La desesperación empezó a inundar la cabeza de Gen. Había perdido la razón de ser de todos los operativos que se estaban llevando a cabo. La carta de victoria. El haz bajo la manga. La única oportunidad de supervivencia que tenía la magia.
De cierta forma ella sospechaba lo que estaba pasando en ciudad Mística. De cierta forma ella sabía, pero se lo negaba. Todo esto por un pecado que ella cometió.
Años atrás antes de la gran crisis en ciudad mística ella estuvo muy enamorada del gran sangre mística. Ella era sólo una niña, pero era mucho más madura que la mayoría de magas de su edad. ¿Por que? Por que estaba proyectada a ser la siguiente directora. El director T le había hablado sobre como pronto él dejaría de ser la cara de la magia en el mundo, no por que debiera sino por que quería. ¿Y quien mejor que la hija de un representante y sobrina del actual mago más poderoso?
La presión la había carcomido mucho tiempo, honestamente ella no quería, pero el deseo profundo de ayudar a tantos como pudiera la llevó adelante en todo el proceso. Aguanto tanto como pudo pero el día en que apareció ese 1 en un millón que todos creían que ella era, el peso sobre sus hombros desapareció. Tal vez sólo le gustaba que gracias a él ella tendría paz, o tal vez era por que tenia tanto poder, algo irresistible para los magos.
El punto es que la única persona a parte de el director T y los profesores que tenían permitido entrar al calabozo prohibido era ella. Su tío estaba tan seguro de que ella lo reemplazaría, lo que él no sabía es que ese sería literalmente el único error que cometería en su larga vida, y no sólo el único, sino el peor y todas las vidas que este error se llevaría.
Ella en su inocencia respondió sin pregunta alguna al pedido que aquel hombre al que admiraba le había hecho. Era algo sencillo, algo que ella no comprendía bien. Lo único que le pidió fue que sacara una pequeña botella especifica, una hoja, y un ungüento. No fue fácil, sobretodo por que en el calabozo había criaturas peligrosas y era en si un laberinto ligeramente complicado para un mago poderoso. Pero con su sangre podía almenos abrir la entrada.
Recuerda perfectamente cómo aquel hombre cruzó todos los obstáculos sin siquiera jadear. Encontró lo que quería y salió en un espabilar. Ella se sentía orgullosa de lo que había hecho. Después de todo pasaría a la historia. Una semana después sucedió el ataque.
No tardó mucho en hacer la relación.
Le dió al malo todo lo que necesitaba.
Ella mató a su padre.
Mató a todo el consejo.
Mató a una gran cantidad de estudiantes.
Mató a gente de la ciudad.
Ahora en la crisis actual estaba casi segura de que debía haber relación.
Eugene no pudo haber muerto. Es demasiado poderoso. Ella lo sentía, sentía que todo esto era parte de su plan. Pero sabía que nadie estaba preparado para enfrentarlo de nuevo.
Entonces apareció Marcus y volvió a ver esperanza. Sabía que si manejaba bien a Marcus él podría contra Eugene y hasta más, eso claro con la ayuda de todos en ciudad Mistica. Intentó manipularlo pero él era distinto a Eugene. No le importaba el poder en lo más mínimo, rozaba al punto en que parecía despreciarle. De alguna forma ese niñato inseguro y nervioso era capaz de mantenerse firme a sus creencias. Unas creencias inocentes y tontas que muchos magos utilizarían para llevar a cabo un serio caso de acoso. Cosas tan tontas como él bien. Cosas tan tontas como dar prioridad a la vida. Cosas tan tontas como la felicidad por encima del poder. El estaba tan firme en esas creencias que por un segundo casi la convence.
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Otra Historia Sobre Magos (CORRIGIENDO)
Fantasy¿No estás harto de las típicas historias de magos? Yo no... Por esa misma razón escribí una con el típico protagonista que es especial y tiene un enemigo que también es especial y bueno... ¡Juro que no he leído a Harry Potter! Solo vi las películas...