7. Segunda Dimensión.

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Después del momento en que el espíritu del niño desaparece, aquel arco y flecha se vuelve a convertir en el ítem, consigue el amuleto y saca las campanas:

--Conde... ¿qué sigue?, ¿qué debo hacer ahora?.

--Te voy a mandar un contenedor donde puedes ir poniendo los 6 amuletos, así es más fácil llevarlos y se encoge el contenedor, lo que es mucho mejor.

--Sí... sigo sintiéndome culpable con lo de el niño...

--¿¡Qué no ves?!, ¡Casi te mata!, como ibas a sentir pena por el??!.

--Se había arrepentido, su rostro mostraba la sinceridad, aun que haya sido malo conmigo, él se arrepintió... -comienza a sollozar, aguantándose las lágrimas.

--Bueno, si tú fuiste la que hizo mal el acto, ya lo remediaste, ayudándolo con su deseo.

--Tienes razón...

Sharloth para de llorar, y sigue hablando con el Espíritu.

--Oye, ¿cómo fué que se quemó el castillo?.

--No hablemos de eso.

--Pero-

--Nada.

Ella se resigna y decide continuar con su viaje.

Camina todo lo que puedes hasta ver un pequeño agujero negro que se formaba en frente de ella. La voz del mensajero desaparece y ella continúa caminando hacia aquél agujero.

Era un extraño agujero, ya que de él emanaba una pequeña brisa. Nada comparado a una brisa del campo. Era una brisa marina. Se podía sentir la humedad en él y el olor a sal. Estaba segura que era el mar, pero no se decía a avanzar, o quedarse ahí, viendo como podía desaparecer.

Decide dar el ''paso de muerte'', ya que no sabía nadar, si se adentraba al agua.

Antes de entrar, un pequeño letrero se posiciona en frente de ella, donde decía: 1. fin de ''recuerdo''.

Ya sabía el nombre de la anterior dimensión. Recuerdo. Había tenido en su presencia a alguien de sus recuerdos, extrañamente de nuevo algo la hacía feliz, pero tenía temor de lo que venía. Tenía temor por saber lo que encontraría.

Antes de dar el último paso para adentrarse en la Segunda Dimensión, cerró los ojos profundamente y avanzó. Se había quedado dormida.

Despertó en una cueva, pero era algo distinto. Ya estaba en el agua. Se asustó demasiado, al tanto de poder irse a la superficie; pero no había superficie. Parecía estar en tierra, pero no, estaba en el agua. Estaba aguantando la respiración, pero perfectamente podía hablar y respirar. Era un tanto curioso aquella escena.

¿Cuál sería el poder del amuleto?. ¿Sería lo mismo del niño, poder correr más rápido que un rayo?. Tal vez. Eso la intrigaba.

Mira bien el espacio y avanza para ver bien lo que puede encontrar. Habían cosas muy extrañas, cosas que no estaban en los libros que había leído sobre el mar, cosas más extrañas. Seres inimaginables, jamás pensados que existieran. A lo largo ve una cueva en la que emanaba una luz como de fogata. ¿Era posible que hubiera una fogata en el fondo del mar?.

Tal vez era posible en esa dimensión. Si podía caminar, respirar, hablar y oír como en tierra, podía ser posible cualquier cosa.

Se acercó un poco más y había un chico, era como de su edad, era raro. ¿Qué haría en esa dimensión?, no sabe, no.

--¿Qué haces acá?-dice Sharloth.

--No te importa. Yo vivo acá, siempre he vivido acá.

--Pero, ¿por qué?.

--No te incumbe.

Ella lo mira de una manera indiferente, no era alguien agradable, no lo era.

Sharloth quería seguir caminando para ver qué encontrar en esa dimensión, pero algo no la dejaba ir, tenía que seguir hablando con él, no sabía qué más hacer.

--¿Hay más personas acá?.

--Si, tú.

--Yo no valgo en esa cuenta, hablo de más personas que estén contigo.

--No, estoy solo acá.

--Ah... ¿naciste acá?

--No.

--¿De dónde eres?.

No le responde. Fue un silencio incómodo, ya que no sabía qué iba a pasar. Necesitaba conseguir el amuleto para irse, pero no sabía qué hacer.

--¿Tienes el segundo amuleto?

--De qué me hablas?

--Mmmm, nada.

Ahora estaba segura que no podía hacer nada en aquel lugar. No sabía de aquél amuleto. Sharloth sigue su camino y se encuentra con una sirena, o algo parecido. La sirena no la había visto a ella, pero Sharloth sí, era mágica su belleza, pero siempre había sabido que las sirenas tenía unos dobles rostros.

Al fin decide salir de donde estaba y le dice a la Sirena:

--¿¡Sabes del amuleto?!.

--¡Sabía que ibas a llegar Sharloth!.

Aquella sirena se transforma en algo muy poco común. Era terrorífico aquella imagen.

Era un ser repugnante, todo se convertiría en aquella hermosa sirena.

Ataca a Sharloth sin darse cuenta. No podía invocar al ítem en el agua, sólo quedaba el primer amuleto para utilizar, pero no funcionaría igual en el mar.

Sharloth.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora