En el mundo de la oscuridad no había cabida para el perdón, la compasión o la amistad. Él sabía eso, era lo que había vivido hasta ahora y lo que le habían enseñado. A sus 8 años ya era uno de los más poderosos Burakkutora. Su amo, el líder de aquel mundo, se lo hacía saber siempre. Por eso estaba a su lado en aquel momento, sentados en lo alto del edificio de entrenamiento, mirando con entretenimiento hacía dos chicos que se peleaban con todas sus fuerzas.
—Tengo hambre, amo. —le miró con sus ojos rojos, al igual que el mayor. Los dos, con sus alas negras desplegadas en su magnitud, observaban la pelea sin perderse ni un solo detalle.
—Pronto saldremos a cazar. —le respondió el líder sin mirarle. De unos 30 años de apariencia, su amo era la persona más fuerte que conocía.— ¡Más fuerte! No os veo peleando con ganas. —gritó.— Quién gane luchará con el Burakkutora más fuerte que hay, exceptuando a mí, por supuesto.
—¡Vamos! —gritó esta vez él.— ¿Acaso no queréis tener el honor de luchar contra mí? Deberíais estar ansiosos por hacerlo. —sonrió ladino, sus colmillos saliendo a la luz, provocando que se le rajara el labio y empezara a sangrar.
—Tranquilo, Baekhyun. —le intentó calmar su líder aunque él tenía la misma sonrisa en sus labios.— Esta noche saldremos a cazar y podrás alimentarte.
—No tengo hambre. —gruñó él.— Lo que tengo son ganas de matar. —apretó las manos en puños. Le temblaban por aquella necesidad por desgarrar carne, por oler la sangre fresca siendo derramada por el suelo y por oír los gritos de dolor. Su cola negra se movía de lado a lado, ansiosa.
La pelea se volvió más interesante. Uno de los chicos, de aproximadamente 10 años, había tomado al otro por el cuello y lo había elevado unos cuarenta metros. Una vez allí arriba, había tomado sus alas y las había arrancado de golpe, una a una hasta que aquellas dos alas cayeron al suelo llenas de sangre. Baekhyun y su amo se habían quedado observando aquella escena, expectantes por lo que pasaría a continuación, el cómo aquel chico acabaría con la vida de su compañero de lucha.
Pero una alarma interrumpió aquello. Baekhyun saltó al vacío, emocionado por oír aquello, desplegó sus alas y aterrizó con suavidad en el suelo. Su amo aterrizó a su lado unos segundos después.
—Se acabó la pelea. —anunció el líder.— Están aquí los Byakkos.
—¡Por fin! —Baekhyun estiró todo su pequeño cuerpo, preparándose para lo que se avecinaba.
—Haz tu trabajo, Baekhyun.
—Sí, amo. —con una reverencia hacia su maestro, se despidió de él y empezó a avanzar junto con más gente de su mundo. Las alas negras extendidas y volando rápidamente, saliendo de la protección del campo de fuerza para llegar a un frondoso bosque por donde muy difícilmente pasaba la luz. Aquel bosque, al que llamaban "Forest Of Both", tenía una longitud de muchos kilómetros y servía para separar su mundo del de los Byakkos.
Los Burakkutora y los Byakkos estaban en una constante guerra de la que no había fin. Aquellos dos mundos eran como el Yin y el Yang, uno la luz y otro la oscuridad. No pueden vivir juntos pero el mundo no estaba preparado para perder uno de aquellos lados. Eran dioses, ocultos para los seres humanos. Sus mundos estaban escondidos en una dimensión a la que no se llegaba fácilmente. Solo los de más alto nivel eran capaces de llegar hasta La Tierra. Y eso, muchas veces, no era algo bueno.
Esas dos clases de mundos caracterizaban por tener colas y orejas de tigre, alas y colmillos. Era lo que los humanos conocen como "híbridos", incluso "cambiaformas", pero ellos eran mucho más. Los Burakkutora, con estas características en color negro, poseían además ojos rojos y un aura oscura y opaca que podía infectar todo a su paso. Los Byakkos, al contrario que éstos, eran blancos, puros. Sus ojos de distintos tonos de azules llegaban a ser hipnóticos. Su aura, blanca como la nieve, llegaba a sanar hasta la más peligrosa infección.
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The Other Side { EXO & NCT }
FanfictionLa venganza es uno de los mayores placeres que existen. Pero qué pasa cuando tienes que vengarte de alguien que ya está muerto. Qué pasa cuando no perteneces a ningún sitio. ¿El bien? ¿El mal? ¿Qué son realmente? Cuando no sabes quién es tu enemigo...