Capitulo 17: Suceso inesperado

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A pesar de todo lo ocurrido, Kim sigue aún más alejada de mí. No la culpo, soy fácil de reemplazar. Todas las personas en mi vida, entraron y se fueron tan rápido como llegaron. Por esta misma razón, estoy muy acostumbrado a que se larguen de mi vida. No sufro mucho por las personas que se van, pero en el caso de Kim, es muy diferente. Ella entró en mi vida y se quedó a pesar de todo. Me encariñe nuevamente con alguien. No quería hacerlo porque me vuelvo aún más débil. Pero no se como lo logro ella y eso me molesta demasiado. 

Ahora que me doy cuenta de algo... Ella hace lo mismo que yo le hice a Eli. Se va con su novio y me deja a mi merced como yo lo hacia cuando estaba con Eri. Entonces, si lo pienso mejor, me merezco todo esto. A pesar de que todo el mundo me ha dicho mil veces que nada fue mi culpa, yo creo que sí lo fue.

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Estoy sentado en el sillón de mi casa, con la portátil en las piernas ya que tengo que hacer un trabajo para la facultad. Me atrase bastante todos estos días que estuve en casa y debo ponerme al día. 

Hoy hace un calor infernal y no me queda otra que usar una musculosa que deja a la vista mis cicatrices profundas. Por suerte, estoy solo y nadie puede verlas. No quiero volver a dar explicaciones acerca de ellas. 

Me encuentro tan concentrado que no me percato de la hora que es. Ya es de noche y yo estuve aquí todo el día. Debería descansar un poco de todo esto. Decido dejar la portátil en la mesita ratona que se encuentra junto a los sillones y recostarme con la cabeza hacia atrás en el sillón. Mis músculos del cuello duelen debido a la posición en la que me encontraba. Cierro los ojos un rato para descansar. Estuve todo el día y recién ahora siento el cansancio de mi cuerpo. 

A pesar de que anocheció, el calor aún es insoportable. Pero de un momento a otro, siento un cambio en la temperatura. Como si hubieran abierto el freezer cerca mío. Es algo raro. A pesar de todo, no abro los ojos en ningún momento. Estoy tan cansado que ni abrir los ojos puedo. 

El frío repentino no se fue aun y mi curiosidad empieza a picar. Entonces, justo en el momento que me propongo a abrir los ojos, siento como algo helado se posa en mis labios y se va rápido. En ese mismo momento, algo susurra a mi oído:

-Tranquilo, Josh. Yo siempre estaré a tu lado. Nunca estarás solo.

Entonces al abrir los ojos me encuentro nuevamente con la figura de aquella chica que estaba en mis sueños vestida de blanco y llena de sangre.

-¿Eli? ¿Eres tú?- digo casi sin aire debido a la sorpresa.

Ella no responde nunca. Desaparece de la nada y eso me perturba aún más. ¿Qué mierda está pasándome? 

Me levanto y voy al baño para mojarme la cara. Quizás la falta de comida durante el día, haya hecho que alucine con ella. Pero era tan real como siempre. 

Me miro en el espejo del baño y no veo nada que me guste. Estoy tan pálido que creo poder estar viendo a través de mí y tengo unas ojeras super pronunciadas por el cansancio. Decido buscar en el baño un escondite secreto mío, que hace rato no utilizo. Sacó la pequeña caja del lugar y la abro. En su interior encuentro un par de gasas, muchas vendas, alcohol etílico, agujas para sutura e hilo para lo mismo. Se deben estar diciendo: "es una simple caja que utilizas como botiquín". Pero no, no lo es. Rebusco en el fondo de la caja y encuentro lo que deseo: mis cuchillas*. Puedo admitir que hasta tengo unos cuantos bisturí para una ocasión más especial ya que estos cortan aún mejor.

Me siento que en piso del baño y medito un momento si lo que voy a hacer esta bien. Es sabido que para mí siempre estará bien mientras sea yo el que lo haga y no otra persona, eso está claro. Por que yo me puedo lastimar, pero ver y saber que otra persona lo hace, solo logra que quiera ayudarla a dejar todo eso. 

Luego de unos minutos de meditar todo, decido que lo haré. Levantó el brazo y veo donde haré los cortes. Decido que no lo haré en la muñeca, si no un poco más abajo, ya que al menos podré levantar un poco la manga de la camisa cuando tenga que rendir alguna materia de la carrera. Hago varios cortes, que al principio duelen por la falta de costumbre de hacer esto pero luego del tercer corte, ya me acostumbre al dolor y mi adicción por querer más, aumenta. No me detengo hasta que logro ver todo mi brazo cortado.

Dejo que sangre un poco, sin importa que esté manchando la ropa o el piso. Ambas cosas se pueden limpiar después. Busco en la caja donde guardo todo, un par de gasas y vendas. Colocó las gasas para que no salga más sangre y empiezo a cubrir todo con las vendas. Cuando terminó decido sacarme la musculosa y el short para ponerlos a lavar por toda la sangre que tienen. Además, limpio un poco el piso porque también está con sangre. 

Después de terminar toda la limpieza del baño, me visto y me dirijo a la cocina a prepararme algo. Luego de perder un poco de sangre, me agarran unos mareos y siempre decido comer un poco para no terminar desmayado en medio de mi casa. 

Mientras cocino algo, pienso como hare para ocultar estos cortes, ya que me hice varios y es imposible justificarlos de alguna manera. Aunque ahora que lo pienso, Kim no está ahora conmigo así que ya no es problema. Las demás personas les importa un comino lo que yo haga. Así que me relajo un poco de ese tema y me dispongo que terminar mi comida.








(*Nota de la autora: también lo pueden llamar como Gillete o de la forma en que ustedes lo conocen. Yo lo escribo como cuchillas) 

¿Cómo Vivir Sin Ti?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora