Capítulo 2 Visiones

190 12 6
                                    

Ya era las once de la noche, el médico ya me había tomado la temperatura dos veces al día durante toda una semana, que sin variar seguía teniendo cuarenta grados, ya llevaba sin dormir ocho días, ya me habían dado pastillas y suero para dormir pero no funcionaba siempre que llegaba la hora de dormir mi cerebro se ponía a trabajar como si no hubiera un mañana, no es que estuviera cansado sino aburrido de mirar al techo todas las noches con un dolor de cabeza intenso, pero esa noche era diferente me sentía pesado como si mi cuerpo se fuera de sí mismo ya volvía a ver borroso, pero cuando quise llamar a mi padre ya me había dormido.

En el sueño tenía frio todo era oscuro yo me movía de mi sitio pero no iba a ningún lado mire a mi alrededor pero todo seguía siendo oscuro no había ningún haz de luz con lo que tener de referencia, no paso mucho tiempo hasta que me empezó un dolor terrible en la cabeza con lo que me caí al suelo de rodillas apretándome la cabeza con los ojos cerrados, de no escuchar nada empecé a escuchar sonidos de objetos rompiéndose, madera quebrándose y de voces que parecían susurros, el dolor de cabeza ya estaba cesando pero permanecía hay, entonces abrí los ojos y pude ver una serie de imágenes de lugares que parecían la tierra pero no era ella, todas esas imágenes no duraban más de un segundo y había cientos de ellas parpadeando enfrente de mí, me acerque a una de ellas con la intención de tocarla pero no llegue a rozarla cuando me desperté de un salto de la camilla, ya era de día pero eran las una y cuarto de la tarde, un nuevo record para mí, no había nadie en la sala, solo se escuchaba un lloro fuera de la habitación parecido al de mi madre, me levante y salí a ver lo que pasaba y si era mi madre con mi padre abrazándola, le dije que porque estaba llorando y al mirarme se levantó de una especie de banco y vino rápidamente a abrazarme tan fuerte que me hizo daño, mucho daño, mi padre chillo y llamó a los médicos que vinieron y separaron a mi madre de mi los médicos me cogieron y me pusieron en una camilla móvil, yo seguía flipando, no sabía que estaba pasando aquí y por mucho que lo preguntaba no me respondían me tomaron la temperatura tenía cuarenta y tres grados, mi padre ya había dejado de llorar y preguntaba lo mismo que yo y le respondieron que me tenían que llevar a hacer una pruebas, ya no volví a escuchar nada más porque entre en el cuarto de la radiografía, esta vez no duro mucho y entonces me traspasaron a la sala de electroencefalograma, que otra vez estuve media hora con los ojos cerrados que personalmente se me paso volando al salir también me llevaron a una sala que ponía electrocardiograma, la palabra electro no me gusto así que lo pregunte y me dijeron que era como la prueba de antes solo que en vez de mirarme el cerebro me iban a ver el corazón, me lo dijo de una forma tan infantil que pareció que yo era tonto o algo, esta prueba no duro más de cinco minutos y me llevaron a un cuarto igual al que estaba yo antes pero con mejores vistas desde que salí de la última sala mis padres venían detrás de la camilla entonces cuando ya me dejaron me pusieron otra vez el suero y un par de médicos llamaron la atención de mi padre para que saliera a hablar, mi madre se acercó a mí y antes de que me volviera a abrazar le pregunte ¿qué había pasado? pero sus brazos ya me estaban estrangulando de amor, con un poco de esfuerzo me la separe de mí, tome un respiro y le volví a preguntar de que había pasado ella con cara de tristeza me dijo que anoche mi corazón se paró y me intentaron reanimar pero no lo consiguieron, yo le pregunte sobra que hora y ella no lo savia, no se lo habían dicho y que no sabía nada más ya que los médicos la echaron de la sala al igual que mi padre que casualmente al decir su nombre apareció por la puerta y se acercó a mí y me pregunto que como estaba y yo le dije: que antes de nada que me dijera a ¿qué hora me había bueno muerto? Mi padre me dijo que no volviera a decir eso pero yo le dije que me dijera la hora y casualmente fue a las once, la hora en la que tuve el sueño yo no se los dije pero debí hacerlo, pensando solo estuve muerto como catorce horas más o menos, mi madre me pregunto si tenía hambre y yo le dije que no, que estaba bien, todo en este día estaba siendo muy raro y no había ni pasado dos horas.

Soul Of DragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora