Pereza.

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-Uuf, que pereza...
Eran las palabras que resonaban en, no sé lo qué era, es o será, pero le pregunté a alguien y me contestó:
-Esto es el lugar- bosteza -donde nos reunimos los normales, los que no consiguen el supuesto éxito, que es imposible de conseguir, en serio, me voy a dormir.
Me quedé con una cara de arriba a abajo abierta. Mis ojos analizaron esa situación pero lo veía borroso. Hacia un lado todo brillaba era como el mismísimo cielo, el Olimpo con un cáliz sagrado de la buena vida, pero... No era fácil alcanzarlo.

Me sentía difuso y borroso, y mi cuerpo cedió. No sé donde estaba ahora, en mis pensamientos, o en la comisaría de policía por toma de estupefacientes. Al parecer tuve lo que no sé si sabía llamar buena o mala suerte, aparecí en otro lugar, suelo liso, azulejos a los lados y unos preciosos candelabros en el techo.

Todos vestían bien, un buen esmoquin les quitaba ese mal gusto, olor y oscuridad mezclada con borrosidad. Me acerqué a uno y me dijo:

-Hombre, buenas tardes don ____.
No le entendí, no sé que dijo, al igual no tengo nombre, y la verdad es que ni me acuerdo.
-Ho-hola, ¿me podría indicar dónde estamos?
-Esto es el choque neutral en gente perezosa y gente activa, o también dicho, en camino a un posible buen futuro o éxito. Si es la primera vez que viene aparece aquí, donde uno decide que es y si podrá soportar la vida de cada lugar.
-Mire no sé que pasó pero estuve en medio de mucha muchedumbre y sentía como moría.

El hombre creo que ya le dejé claro lo que era, y se esfumó. Literalmente cayó hecho arena al suelo.

Después de un rato, me fuí a una recepción al parecer mi presencia estaba en un hotel.

-Oiga, ¿cuánto sería el coste base de una habitación?
-Gratis, tome, 823.

La verdad no sabía como era posible la existencia de 8 pisos, pero no ví esto nunca por fuera, y me fuí a mí habitación y me senté en la cama.

Tuve un flashback, era un como un ataque de epilepsia, era horrible, me ví, en un cuchitril lleno cristales y mirándome en un espejo, y terminó conmigo sentado en una habitación decente.

No sé en que infierno estaba, si esto me servía para algo, pero me senté, y esperé.

No sabía cuánto tiempo pasaba, horas, semanas, estaciones, ¿qué mas daba?

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