16. Por mí.

6.7K 290 10
                                    

********************

-O sea que vais a volver. Me lo temía.

-No lo sé, Sam. Sabes que estoy enamorada de él. Pero Jacob...él es genial.

-Pero no le quieres. ¿No? -Dijo Caroline mientras peinaba el flequillo de Sam, que siempre tenía alborotado.-

-No, no, no. Es guapo, inteligente, tiene una personalidad arrolladora...no sé porqué no puede gustarme, soy estúpida.

-No eres estúpida, Marie, sólo estás enamorada de Kian, cielo. El amor te vuelve tonta.-Annia y JC estaban sentados en un sofá, abrazados. Me sentí feliz por ellos, pero ahora yo era la única que no tenía pareja, y echaba de menos a Kian.-

-Me frustra, me frustra seguir enganchada a él aunque me haga daño.

-Creo que a lo mejor sólo quieres protegerle, ya sabes, por lo de tu hermano...

-¡Jc! -Annia le dio un golpe y él se frotó el brazo.-

-No te preocupes, Annia, tiene razón. Que Kian sea como es me recuerda mucho a Justin...pero esa no es la razón por la que quiero estar con él...y por favor, cambiemos de tema.

********************

Es curioso, ¿verdad? Hay personas que llegan a tu vida como caídas del cielo.

Hay personas que consiguen poner tu vida patas arriba en tan poco tiempo que es increíble.

Jacob era una de esas personas. Un chico que tenía una mirada que me hacía saber que se avecinaban problemas.

Y yo no quería tenerlos.

-Marie Johnson.

-Jacob Green. -Dije y él sonrió, y pude ver su hoyuelo en su mejilla izquierda.-

-Ven, quiero enseñarte algo. -Cogió mi mano y me llevó corriendo por las escaleras de un almacén abandonado. Puede que fuera una mala idea haber aceptado ir ahí con él, pero necesitaba distraerme. -Voilà. -Dijo cuando llegamos. Solté su mano y caminé hacia el muro de piedra que se alzaba ante mí, podía ver perfectamente la ciudad.-

-Wow, esto es precioso, Jake.

-Pues como tú. -Enseguida sentí el calor en mis mejillas, y aunque estaba ligeramente oscuro, él también lo notó porque se acercó a mí. -No te pongas roja. Sólo digo la verdad. Eres preciosa. -Yo suspiré y él puso sus manos en mis mejillas.-

-¿Porqué soy tan idiota? -Él me miró extrañado. -Eres un chico genial.

-Yo no creo eso en absoluto, sólo soy un chico normal.

-Eres increíble. Podrías gustarle a cualquier chica.

-Conozco una a la que no.

-Yo soy una idiota, ya te lo he dicho. Y a parte de eso, soy masoquista, parece que me gusta que me hagan daño. Y no sé porque te fijaste en mí, de verdad, no merezco que alguien como tú tenga si quiera el más mínimo interés en mí.

-¿Porqué te tratas tan mal a tí misma? -Entrelazó nuestras manos, y yo bufé.-

-Es la verdad, Jake. Aquí estoy, en un azotea con un chico guapísimo que hace unos días me confesó que siente algo por mí, y sin embargo, estoy enamorada de un chico que sé que tarde o temprano me romperá al corazón. ¿No ves lo incoherente que es eso?

-A veces las cosas no tienen sentido. Así es la vida, un completo sin sentido, Marie. ¿Y sabes? No me importa que aún estés enamorada de Kian, ya me has dicho dos ocasiones que no me haga ilusiones, es mi problema si no sigo tu consejo. Porque no puedo evitar hacerme ilusiones cada vez que te sacó una sonrisa, porque por un momento llego a pensar que podría hacerte feliz.

-Por favor, Jake. Dame tiempo, es lo único que te pido. No intentes que pase nada entre nosotros, porque sólo logras confundirme más.

-No pasará nada si tú no quieres, lo prometo.

-Gracias, de verdad.

-Pero prométeme que pensarás más en ti misma, en tu felicidad, no en la de él. -Me miró a los ojos y sentí que me temblaron las piernas. -Prométemelo, Marie.

-Te lo prometo.

********************

Recibí un mensaje de Kian citándome en su casa. Era tarde, al menos las 11 de la noche, y me temía lo peor.

Toqué al timbre y segundos más tarde me abrió.

-¿Estás bien? -Dirigí mis manos a sus mejillas y le miré a los ojos, examinándolos. Ni rastro de efectos de drogas.-

-Me encanta que te preocupes por mí, nena. -Me cogió por la cintura, atrayéndome a él, y cerró la puerta con el pie cuando estuvimos dentro.-

-¿Y tus padres? -Pregunté, aunque estaba distraída porque Kian me estaba besando el hombro, y subía por mi cuello.-

-No están...subamos. -Yo reí y subimos las escaleras corriendo, y al llegar a su habitación, solté mi bolso sobre el escritorio y él me abrazó por detrás.-

-Tenía tantas ganas de verte...tenía tantas ganas de tí...-Dijo para después besar mis labios desesperadamente.-

-También te echaba de menos.

Él retiró el pelo que me caía torpemente por el hombro derecho y besó mi clavícula.

-Quiero que probemos algo nuevo.

-¿A que te refieres con nuevo? -Gemí por el contacto de su mano cerca de mí trasero y me pegó a él.-

-No vamos a...ya sabes. Sólo disfrutar un poco. -Yo asentí mirándole y él sonrió.-

Nos dirigimos a su cama y me acomodó sobre él. Súbitamente recordé aquella vez en la "fiesta" en los suburbios.

Besé su cuello suavemente mientras él paseaba sus manos por mi espalda. Después se dirigieron al final de mi camiseta y me la quitó, para después hacer lo mismo con la suya. Me separé de él para acariciar su pecho. Cuando puso sus manos en mis caderas y le sentí moverse debajo de mi solté un pequeño suspiro.

-Me encanta que gimas por mí. -Me dijo mirándome a los ojos. -Me encanta provocar esto en tí.

Yo no respondí. Mordí mi labio hechando la cabeza hacia atrás, y él desabrochó los botones de mis pantalones como pudo, y se quitó los suyos, quedando los dos en ropa interior. Volví a sentir el contacto y el gimió.

-Me pones tan malditamente duro...no sabes lo que me gustaría hacerte el amor ahora mismo.

-Cállate, Kian, no lo estropees.

Siguió moviéndose, pero ahora más rápidamente y yo clavé mis uñas en sus hombros, me sentía bien, era una sensación rara, pero placentera.

-Mierda. -Dije cuando llegó aquella sensación pero multiplicada por mil veces.-

-Lo sé. -Dijo Kian y sentí que se estremecía debajo de mí, al mismo tiempo que a mi me temblaban las piernas y él pegó un grito.-

Paró de moverse segundos más tarde y me quedé encima de él, con nuestras frentes pegadas. Suspiró en mi boca.

-Joder, eso ha sido...joder.

-¿Que ha sido eso? Yo jamás había sentido eso...

-Un orgasmo, nena. Y hemos tenido sexo con ropa...ni me imagino lo que pasará cuando lo hagamos de verdad, eres la mejor. -Me sonrojé y él rió. -Jamás me había corrido tan rápido.

-¿Puedes dejar de decir esas cosas?

-Nena, pensé que eras inocente, pero veo que me equivoqué.

-Nunca dije que lo fuera.

-Lo sé, mi niña mala. Te quiero. -Besó mis labios y me bajé de encima de él, recostándome en la cama. -Durmamos.

-Por cierto, Kian, yo también te quiero.

Trouble. [Kian Lawley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora