene complicada, mi papá tiene una voz demasiado peculiar- respondió el y ambos rieron, un chiste que Ben no llegaba a entender- aunque estoy seguro que con una profesora como vos no va a tener problemas.
El inglés hizo una mueca de asco desde el otro lado de la puerta.
¿Acaso se la estaba chamuyando en su propio camerino?
Sin dejar la indignación atrás, salió del baño e interrumpió la escena, parándose justo entre Nina y Rufus.
-Bueno, Rufus ¿entonces te parec...? Oh, Nina, no sabía que estabas acá- exclamó con una expresión totalmente fingida. -Hola, Hardy- respondió ella vagamente.
