Capítulo Trece

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Al día siguiente, desperté con el irritante sonido de la alarma.
Me levanté de mal humor, al igual que todos los lunes por la mañana.
Bajé en dirección a la cocina, para preparar rápidamente mi desayuno, pero para mi suerte, Jung WooSeok ya se había encargado de aquello.

- ¡Buenos días! - Saludó enérgico.
- Buenos días - Respondí entre bostezos.
- Compré un yogurt de fresa, de aquellos que tanto te gustan - Añadió señalando la bolsa que contenía el refrigerio.
- ... Sí, me gusta mucho ese yogurt, de hecho, es mi merienda favorita, y hace mucho tiempo que no la como. Dime, ¿Cómo sabes que me gusta? - Pregunté bastante extrañado y sorprendido, aunque intenté disimularlo.
- Pues... Le pregunté a Hui, él me ha dicho que te encanta ese yogurt - Afirmó un poco inseguro.
- Vaya... Es curioso, no recuerdo habérselo dicho a Hui alguna vez - Comenté aún más extrañado.
- ... Bueno, no lo sé, quizás no lo recuerdes, pero él ha sido el que me dijo que es tu aperitivo preferido - Afirmó desviando la mirada. No quise volver a contestar.

Nos sentamos a desayunar con bastante paciencia, ya que suelo ser un chico puntual, y me levanto con mucha anticipación cada vez que tengo algún compromiso.
Al terminar mi desayuno, WooSeok me ofreció que él lavaría los platos, como lo hacía constantemente. Acepté.
Subí velozmente hacia la planta superior para comenzar a arreglarme. Tomé una ducha, cepillé mis dientes, peiné mi cabello lo mejor posible, y elegí una ropa cómoda, ya que esa tarde quería invitar a WooSeok a jugar un mini partido de tenis a la cancha de Yonsei, después de la salida de clases.
Una vez ya consideraba estar listo, tomé mi mochila y me fui al sofá de la sala principal a esperar que WooSeok estuviese listo, pero claramente, este último era muchísimo más rápido que yo para arreglarse.
Salimos en mi coche hacia la universidad. WooSeok, a diferencia de los otros días, todo el camino me fue conversando de distintos temas que sinceramente, no entendía demasiado bien, pero sabía que eran temas importantes para él, así que de todas formas me mantenía feliz al escucharlo.
Llegamos a nuestro destino, y tuvimos que despedirnos enseguida, ya que íbamos en clases diferentes, y probablemente no nos veríamos hasta el almuerzo.

- Bueno, Seok... Te veo más tarde. ¿Almorzamos juntos? - Sugerí.
- Claro que sí - Respondió sonriente, para luego dirigirse hacia su salón.
Me quedé un rato observándolo, hasta que finalmente, desapareció entre la gran cantidad de estudiantes que caminaban en dirección a su mismo salón para comenzar la clase.

- ¡HOLA! - Exclamó mi amigo Hui apareciendo desde la cafetería.
- Hola Hui - Respondí a la vez que le daba un pequeño abrazo.
- Hey, ¿Así que estás saliendo con el chico nuevo? Los vi llegar juntos, y pensé que quizás pasaba algo entre ustedes - Preguntó.
- No Hui, no salimos, pero... - Añadí sin lograr terminar la oración.
- Te gusta, ¿No? - Interrumpió.
- ... Sí - Agregué con el tono más sincero.
- Yo lo sabía querido amigo, bastaba con ver la forma en que lo mirabas - Aseguró muy animado. Hui ya sabía hace mucho tiempo sobre mi homosexualidad, aunque tampoco fue fácil para mí confesarlo, pero al fin y al cabo, es mi mejor amigo.
- ¿Vayamos a clase? No falta nada para que comience química, qué aburrido, ¿No crees? - Manifestó rodando sus ojos.
- Sí - Mencioné, para luego mezclarnos entre la multitud de estudiantes que se dirigían a nuestro mismo salón.

Todas las clases de aquel día se me hicieron más aburridas de lo que me hacían normalmente. Sólo tenía un pensamiento plasmado en mi mente. Jung WooSeok.
Cuando por fin el timbre anunció la salida, tomé mi mochila apresuradamente, y me dirigí junto a Hui a la cafetería para almorzar.
Cuando llegamos al sitio, mi amigo y yo nos sentamos en la mesa más amplia que había para esperar a nuestros otros amigos.
WooSeok se tardó demasiado en llegar, pero según él, fue porque acompañó a Kino a esperar a su novio HongSeok, que salió de su clase un poco más tarde.
Todos los chicos que habían llegado recientemente se sentaron en el lado del frente del mesón.
Luego de algunos minutos, fuimos a comprar la comida, la cual no tardó mucho en llegar a nuestra mesa.
Todos comían entre chistes y risas que se realizaban mis otros amigos. Pero yo sólo me dediqué a observar sus maravillosas facciones. A veces, me gustaría decirle todo lo que siento por él, aunque me pregunto, ¿Para qué hacerlo? Él está enamorado de Kino, y alguien como yo jamás lograría que ese sentimiento cambiara.

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