Sentados allí sobre la sábana comiendo algunas frutas frente al río, SooMin no dejaba de admirar lo lindo que lucía ese lugar. De nuevo tocó su garganta donde aquel nuevo regalo se encontraba.
— ¿Por qué no me dijiste que era tu cumpleaños? —quiso saber llamando su atención.
SooMin lo miró antes de responder.
— Después de los dieciséis años dejó de gustarme.
— ¿Dieciséis? —JungKook la miró como si estuviera loca— ¿Hablas enserio?
— Cada año que pasa sólo envejezco, mira los desastres que he hecho, además no soy ni la mitad de lo que dije que sería cuando niña—rodeó los ojos tomando otra fresa dándole un mordisco—No todos tenemos la suerte que tú tienes.
— ¿Enserio crees que he tenido suerte en mi vida? —bufó.
— No lo creo, lo sé, la mitad de Corea del Sur lo sabe—masticó—Eres el gran Jeon JungKook, el maknae de BTS, el maknae del grupo más famoso internacionalmente, eres...lo mejor de lo mejor—dramatizó y eso le cayó pesado al chico, su rostro serio lo dejaba en claro—Incluso eres más rico que mis padres, te volviste idol a los quince años, bueno, contando tus años de trainner creo que...—fingió contar—No, no me interesa lo que pasó antes. Mientras tú te presentabas en conciertos y tenías una gran vida, yo me dedicaba a estudiar y a pasar tiempo con Sarah soportando malos tratos.
— ¿Malos tratos?
— Ya sabes, soportar lo típico de la escuela.
— Hablas como si yo fuera el único de lujos cuando tú misma dijiste venir de una familia muy poderosa económicamente...
— Te envidiaba, eso es todo—se encogió de hombros.
A JungKook no le agradaba ese tema y de repente la felicidad de celebrar su cumpleaños desapareció. SooMin mientras masticaba lo miró extrañada del silencio, JungKook estaba muy molesto, más bien decepcionado. ¿Así lo veían el resto de las personas?
— Nunca tuve suerte en mi vida, todos dicen que soy el golden maknae por ser bueno en muchas cosas, otros dicen que me encanta opacar a los miembros pero eso sólo me deja un sabor amargo en la boca—comenzó a decir tan serio que a SooMin le intimidó, sobre todo con esa mirada—Nací en Busan, tengo un hermano mayor y a mis padres, tuve que dejar mi hogar y viajar a Seúl para comenzar lo que sería mi mayor sueño—miró fijamente esos ojos oscuros—Mientras tú estabas estudiando y pasando el tiempo con tu amiga, yo estaba despierto hasta altas horas de la madrugada trabajando duro en mi baile y en mi canto, mientras tú salías a comer algo con tus padres, yo lloraba en mi habitación extrañándoles, mientras tú mandabas al carajo a todos esos compañeros fastidiosos yo ansiaba al menos que alguien fuera duro conmigo pero sólo por ser el maknae los más falsos fingían ser mis mayores confidentes—hubo un gran silencio, JungKook suspiró suavizando su voz—No digas que he tenido todo fácil, si soy lo que soy es porque lo he ganado con esfuerzo, nunca me he considerado como lo mejor del mundo o del país porque si lo fuera no estuviera aquí hablando contigo, ¿No crees, Yeong SooMin?
Aquello le dejó sin palabras, pero lo merecía, SooMin había cometido el típico error de todos: Juzgar antes de conocer. JungKook tenía el derecho a enojarse y ella tenía el deber de escucharlo.
Al parecer no era la única que podía ser cruda y realista. Había probado de su propia medicina, JungKook miró el agua correr con mucha concentración bajo la mirada atenta de la chica junto a él.
— Si ser idol fuera lo mejor de este mundo probablemente yo no estuviera aquí—comentó—Si tuviera suerte en la vida y por ella consiguiera todo entonces jamás hubiera tenido estrés, ansiedad ni problemas de ira. ¿No crees? —levantó una de sus cejas sonriendo amargamente—La vida es realmente difícil pero más difícil es vivirla.
SooMin sonrió apenas.
— Por fin dijiste algo con sentido—el chico la miró y ella suspiró—Lamento haberte dicho eso, me equivoqué.
Y admitir que se estaba equivocado era muy difícil de hacer.
— No juzgues sin conocer, como idol debería estar acostumbrado a ello, pero jamás te acostumbras—acomodó algunos mechones de su cabello apartándolos de su rostro por la suave brisa nocturna—No cometas el mismo error de ellos.
SooMin miró aquellos labios rosados y delgados, colocó su mano en su cuello acercándose a ellos besándolos de manera lenta, exactamente uno de esos besos que te causa un cosquilleo en todo el cuerpo y te dejan ansiando más. JungKook temía tocarla como siempre, pero esta vez decidió acariciar sus mejillas profundizando quizás aquel beso.
El corazón de ambos latiendo al mismo ritmo, las luces iluminándolos, el río corriendo suavemente y aquella brisa era tan perfecto, todo era perfecto, pero claro, estaban tan sumidos en ese beso que no se percataron de nada.
SooMin acarició la piel expuesta de su cuello notando lo suave que era y JungKook ya se sentía adicto a esas mejillas de bebé. Las bocas de ambos siguieron unidas en una danza un poco más intensa y ninguno de los dos quería separarse...pero los pulmones reclamaban oxígeno.
Cuando se separaron se miraron fijamente notando que tenían los labios hinchados y las estrellas en sus ojos. Todo era tan...romántico.
— ¿No dijiste que debía pedirte permiso para besarte? —pellizcó suavemente su mejilla teniendo la voz algo ronca.
— Lo hice—chasqueó la lengua—Pero es mi cumpleaños así que...—se encogió de hombros.
— Intentaré aprovecharlo entonces—volvió a besarla un par de veces más.
Todo muy lindo.
Todo muy tierno.
Todo tan...perfecto.
Terriblemente perfecto.
•••
Y aquí es donde entro yo con el drama señores 😎 Aja, it's me 😏
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Sweet Beginnings [JJK] COMPLETA
FanfictionEl maknae del famoso grupo de KPOP, BTS, ha comenzado a sufrir de depresión y ansiedad además de ciertos ataques de ira, esto ha dado de que hablar, sus fans temen por su salud y los miembros aún más ya que este tiene comportamientos que no son cara...