Capítulo 24: Ignorar o intervenir

8 0 0
                                    

Marcus se arrodilló justo en la entrada a lo que parecía ser una gran habitación dentro de la cueva. El techo era tan alto que a duras penas se podía ver límite, sólo se veían unas cuantas estalagmitas. En un afán de que no lo descubrieran se puso la capucha ¿recuerdan? Cabello azul brillante. Obviamente no fue suficiente, tuvo que pensar en cosas que lo calmaran. Su familia y amigos en el mundo neutral, las clases tranquilas donde no debía pelear con nadie. La conexión que tuvo con la maestra, ya que le gustase o no, ella se ganó su confianza. 

Ahora la pregunta es ¿de que se ocultaba? Pues de algo que le trajo un pésimo presentimiento. En el interior de aquella instancia habían laboratorios organizados, una cama, varios escritorios y un tablero. También cabe resaltar una de las cosas más llamativas que era un inmenso recipiente de unos 5000 litros de volumen lleno de polvo. Moviéndose entre todas esas cosas había un joven, rondaba los 18 años. Lo impactante era su cabello verde. No brillaba como el de él, pero se veía tan limpio y vivo. Lo tenía un poco largo pero bien peinado, como un modelo real. Se veía húmedo, como si acabara de salir de bañarse. En una de esas volteó y Marcus logró ver sus ojos verdes, un verde que nunca antes había visto pero que le daba escalofríos por que lo hacía pensar en el mar. 

Intentó adivinar que hacía ya que se movía constantemente de un lado a otro, de vez en cuando anotaba en una libreta o ponía gotas en algunas pipetas. Todo lo hacía con cierta ira y afán, como si no viera la hora de terminar lo que está haciendo.

"Sólo espero que encontremos a Marcus rápido, si lo que dices es cierto. Nos necesitan con urgencia en la ciudad."

Marcus reconoció el típico tono arrogante de Oscar justo detrás de él. Rápidamente se volteó a donde ellos estaban y puso sus manos en las bocas de ambos.

Los dos magos se asustaron pero lo reconocieron al instante. 

"No hagan ruido" les dijo él con la esperanza de que aquella persona, que seguramente era un mago, no los hubiese escuchado. Sin embargo ya era muy tarde.

Mientras intentaba evitar que ellos hablaran sintió cómo un fuerte viento empezó a jalarlos con fuerza quien sabe a donde. Marcus, muy astutamente, sostuvo con fuerza su capucha para que no cayera y sus dos brillantes ojos bien cerrados, no necesitaba que supieran lo que era, almenos asi tendria el factor sorpresa a su favor. Entonces de golpe los tres aterrizaron en una superficie metálica. 

"Me estoy hartando de que todos me arrojen a superficies duras ¿saben?" dijo Oscar que fue el primero en reincorporarse.

"¿Así o más imprudentes?" dijo una voz desconocida definitivamente debía ser aquel chico desconocido.

*Marcus* escuchó la voz de Gen en su mente *Puedes abrir los ojos, buena idea, los oculte en ilusión.*

Marcus entonces empezó a reincorporarse y ver en donde estaba. Como era de esperarse y para nada cliché, estaban en una jaula echa de metal muy oxidado y oscuro.

"¿Quien eres? Somos miembros oficiales de la institución mágica de Ciudad Mistica y se tomara esto como una seria agresión directa si no nos liberas en este momento." dijo Gen con una autoridad en su voz que Marcus nunca había escuchado antes.

"Uy sí, disculpenme ¡Que verguenza!" dijo el tipo con un sarcasmo excesivo mientras se acercaba a la jaula saliendo de las sombras.

"Jamás querría crear conflicto con los grandes magos del mundo ¿no es así?"

Marcus estaba en el fondo de la jaula viendo todo mientras que Gen y Oscar se encargaban. Pero en el momento en el que aquel tipo mostró su cara Gen se echó para atrás lentamente. Al ver su rostro, los ojos tan abiertos como los tenía y su boca paralizada del terror él pudo deducir de quien se trataba.

Otra Historia Sobre Magos (CORRIGIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora