Capítulo 4

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JungKook no estaba siendo muy discreto mirando a la chica frente a él, ésta masticaba en silencio concentrada en su almuerzo, WooBin notaba aquello y con una sonrisa divertida aclaró su garganta

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JungKook no estaba siendo muy discreto mirando a la chica frente a él, ésta masticaba en silencio concentrada en su almuerzo, WooBin notaba aquello y con una sonrisa divertida aclaró su garganta.

— Hyung, ella es Yeong SooMin, tiene la misma edad que usted—le indicó. La chica de cabello oscuro levantó la mirada con las mejillas llenas viéndose graciosa, miró al chico de cabello morado oscuro sin entender porque daba detalles de su persona—Es amiga del director...

— ¿Amiga? —JungKookie se interesó en eso y SooMin advirtió con la mirada al menor de los tres.

— Mi familia es amiga de la familia del director—corrigió—Eso no me involucra.

— ¿Estás aquí por él?

SooMin revolvió el arroz en su bandeja queriendo ignorar a JungKook y éste notó que estaba tensa.

— No, noona tiene ansiedad, depresión y problemas de ira...

— WooBin—reprochó dejando sus palillos en la bandeja mientras se cruzaba de brazos—No creo que nuestro idol aquí presente quiera saber tanto de mí.

— Disculpa, ¿Pero te he hecho algo para que me odies?

— No te odio—frunció su ceño.

— ¿Entonces estás molesta conmigo?

— No he tenido un buen día, es todo—se encogió de hombros y JungKookie supo que se refería a lo de esa tarde, recordó cuando en el último día del tour también había hecho algo similar e incluso se había lastimado al romper el espejo.

Los tres siguieron comiendo, pero ahora en silencio.

[...]

— ¿Enserio es necesario? Prefiero hacer ejercicio todo el día...

— JungKook—reprochó Matthew—Debes escoger un taller, está prohibido que estés encerrado en tu habitación todo el día a menos que te sientas mal o a menos que alguna medicación te haya caído pesada.

— ¿Van a drogarme? —se cruzó de brazos.

— Si un paciente pierde el control...debemos hacerlo—asintió apenado por tener que admitirlo—Tranquilo, sé que no te pasará eso.

El chico mordió su labio algo dudoso.

— ¿La chica de esta tarde...terminó siendo...drogada?

— Tuvieron que sedarla, su nombre es SooMin, Yeong SooMin—contestó—Te vi con ella en el almuerzo, también te vi con WooBin, ¿Ya son tus amigos?

— No lo sé, SooMin la conocí en el taller de música, ella...estaba cantando una de mis canciones—suspiró— ¿Tiene tiempo aquí?

— Llegó hace un mes, está en el taller de música y canto, también está en el taller de carpintería.

— ¿Qué me dices de WooBin?

— Sung WooBin tiene un año aquí, está ansioso por volver a casa, cuando este año acabe su familia vendrá a buscarlo, ha mejorado mucho—sonrió orgulloso—El pobre tenía problemas con la droga y el alcohol, ahora tiene un año sobrio, está muy orgulloso consigo mismo.

JungKook se sorprendió al saber eso, el chico lucía muy dulce y tímido cuando le habló, jamás pudo imaginárselo drogado o ebrio. Quiso preguntar sobre SooMin al sentir curiosidad, pero no lo hizo.

Al final de la tarde, Jeon JungKook se había inscrito al taller de dibujo y al de escritura.

[...]

— ¡Hyung! —corrió hacia TaeHyung abrazándolo fuertemente—Sabía que regresarían por mí—sonrió. Al no obtener respuesta se alejó un poco notando una expresión seria en su rostro— ¿Hyung? ¿Y los demás? —miró hacia el auto que le había traído.

— Ellos no vinieron—negó con la cabeza—Vine a despedirme de ti.

— ¿Qué? —lo miró atónito.

— JungKook, la agencia te echó del grupo, las fanáticas...comenzaron a culpar al mánager, el staff y el resto por sobre exigirnos, demandaron a Big Hit y para evitar más problemas, ellos...—suspiró, lucía muy tranquilo para dar una noticia así.

— No, no, yo estoy bien, lo prometo, volveré a ser el de antes—forzó una sonrisa, pero el chico de cabello rojo intenso negó con la cabeza—Hyung, por favor, deben ayudarme...

— No voy a ayudarte, tú solo te metiste en esto—retrocedió—Adiós, JungKook-ah.

— ¡No! TaeHyung, espera...—intentó acercarse pero los hombres vestidos de enfermeros lo retenían— ¡TaeHyung! —forcejeó sintiendo la ansiedad y el desespero apoderarse de sí, el pelirrojo subió al auto ignorándole— ¡TaeHyung! ¡Suéltenme! ¡No puedo quedarme aquí! ¡No quiero quedarme aquí!

Despertó entre gritos, respiraba con dificultad, sus ojos estaban cerrados con fuerza y sólo supo que alguien había entrado a su habitación, necesitaron sedarlo cuando el joven maknae se puso violento intentando golpear a los que querían ayudarle.

Aquella pesadilla se convertiría en su mayor temor.

Sweet Beginnings [JJK] COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora