Deseos y un casi beso

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Había pasado la noche en un bar con mis amigos bebimos bastante, hablamos, bailamos y . Al llegar a mi apartamento me tiré sobre el sofá y allí caí en los brazos de Morfeo.

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Tyler Provs.

Debía admitir que ella era hermosa, parecía una Diosa para mí parecer, tenía un cuerpo voluptuoso, que se notaba únicamente con verla, no importaba que llevará una chaqueta y un jean negro, se lograba notar a la perfección su voluptuoso trasero, sus pechos también resaltaban y más esa hermosa y blanca sonrisa.

Cuando fui a su apartamento para entregar su llave de repuesto ella estaba vestida de una manera tan sensual que no me podía concentrar en lo que decía solo miraba su cuerpo, a lo que ella no parecía darse cuenta ya que por un momento la sentí perdida o tal vez aburrida de mis palabras, algo que me frustró así que levante mi voz y así ella reaccionó. Después de repetir lo que había dicho me retiré de su apartamento, me había quedado con el deseo, un deseo que no invadía mi cuerpo desde hace años. Me sentía realmente extraño.
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Al otro día cuando desperté por los rayos del sol, sabía que se me hacía tarde así que solo me fui a duchar para salir vistiendo me, me había desvelado leyendo los contratos de distintas compañías. No me había arreglado y al entrar a mi oficina logré ver allí a Susan con una falda de tubo más arriba de la rodilla de color negra, con una blusa blanca de botones que dejaba al descubierto su magnífico pecho bronceado y unos tacones que iban a la par con su labial ambos eran rojos, entonces al verme entrar dejó la tablet y se colocó la chaqueta del mismo color rojo de sus labios y tacones. Se veía hermosa y solo deseaba desnudarla para ver ese maravilloso y tonificado cuerpo desnudo sobre mí.

Me mantenía pensando en su cuerpo desnudo hasta que aclaro con fuerza su garganta, así que dirigí mi mirada a sus hermosos ojos café.

—¿Escucho algo de lo que dije señor? Además lo siento distante ¿No logro descansar?

—Estoy bien, descanse lo suficiente ¿Por qué pregunta?

Dije a lo que ella simplemente saco del bolsillo de su chaqueta un espejo, estaba despeinado, me veía cansado entonces ella me miraba intentando entender mis fachadas.

—Desperté tarde y no me arregle como debía, pero ya lo haré para cuando sea hora de retirarnos de la compañía, cuando vayamos para la reunión en Brooklyn estaré mejor.

Dicho eso ella solo asintió y me entrego varios papeles y la tablet en la que se encuentra mi agenda y toda la información de los nuevos socios, realmente era organizada. Solo tome las cosas para comenzar a caminar a mi oficina antes de entrar me detuve frente a la puerta.

—En 5 minutos quiero mi desayuno sobre mi escritorio, copia para todos los socios para la junta sobre los planes que tenemos con sus compañías y también un informe de todas las ganancias de esta semana. Junto al inventario de los almacenes, todo en cinco minutos ¿Entendió?

Ví como tenía una sonrisa forzada y asentía a todo lo que le pedía, sabía que era demasiado pero la quería poner a aprueba. Después de tres minutos todos los documentos estaban en mi escritorio, me había sorprendido, y luego salió de mi oficina para volver con mi desayuno y con su tableta.

—Ya tiene todo, si necesita algo más solo dígame, en 30 minutos nos vamos para Brooklyn tenga todo listo y el chófer llega en 20 minutos.

Me decía mientras leía de la tableta luego levantó la mirada para que nuestras miradas chocarán entonces me levanté de mi asiento para recostarme de mi escritorio frente a ella cruzando mis brazos.

Mi Jefe Y Mi AdicciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora