**Basado en una obra de teatro que escribí en secundaria y encontré en la esquina de un librero.
"Y permanecías ahí sentado, inmutado ante el tacto humano. ¿Es que acaso, Otelo, no puedes sentir amor? ¿Es que acaso, Otelo, no puedes sentir la divinidad de los tiempos modernos? ¡Oh, mi querido Otelo, eres tu el que hace envejecer al tiempo!"
"No veo ningún temor en el tiempo, mi estimado Rafael. ¡Eres tu él que pudre los tiempos modernos! ¡Eres tu el que mantiene apagado el sacrilegio de amor!"
- ¡Ya, cuando se van a besar! - pronuncio entre el publico una voz sonora, las risas no se hicieron estallar.
- ¡Esta obra no es de eso! - comento el personaje de Otelo. - ¡Lárgate de aquí!
- ¡Yo soy el maldito protagonista, así que cállate bastardo!
-Anda, déjalo, solo él financia la obra... sin él estamos acabados. - dijo Rafael en voz baja cuando vio que Otelo cruzo de lleno las butacas para reprender a su compañero. - ¡Jotaro!
- ¿Le rompiste la nariz? - pregunto su madre viéndolo impactado, con un tremendo ojo morado y su gorra negra desecha. - ¿Jotaro, quieres responderme?
-Señora Kujo, no es la única ocasión que Jotaro presenta ese tipo de comportamiento. La semana pasada golpeo a otro alumno fuera de clases. - la madre de Jotaro miro al director sorprendida. - Lo sé, igual me acabo de enterar. Además, insulta a todos y me temo, Señora, a todas.
Jotaro bajo la mirada algo avergonzado.
-Tome esto. Es un buen psicólogo, quizá sea algo temporal, he visto muchos casos como el de su hijo, Jotaro es muy bueno en las ciencias biológicas. Hazlo Jotaro. - el joven tomo con desprecio el papel que el directivo de daba. -Hazlo por tus sueños, por tu familia y amigos.
Y por la mente de Jotaro cruzó aquel pelirrojo, Otelo... el amor platónico de Rafael.
- ¿Un psicólogo? - pregunto Kakyoin durante el almuerzo. - Jotaro. - dijo en tono preocupado. - Preferiría que tomaras clases de box antes que ir... con un loquero.
-No es tan malo.
- ¡Estás loco! - grito al aire, para luego sonrojarse. - Lo siento, no quería ofenderte. No quería.
-No te preocupes.
-No dejes que te cambien.
- ¿Qué, así te gusto? - dijo en tono de broma y su compañero solo se sonrojo aún más.
Jotaro Kujo era algo especial, lo veían en la escuela, siempre imponente, fuerte, terco y grosero, a las chicas les encantaba un hombre rebelde que las tratará mal, a los chicos les hacia falta un buen líder...a Jotaro lo único que le faltaba y, por mas cursi que suene, le faltaba una verdadera pasión más allá del teatro o agarrarse a golpes con cualquiera, que insultar o tomar sin control, a Jotaro le hacia falta entender la modernidad de los tiempos, entender que él cambiaría el estereotipo marcado como "amor moderno."
-Papá nunca está en casa. - le decía al psicólogo. -Va de gira muy a menudo, claro por Japón.
- ¿Qué hay de tu madre?
-Hace lo que cualquier madre haría.
- ¿Qué hace?
-Limpia, cocina, barre...no tengo idea de que más podría hacer. - lo miro, era un hombre algo maduro, bajo, con un suéter de lana color verde olivo y sus pantalones café claro, esos horribles mocasines tan limpios. - ¿Cree que es un problema familia?
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Modern Love (Amor moderno)
FanfictionTras un fantástico casting, Jotaro Kujo y Kakyoin Noriaki son elegidos como protagonistas de una obra teatral, sin embargo la situación va empeorando a cada día, comienzan a ser buenos amigos sin embargo los dos y a su manera comienzan a negar sobre...