¿Cómo Fue Que Nos Pasó?

Capítulo Diez

WooSeok me ignoró todo el camino, ni siquiera me dirigió aunque sea una palabra, ni tampoco me explicó la razón de su enfado.
Una vez en casa, mi compañero se sentó en el sofá de la sala principal para ver televisión tranquilamente.
No soy una persona que ruega amistad o explicaciones, pero esta vez sí que necesitaba hacerlo.

- Me parece muy infantil de tu parte que simplemente me estés ignorando sin razón alguna, ¿Me podrías explicar qué rayos te pasa? - Añadí.
- Bueno... Tú me ignoraste primero en el partido de tenis - Manifestó cortante.
- ¿Qué? No niño, tú fuiste el que me ignoró cuando íbamos camino al campo de tenis. No me dirigiste la palabra aunque fuese una sola vez - Aseguré alzando un poco mi tono de voz.
- Pues bueno, pero la idea de hacer equipo con Yan An y no conmigo fue tuya, idiota - Exclamó.
- ¿Tú eres imbécil? Lo hice por ti. Estabas con Kino en el equipo, con el chico al que realmente amas... ¿Por qué te enfadas por eso? - Agregué extrañado.
- ¡PERO YO QUERÍA ESTAR CONTIGO EN EL EQUIPO! Se me hizo muy difícil conseguir esa cancha como para que tú ni siquiera jugaras conmigo - Gritó.
- Hey, la idea de invitar a Kino y Yan An fue TUYA - Comenté enfurecido.
- ¡LO SÉ! ¡PERO ERA PARA QUE ELLOS FUERAN UN EQUIPO Y NOSOTROS FUÉSEMOS OTRO, IDIOTA! Escucha, yo conseguí el campo para estar contigo, y para verte hacer lo que te gusta, Yuto... - Exclamó nuevamente.

Guardé silencio por algunos minutos. La situación era demasiado compleja y extraña. Se suponía que a WooSeok le gustaba Kino, por eso yo elegí hacer equipo con Yan An, para que mi amigo pudiese estar con su enamorado, por más que me duela verlo a junto a él, me alegra verlo feliz.

- ... Iré a preparar la cena... Es un poco tarde, y debemos ir a dormir pronto - Indiqué luego de que la situación ya se había vuelto un poco más tranquila.
- Está bien... - Respondió desanimado.

Sin más que decir, me dirigí a la cocina para preparar la cena lo más pronto posible.
Cuando la cena estaba casi lista, logré sentir unos cálidos brazos rodear mi cintura.

- Perdóname, Enano... No debí tener esa actitud tan detestable contigo - Susurró en mi oído.
- Está bien... Ahora lleva los cubiertos a la mesa, que la cena pronto estará lista - Agregué, a la vez que le entregaba los cubiertos necesarios.

Nos sentamos a comer en silencio, ya que siempre terminábamos de cenar muy tarde cuando nos poníamos a conversar en vez de saborear tranquilamente las deliciosas comidas que preparábamos.

- Eres una dulzura - Añadió mi compañero en tono adorable.
- ... No, te equivocas... No soy para nada dulce... Pero lo tomaré como algo positivo - Respondí.
- Claro que es positivo... Me encantas... Digo... Me encanta que seas así -  Agregó con una leve y tierna sonrisa.

Al terminar la cena, WooSeok se ofreció para lavar los platos. Acepté. Estaba muy cansado, y lo único que deseaba en ese minuto, era dormir y descansar.
Subí hacia la planta superior. Caminé en dirección al baño, allí tomé una ducha, cepillé mis dientes, sequé mi cabello y me cambié de vestimenta para poder dormir cómodo.
Hoy no fue un día demasiado bueno, aunque tampoco fue totalmente malo. Sólo espero que mañana sea un día mucho mejor, lleno de energía y cosas buenas.
Estaba a punto de quedarme dormido, cuando WooSeok entró silenciosamente a mi habitación.

- ¿Yuto? ¿Qué haces despierto aún? Te dije que vinieras a dormir rápido, te noto muy cansado mi pequeñito gruñón - Agregó.
- Pues sí, pero... Aún no tengo sueño - Respondí.
- Ah, okay... ¿Te molesta si te hago compañía un momento? - Preguntó ingresando a la habitación.
- No, claro que no, al contrario - Afirmé.
- Pues bien. Hey, se me ocurrió una idea brillante. ¿Te parece si mañana por la tarde vemos películas juntos? He visto un montón de películas que me encantaría volver a mirar... Pero esta vez en tu compañía - Añadió en tono bajo.
- ¡Claro! Me encantaría, podemos ver todas las películas que quieras. Asegúrate de que ninguna sea muy cursi y las veré contigo - Advertí.
- ¿Hablas en serio? Porque los libros que lees en la universidad son bastante cursi que digamos - Exclamó en tono burlón en medio de una risa, provocando que mi tez adquiriera inmediatamente un color rojizo.
- Igual, no tiene nada de malo - Comunicó por última vez, para luego besar mi frente y retirarse del lugar.

Apoyé mi cabeza en la almohada emocionado por el día siguiente, pero el cansancio me venció. Sin darme cuenta, al cabo de unos minutos, me quedé profundamente dormido.