13 » Año Nuevo

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Yong Guk se removió sobre la cama por quinta vez en la mañana e hizo un pequeño puchero cuando sintió como Jun Hong le pellizcaba la cadera, diciéndole entre murmullos somnolientos que dejara de moverse tanto. Apenas eran las seis de la mañana y sabía que ni sus padres y mucho menos su hermano estarían despiertos, así que optó por abandonar la cama y bajar hacia la cocina a por un vaso de agua.

Bendita la hora en que decidió entrar a la cocina, hablando irónicamente por supuesto. Ahora se encontraba sacudiendo un paquete de ramen instantáneo para cebarse de él como si de una bolsa de chips se tratara.

Últimamente se sentía con demasiado estrés encima y no quería culpar a la semana de vacaciones que estaban pasando en casa de sus padres, pues tanto Jun Hong como Jun Seo parecían estar muy a gusto aquí rodeados de atenciones y amor por todas partes. Quizá se trataba de que finalmente se había acostumbrado a la independencia al lado de Jun Hong como el matrimonio que eran y volver a casa con sus padres lo tenía un poco extraño, hacía más de diez años que no convivía con ellos más de tres días.

Con un profundo suspiro, volvió a la cama.

—Bang Yong Guk —murmuró su esposo una vez se enredó a su cuerpo como si fuera una serpiente y él una rama de árbol—, ¿qué haces comiendo ramen a estas horas?

—¿Cómo lo has...?

—Hueles a carne —Jun Hong le mordió suavemente el hombro para después dejarle un pequeño beso sobre la misma zona—. Se te está haciendo costumbre levantarte a comer entre horas.

—No me lo recuerdes, Jello...

Jun Hong sonrió con los ojos cerrados—. Duerme un poquito más, ¿si? Va a ser un día largo con todos aquí.

Yong Guk miró hacia la nada antes de dormirse, rogándole a Dios que la celebración para Noche Vieja no fuera un completo desastre.

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Yong Guk empezó a odiar su vida en el preciso instante en que potó el maldito ramen que se había comido en la madrugada, no habían pasado ni cinco minutos desde que decidió levantarse de la cama para unirse al alboroto que su familia estaba causando en la cocina, pero aparentemente el Universo tenía otros planes para él. Se lavó los dientes dos veces seguidas y bajó a la primera planta como si nada hubiera pasado, aunque empezaba a preocuparse por su maldita salud.

—Buenos días, bello durmiente —Yong Nam se burló de él como solía hacer cada vez que podía, pero esta vez hubo una pequeña diferencia, Yong Guk lo ignoró para irse a refugiar a los brazos de su esposo, quien dejó de hablar con Na Rae para aceptar su abrazo— ¿Sigue enfermo?

La señora Bang asintió sin decir ni media palabra, simplemente se acercó al matrimonio más joven para colocar el dorso de su mano sobre la frente de Yong Guk. No tenía temperatura, pero estaba bastante pálido—. Deberías ir al médico, cariño —recomendó, aunque el gemelo menor no dudó en negar rápidamente.

—Tomaré otro suero estomacal, eso siempre me ayuda.

—Que terco eres, Bang Yong Guk —intervino Na Rae tras chasquear la lengua con indignación.

—Está bien —Jun Hong hizo un puchero hacia la familia Bang, no quería que le siguieran diciendo cosas de ese tipo a su esposo. Acarició su pelo y le dio un beso en la frente—. ¿Me prometes que iremos al médico pasado mañana?

—Sí, Jello.

La señora Bang y Na Rae se miraron con asombro entre sí, sin poder creer lo fácil que había sido para Yong Guk decir que sí. Sabían que el moreno adoraba a su esposo, pero no hasta tal punto. Yong Nam únicamente rodó los ojos mientras masticaba su tostada, conocía la influencia que Jun Hong tenía sobre su hermano, así que no era nada nuevo para él.

Married » BangLoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora