El ser humano se empeña en crear utopías, tiene el ideal de que algún día dejará de existir la maldad, la tristeza o la agonía. ¿Pero qué es la felicidad sino esos pequeños momentos en los que eres capaz de superar tus miedos? ¿Cómo podría ser feliz con Nueve sin temer que desapareciese de mi vida?
Había desaparecido... todo. Sonreí irónicamente al pensar "si pudiese retroceder en el tiempo" pues eso era justo lo que acababa de hacer.
Un trueno rompió el cielo y yo miré hacia arriba. En el futuro no existen las tormentas ni los cambios climáticos así que aquello era nuevo para mí. Me aterraba, pero era incapaz de moverme. Creo que estaba esperando que alguna de esas descargas se topase conmigo. Pero no fue así.
Terminé calado de agua y temblando de frío, otra sensación nueva para mí.
No sabía dónde estaba o en qué época me encontraba pero estaba claro, por las conversaciones que escuchaba de la gente que pasaba cerca de mí, que no hablaban mi idioma. ¿Y si mi lenguaje no era conocido en esta época? ¿Si no era capaz de comunicarme con nadie?
Sentí una extraña calidez cuando observaba a las personas. Me maravilló ver que todos los uniformes eran diferentes. En el futuro todos vestimos igual.
Algunos pasaban corriendo, otros llevaban una especie de plástico con palo que les cubría del agua que caía. Pero advertí que todos ellos tenían sus sentimientos enteros.
Yo sabía que en la antigüedad la gente era así, pero hasta ese momento, era incapaz de imaginarlo. Cómo me hubiese gustado que Nueve lo viera también.
Hayashi Ryouji. Esa era la contraseña de la máquina. Nueve sabía que no sería capaz de seguir sólo. Él me conocía mejor que yo mismo y esa era su forma de decirme claramente que ni se me ocurriera rendirme.
Pasó tres días después de que llegase. No había hablado con nadie, no me había alimentado puesto que no tenía inyecciones y no dejaba de llover.
Seguía sin saber en qué época me encontraba y lo peor de todo es que estaba enfermando. El uniforme que llevaba no estaba hecho para aguantar esas lluvias ni temperaturas.
Decidí caminar por la ciudad, había letreros con unos símbolos extraños encima de muchos edificios. Había mucha, muchísima gente. Todos con esos plásticos en la cabeza.
Encontré un edificio que llamó mi atención. Era más bien grande a lo ancho, porque no era muy alto y tampoco llamaba mucho la atención, o por lo menos, no tanto como los demás.
Pero a mí sí y por una única razón. El nombre del letrero lo entendía. Sabía lo que ponía ahí. "Be Stronger". Eso estaba escrito en mi idioma. Entonces sí conocían esa lengua en esta época.
Mi emoción fue interna, dado que por fuera seguía débil, hambriento y sediento.
Decidí entrar. La poca gente que había se me quedó mirando y cuchicheaba. No hacía falta comprender su lenguaje para darme cuenta de que hablaban de mi ropa.
El corazón latió hasta querer salirse del pecho en el preciso momento en el que me giré para buscar al dueño de aquel lugar. Era él. ¿pero cómo...?
-¡Nueve!- Grité acercándome repentinamente hacia el mostrador donde se encontraba. La gente se apartó de mi camino, muy amable por su parte, pero cuando estuve a punto de tirarme encima suyo y abrazarle, él retrocedió alejándose de mí. Vi temor en su rostro.
-Nu-nueve...- Dijo tartamudeando y miró una pequeña pulsera que llevaba puesta con lo que supe que era una sonrisa fingida.- $%$·$&·%&%$...- El mundo volvió a desplomarse ante mí nuevamente. No era él. Es cierto que era idéntico, aunque esta persona tenía el pelo un poco más largo. Sin embargo, el rostro era el mismo. Pero supe que no era él. Me habría reconocido. Además de que hablaba ese idioma raro que yo desconocía.
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Proyecto Cero: Libro 1 (El futuro)
Novela Juvenil¿Cómo esperas que comience una historia? ¿Hablando del pasado quizás? ¿Contando algo que sucedió hace muchos años? ¿O tal vez con un suceso acontecido en el presente que desencadene toda la trama? ¿Con un hecho que no tenga nada que ver conmigo en e...