Capítulo 1

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Unos meses habían pasado desde ese ataque de pánico minutos antes de su último concierto, bueno, para ser exactos, hace cinco meses, era otoño, comienzos de otoño y en vez de mejorar pasaba lo contrario, debido a lo constante que parecían estos ep...

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Unos meses habían pasado desde ese ataque de pánico minutos antes de su último concierto, bueno, para ser exactos, hace cinco meses, era otoño, comienzos de otoño y en vez de mejorar pasaba lo contrario, debido a lo constante que parecían estos episodios en el maknae, la agencia había publicado un comunicado donde decían que Jeon JungKook estaría fuera de todo lo referente a ensayos, prácticas, conferencias, presentaciones o entrevistas por el plazo de un año (esto podría variar con el diagnóstico de los doctores) por el motivo de un centro de rehabilitación.

JungKook por supuesto tardó en aceptar que necesitaba ayuda, el chico estaba tan acostumbrado a ser esa persona que recibe cargas del resto que quería aferrarse a la mínima posibilidad de que podría mejorar por su cuenta, pero luego de ese ataque de ansiedad todos estaban en desacuerdo.

Jeon JungKook necesitaba ayuda profesional y necesitaba alejarse lo más posible de la fama y el espectáculo.

[...]

Aquel centro de rehabilitación quedaba en medio de la nada, a su alrededor se encontraban árboles y arbustos, pero la ciudad estaba a dos horas de allí. A cualquiera podría parecerle tenebroso o hasta típico de película de terror, pero para Jeon JungKook era paz y tranquilidad, el lugar lucía más como una mansión, era realmente grande, lo que sabía del lugar era que se consideraba como el mejor centro de rehabilitación de Seúl y que sólo las personas de buena posición estaban allí.

Aunque claro, JungKook era el único idol en ese lugar...por ahora.

Cuando bajó del auto que le había llevado, el resto de los chicos bajaron con él, JungKook estaba más callado de lo normal, llevaba la capucha de su sudadera cubriéndole la cabeza, no estaba nada orgulloso de estar allí.

— JungKook-ah, se un buen chico, ¿Sí? —Park Jimin fue el primero en abrazarlo.

— Haz lo que te digan—Jin fue el segundo.

— Nosotros esperaremos por ti—NamJoon le sonrió de lado y uno por uno fueron a abrazarlo.

JungKook se mantuvo en silencio, pero cuando fue TaeHyung quien lo abrazó se aferró a él comenzando a arrepentirse.

— No quiero quedarme, cambié de opinión—su respiración comenzó a agitarse—Hyung, no me deje aquí, por favor.

— Tranquilo, te atenderán bien. Cuando estés mejor volverás, tómalo como un descanso—intentó calmarlo, pero los brazos del maknae se aferraban más a él—JungKook.

Las cosas se volvieron peor cuando de aquella mansión salió un hombre de una edad avanzada, podría ser el abuelo de todos ellos, dos hombres con uniforme de enfermeros fueron a intentar calmar a JungKook quien puso toda su fuerza en no soltarse de TaeHyung, la ansiedad estaba regresando y no quería quedarse.

— ¡No! Quiero regresar a casa—pidió sintiendo las lágrimas amenazando con salir haciendo que sus ojos ardieran—Por favor, hyung, no me deje aquí, ¡No me hagan esto! ¡No estoy loco! —forcejeó con los enfermeros pasando por alto las miradas tristes de sus hyungs.

TaeHyung retrocedió cuando los brazos del maknae ya no se aferraban a él, JungKook sollozó al ver como subían al auto y éste se alejaba con sólo seis miembros del grupo. ¿No se suponía que siempre serían los siete?

Aun así no se dio por vencido y golpeó a uno de los enfermeros alertando de inmediato al resto, al final el chico acabó siendo sedado.

[...]

Cuando JungKook despertó se encontraba en una habitación espaciosa, poco a poco su cuerpo fue despertando del todo, pero se encontraba más sereno de lo normal, al parecer ese sedante aún hacia efecto. Se levantó quedando sentado mirando alrededor, las paredes eran blancas, el suelo tenía una alfombra azul cielo, cubría todo el suelo en sí, tenía un escritorio, su armario, un sillón, una biblioteca pequeña y algunos cuadros en las paredes, la puerta que distinguió supuso que era para el baño.

Todo lucía muy limpio y tranquilo.

¿No se suponía que los centros de rehabilitaciones eran de lo peor? Se incorporó notando su equipaje junto a la puerta, pensó en sus hyungs y aun así no sintió nada. Se acercó a la ventana notando como el sol se escondía, comenzaba a anochecer.

A la habitación entró un chico tan joven como él, pero éste no parecía ser coreano, todo su rostro lo decía, vestía como esos hombres que lo sedaron, tenía cabello negro y ojos verdosos, era de la misma contextura que el maknae.

— Al fin despiertas—habló en coreano—Mi nombre es Matthew, estaré encargado de ti en todo tu tiempo en el centro. El director Kwang me envió a buscarte, quería saber si habías despertado.

— ¿De dónde eres? —se atrevió a preguntar.

— De Seattle, Estados Unidos—sonrió de forma amable—Estoy en Corea del Sur trabajando aquí por un intercambio.

— Por eso hablas tan bien el coreano.

— Así es—asintió—Entonces, joven Jeon, debo llevarlo a la oficina del director, ¿Podría venir conmigo?

JungKook respiró profundo asintiendo, no tenía otra opción.

[...]

El hombre de edad avanzada que había visto cuando llegó resultaba ser el director del lugar y el dueño de toda esa mansión. Era amable, carismático y....JungKook se sentía cómodo con él al menos un poco, había temido que fuera un gruñón como en esas películas de psiquiátricos donde el director era una mierda.

Por ser un idol no significaba que su trato sería especial o diferente, todos en el centro de rehabilitación eran tratados por igual. Cuando regresó con Matthew éste comenzó a darle un breve resumen de su horario.

— Cada día haremos algo diferente, tengo entendido que te gusta hacer ejercicio—miró al maknae.

JungKook en cambio veía a los pacientes o doctores que pasaban cerca de ellos metidos en sus asuntos, nunca imaginó tener que vivir un año en un lugar así. Realmente estaba jodido.

— Sí.

— Bien—Matthew anotó en su libreta caminando junto a él— ¿Algo más?

— Ahh...—regresó su atención al enfermero.

— Hay talleres de todo tipo, puedo dejar que lo escojas a tu antojo pero debes avisarme cuando consigas uno—le comentó sin dejar de escribir—Cada mañana podemos salir a correr alrededor del lugar para que tu mente se despeje y tu cuerpo comience el día con buena vibra—JungKook asintió, le agradaba esa idea—Tus citas con el psicólogo nunca cambiarán y es obligatorio que asistas a ellas, necesitamos un diagnóstico exacto de ti además de que el centro de rehabilitación necesita tener un proceso o avance de ti en el lugar.

— Bien—rascó su cabeza.

— En el año que estarás aquí tendrás prohibido el acceso a tu celular, al menos hasta que el director diga lo contrario, depende de tu comportamiento—siguió explicando deteniéndose y JungKook hizo lo mismo, Matthew era más alto que él—Nada de agredir o insultar al personal o a los pacientes, todos intentamos ayudarte y los pacientes deben ser considerados como tus amigos de clase, quizás logres llevarte bien con alguno de ellos—alentó.

— Sí—asintió en automático. Tanta información terminaría siendo olvidada por él.

— El desayuno, el almuerzo y la cena será a una hora exacta, no debes recordarla porque yo iré a buscarte cuando sea el momento—le sonrió— ¿Alguna pregunta, joven Jeon?

— No, por ahora nada—dijo—Bueno sí, ¿Falta mucho para la cena?

— Tranquilo, te llevaré al comedor—rió por lo bajo—Cuando estés en problemas o necesites algo sólo búscame, siempre estaré disponible.

— Entendido.

Sweet Beginnings [JJK] COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora