Capítulo 6

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Una semana había pasado luego de la boda de Denki y Kyoka.

Izuku estaba más tranquilo luego de hablar con el bicolor. Talves no habían arreglado nada. Pero sentía menos peso en los hombros.

Ahora se encontraba jugando en la cama de su habitación con sus dos hijos y el pequeño hijo de Denki.

Izuku esperaba que sus amigos estuvieran disfrutando de su Luna de miel.

El peliverde jugó con los pequeños hasta que estos se quedaron profundamente dormidos luego de tomar su mamila.

Ahí abrazado a sus hijos y a Satoshi sonrió aún más a gusto.
Le encantaba el aroma de sus bebés y también el de Satoshi.
Mientras que Kenichi olía a manzana, Ryuichi olía a menta.

El aroma de sus bebés sin duda era único.

Claro que Satoshi no se quedaba atrás su bello olor a jazmines era muy relajante.

Medio adormilado recordó como fue que luego de salir del baño con los ojos rojos eh hinchados su padre lo encontró y lo abrazo.

No estaba enojado con su papá. Al contrario. Gracias a lo acontecido pudo sacar algunas lágrimas que tenía atoradas luego del incidente en su sexto mes de embarazo.

Aunque si era honesto consigo mismo. Aun no sacaba todo lo que llevaba guardado dentro.

Ahora se sentía un poco más libre. Pensándolo durante el transcurso de la semana llegó a la conclusión de que no se iría por un tiempo de Japón. Necesitaba a sus padres cerca de el y sabía que si se iba a Alemania eso no sería posible.

En esa semana noto el cambio en su persona. De hecho todos lo notaron. Incluso la servidumbre. Y es que el pecoso reía como lo hacía en el pasado. Ahora se respiraba aquella aura de tranquilidad y felicidad que Izuku irradiaba en el pasado.

Todo era tranquilidad y alegría en la mansión Yagi y eso hacia felices a todos.

Toshinori se sentía más que feliz al ver que su pequeño poco a poco regresaba.

Viendo desde la puerta de la habitación del pecoso como su hijo dormía mientras abrazaba a sus hijos y a su ahijado, sonrió completamente feliz.

Su Izuku al fin volvía poco a poco y aquello era motivo más que suficiente para que su esposa y el estuvieran llenos de gozo.

"Solo espero que esta felicidad dure mucho tiempo más"— pensó dentro de si.

Viendolo una vez más dio media vuelta y cerro la puerta tras de si.

Los dejaría dormir hasta la hora de la cena.

Tenía que comunicarle cuanto antes a su hijo que en una semana tenían una reunión importante.















Por otro lado en la mansión Todoroki se respiraba un aire incómodo o al menos así lo sentía el bicolor.

En toda la semana no dejó de pensar en lo ocurrido en aquella fiesta.

Por más que trato la imagen del peliverde no salía de su cabeza.

Más allá de que la plática con el pecoso lo dejó aturdido había algo más que no noto hasta que pasadas unas horas llegará a su casa.

No quería darle vueltas al asunto. Pero se sentía inquieto ya que recordó que Izuku olía diferente.

Su olor aún permanecía en su memoria y sin temor a equivocarse podía asegurar que el peliverde tenía un olor distinto.

El olor a Vainilla que desprendía seguía intacto, pero además olía a manzana y menta.

Pensar en ello hizo que frunciera el seño.

Aquella plática lo dejó en un mar de confusión y todos se percataron de aquello.

Y es que luego de lo acontecido nadie de su familia tocó el tema.

Incluso Yaoyorozu no dijo nada. Ella sabía que su pareja necesitaba disculparse con Midoriya.

Talves luego de las disculpas al fin podría concebir. Y es que desde hace unos meses Todoroki y ella habían intentado tener cachorros. Mas no pudieron. Aquello fue por demás raro así que fueron al doctor. Desde ahí Yaoyorozu pensaba que estaba pagando el precio de haber lastimado a personas inocentes solamente por ir tras su felicidad. Y es que luego de muchos análisis los especialistas llegaron a la conclusión de que era infértil.

Un caso sumamente raro siendo ella una omega.

Pensaba que luego de la plática con Izuku su alpha al fin sería solo de ella y podrían intentar de nuevo concebir. Más no fue así.

En toda la semana lo noto distante y distraído.

Ella estaba preocupada. No sabía cómo ayudar a su prometido y eso la asustaba.

Decidió que esperaría. Después de todo ellos se amaban. ¿Verdad?












Muy lejos de ahí en una playa hermosa sobre una toalla en la orilla del mar el matrimonio Jiro disfrutaba la compañia del otro.

Denki estaba sobre Kyoka utilizándola como almohada mientras disgrutaba de las caricias que esta le proporcionaba en la espalda y nuca.

Ambos disfrutaban sus últimos días ahí. Ya que en dos días regresarían a Japón.

Denki estaba más que feliz. Durante esa semana había disfrutado más que nunca de Kyoka.

Aun se sonrojaba al recordar su noche de bodas

Dijeran lo que dijeran a el no le importaba ser el pasivo de la relación. Es más estaba más que contento de serlo. Además en ese tiempo era súper normal ver parejas donde la mujer fuera la activa.

A eso había que agregarle que aunque Kyoka fuera mujer sabía muy bien como complacerlo.

Se golpeo mentalmente por andar pensando en perversidades.

Sonrió una vez más antes de caer en un sueño profundo ahí en los brazos de su "esposo".










Por otro lado en la mansión Kirishima el heredero de esta estaba pensativo desde la boda de su ex-pareja.

No es que estuviera celoso o algo por el estilo.

Pero estaba seguro de que sintió una conexión con Denki.

No sabía porque, pero sintio el olor de el mezclado con el de Denki en toda la fiesta.

No era posible que su olor se hubiera mezclado solo por las felicitaciones que le dio.

Además en toda la noche sintió que su alpha estaba inquieto y sentía la necesidad de buscar algo. Más no sabía que.

Sin darles más vuelvas al asunto Eijiro se dijo que era mejor dejar de pensar en eso o de lo contrario su esposo lo notaría y no quería que su blasty se pusiera celoso.

Sin más que hacer siguió con el papeleo de su empresa. Después de todo en una semana tenían reunión con los demás clanes.










Nadie podría imaginar que en esa reunión pasaría más de un acontecimiento.










Chan,Chan,Chan, Chan!!!

Consecuencias Del PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora