Trouble. [Kian Lawley]

39. Sam.

Llevo varias semanas evitando a Kian desde que nos acostamos aquella noche. Intento no pensar en él, pero el recuerdo de sus manos recorriendo mi cuerpo, de sus labios besándome...simplemente no abandona mi mente. Desde hace mucho Sam se queja porque dice que estoy distante, y tal vez tenga razón, pero es que simplemente no puedo evitar sentirme mal por lo que pasó, por mentirle cuando él ha sido genial conmigo.

-Sam...

-¿Si? Dime, princesa. -Responde él poniendo pausa a la película. Yo no digo nada y simplemente escondo mi cabeza en su pecho, acto seguido me abraza. -¿Estás bien? Has estado rara últimamente...

-No...no lo estoy.

-Explícame que te pasa.

-Sam...quiero estar contigo, ¿vale? Me he dado cuenta de que me haces bien. Así que quiero que empecemos de nuevo.

-¿A qué te refieres? -Pregunta confundido.-

-La noche en que te quedaste en el hospital...Kian me llevó a casa. Estuvimos hablando un rato y él...me besó.

La expresión de Sam no cambia y yo entrelazo nuestras manos, cierra los ojos un momento y suspira.

-¿Tuviste sexo con él? -Le tiembla la voz y se me parte el alma al verlo así.-

-Sí...yo...lo siento, Sam. No sé que me pasó. Tú ya sabes como es Kian. Y no le hecho la culpa, yo también la tuve...debí pararle antes de que...

-Tranquila. Mira, no me importa, ¿vale? Te prometí que te daría tiempo y que te comprendería. No es fácil olvidarse de alguien a quien quieres.

-Eres el mejor. -Le abrazo y cuando nos separamos el sonríe.-

-Lo sé.

Comienzo a acariciarle el pelo y él cierra los ojos, deslizo mis dedos por su rostro, reparando en cada una de sus facciones. Él lleva sus manos a mis caderas y acerca mi cuerpo al suyo. Después de eso me mira a los ojos de una manera penetrante, que no es nada propia de él. Tiene las pupilas dilatadas y de repente me siento bloqueada.

-Sam...yo...quiero besarte.

-¿Y a qué esperas?

Una pequeña risa se le escapa y yo sonrío. Junto nuestroa labios y comenzamos a besarnos lentamente. Sam baja sus besos por mi cuello y se posiciona encima de mí.

Cuando está cerca de mi oído susurra.

-No te imaginas las ganas de ti que tengo ahora mismo.

-Sam...

-Por favor. Déjame hacerte mía. Déjame demostrarte lo que te quiero. No me rechaces, hoy no.

Yo no digo nada y agarro su cara entre mis manos para besarle otra vez. Me quita la camiseta que él mismo me habí prestado, así que estoy en ropa interior en frente de él.

-He estado soñando con esto desde que tengo10 años dos veces cada noche. Y bueno...tres cuando era mi cumpleaños. -Yo río y él se pone aún más rojo de lo normal.-

-¿Y lo hacía bien en esos sueños?

-De maravilla.

Y sí, lo hicimos. A pesar de que debería, no voy a contar como pasó, porque no quiero. Sam ha sido increíble, tan cuidados y adorable como me lo imaginaba.

Muy diferente a Kian, cada uno con sus particularidades que lo hacen especial.

Simplemente tengo que decir que hoy he aclarado muchas de las dudas que tenía sobre Kian y Sam.

Los últimos días han sido complicados. Estamos a mediados de febrero y miro por la ventana, el sol brilla. Me tranquilizo y la idea de que el sol brilla porque las cosas mejoran me agrada.

Tal vez antes tuviera dudas sobre todo, pero hoy no. Me atrevo a responderme a mí misma a la pregunta que me hizo Annia, ¿Kian o Sam?

Sam, definitivamente Sam.