Sweet Beginnings [JJK] COMPLETA

Capítulo 8

JungKook corría alrededor del lugar, Matthew como siempre contaba los minutos, el chico lucía de buen humor esa mañana...y lo estaba. Cuando se dirigía al desayuno se detuvo al pasar por una de las ventanas.

— ¿JungKook? —escuchó a Matthew cuando se detuvo.

En el jardín SooMin colocaba la casita que había pintado anoche en una de las ramas, ésta colgó sin problema y se veía incluso más llamativa, JungKook sonrió sin darse cuenta. ¿Era normal que sintiera una ligera alegría y calma con esa simple imagen?

— ¿Qué? —Matthew tocó su brazo y el maknae parpadeó—Lo siento, yo...

— ¿SooMin y tú tienen algo? —sonrió mirándolos. La chica no se percataba de ellos, además se dirigía al comedor perdiéndose de sus vistas, pero JungKook quería seguir viendo esa casita de colores cálidos.

— ¿Qué? No, somos amigos, es todo—aseguró.

— ¿Tiene algo de malo que estén...?

— Matthew—interrumpió—SooMin ha sido honesta conmigo y yo con ella, es todo—prometió.

— Bien, será mejor ir al desayunar, tienes cita con tu psicólogo—le recordó.

JungKook antes de retirarse miró aquella casita encontrando dos pajaritos en ella.

[...]

Los medicamentos de JungKook disminuirían un poco, eso era bueno, se sentía bien consigo mismo y no recordaba la última vez que eso pasó. En clase de dibujo recordando lo que SooMin le dijo, dibujó una casita para pájaros, mejor dicho, varias, todas ellas estaban llenas de aves cantando y volando felices por sus hogares, aquello sorprendió a WooBin.

— Eso es hermoso—sonrió—Hyung, sus dibujos siempre son buenos.

— Los tuyos también.

— Gracias—se avergonzó un poco—Me gusta dibujar, me distrae siempre.

— ¿Escogiste este taller por eso?

— La verdad es que cuando tenía doce años vendía mis "obras de arte" en la escuela para tener dinero propio y comprar golosinas con mi hermana—sonrió divertido recordando su infancia—Ella solía pintarlos por mí, por eso el trabajo era mitad y mitad.

JungKook recordó a la chica de vientre abultado y recordó lo que SooMin le había dicho al respecto.

— ¿Ya sabes que será el bebé? —miró su dibujo cerrando la libreta.

— Sí, tendrá una niña, dijo que la llamaría Luna, siempre le ha gustado ese nombre.

— Es bonito—le sonrió de lado—Podrás disfrutar de tu sobrina cuando salgas de aquí—felicitó—WooBin... ¿Puedo preguntarte algo?

— Claro, hyung.

— ¿Cómo comenzó tus problemas con el alcohol y las drogas? —ambos se pusieron más serios por el tema. WooBin no estaba orgulloso de recordarlo, pero si de sentir que lo superó, aunque nunca jamás podría volver a beber una botella, sería repetir lo mismo.

— Solía ir a fiestas en la secundaria, llegaba tarde a casa, me dejé influenciar por las amistades y acabé siendo un adicto—confesó.

— ¿Ellos decidieron dejarte aquí?

— Yo decidí venir aquí, supe que había tocado fondo cuando en una de esas amanecidas golpeé a mi padre—JungKook se sorprendió, no imaginaba a ese chico siendo violento—Le pedí perdón y les pedí que me ayudaran, que estaba enfermo y que no quería seguir viviendo así.

— ¿Y te perdono?

— Se puso a llorar conmigo, lo hizo, pero será algo que siempre llevaré conmigo—suspiró. Cambió el tema al recordar algo—Hyung, ¿Tus padres vinieron?

— No, los chicos me dijeron que el próximo mes vendrán.

— ¿Tienes un hermano mayor?

— Así es.

— ¿Crees que venga?

— Tal vez—se encogió de hombros—Antes de hacer las audiciones para Big Hit solía ser muy...rebelde con ellos, también me arrepiento de eso, creo que todos tenemos algo de que arrepentirnos, ¿No?

WooBin asintió concordando con eso.

[...]

JungKook sonreía de lado allí de pie frente a la casita de madera, los pájaros entraban o salían, supuso que SooMin les había colocado comida y algo para mantenerlos calentitos dentro, el frío comenzaba a sentirse, el próximo mes ya sería diciembre. Pensar que sería la primera navidad sin sus hyungs...le dolía.

— Es lindo, ¿Cierto? —SooMin le tomó por sorpresa y él volteó a verla. La chica se detuvo a su lado mirando su obra.

— Más que lindo, ¿Dónde piensas colocar el resto?

— Muchas veces suelo ir al bosque a dejarlas en los árboles—explicó—Tengo permiso para ir.

— ¿Vas sola? ¿No te pierdes?

— No—le miró— ¿Sabes cómo? Cuanto más entras al bosque verás casitas de colores vivos, cuanto más cerca estás del centro de rehabilitación encontrarás colores suaves, es una táctica que hice para guiarme.

— Buena táctica—admitió.

— ¿Quieres ir conmigo antes de que anochezca?

— No sé si Matthew me deje ir...

— Hablaremos con él ahora—tomó su mano jalando de su brazo sin darle tiempo a protestar.