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| lado b
Los días seguían corriendo, igual que el rodaje. Nina creyó que lo mas duro sería concretar el LiveAid, pero estaba equivocada. Todo se repetía, todo se re-filmaba infinitas veces. Las últimas jornadas las había pasado en el set durante la filmación. En un principio, lo había considerado emocionante. Sin embargo, cambió de opinión cuando se dio cuenta de lo arduo y demandante que era.
No solo tenía que ver la misma escena una y otra y otra vez, sino que tenía que intervenir en cada corte para acomodar y detallar el vestuario. Debía estar alerta todo el tiempo. Sin mencionar la presencia constante de Ben en su estilo de Roger Taylor, que -aunque lo negase- le complicaba la concentración y el trabajo.
El sábado luego del almuerzo (que la muchacha se había negado a tener), Nina le había pedido a Celia volver a su lugar tradicional: la tranquila y solitaria sala de vestuario. Podía escuchar desde allí la música que se reproducía en el set. No estaba segura de que escena tocaba rodar pero sinceramente, no le importaba.
La música se mezclaba con el fuerte sonido de la lluvia cayendo. Realmente estaban tirando baldazos de agua. "Gran sábado" pensó Nina, mientras hacía un esfuerzo descomunal para que no se le cerrasen los ojos. Sentía la fatiga en su cuerpo y ya se empezaba a arrepentir por no haberse detenido a comer. El café no estaba haciendo efecto para mantenerla despierta y el ibuprofeno no le había calmado el fuerte dolor de cabeza.
Se sentó en la mesa de trabajo y escondió su cara en sus brazos, los cuales estaban apoyados en la mesa. Le bastaron unos minutos para cerrar los ojos y caer dormida.
-Nina...Nina... ¿estás bien?- sintió que alguien la zarandeaba y se levantó exaltada. Se quedó quieta unos minutos hasta que logró focalizar y ver a Ben sosteniendo su hombro. -Perdón, pero necesito ayuda con el vestuario de la próxima escena...
La muchacha volvió en sí, pasándose la mano por los ojos e intentando conectar cables. Asintió, pensando cual era la próxima escena y qué tenía que hacer. No fue hasta que se levantó de la silla que se dio cuenta cuan mal estaba. Alrededor suyo todo comenzó a dar vueltas y sintió un fuerte dolor en la cabeza. Movió un pie para adelantarse, agarrando la mesa con una mano. Vio que Ben le estaba hablando, pero los oídos le estaban zumbando y no escuchaba nada. Acto seguido, perdió el equilibro y todo se volvió oscuro.
***
Nina despertó en el sillón de su casa. La cabeza le seguía doliendo, estaba descalza y tapada por un manta. Escuchó ruidos en la cocina y le tranquilizó saber que ya no le zumbaban los oídos. Sin embargo, se asustó al caer en la situación. Estaba a punto de pararse cuando Úrsula se asomó por la puerta que conectaba al living. -Bella durmiente, ¿cómo te sentís?- le preguntó, llevándole un plato de sopa y sentándose a su lado. Nina se sentó, procurando moverse lentamente y con cuidado. -Tengo frío y me duele el cuerpo...- respondió, tomando el plato. -Tiene sentido después de que te hayas descompensado en el medio del set, ¿hace cuanto no comes, Nina?- la mujer de unos 30 años cruzó los brazos en una postura totalmente maternal.
