Mientras que los fuertes brazos de Derek me sujetaban y mis ojos se vaciaban por completo, recordé que había dejado el coche aparcado en un lugar donde no se podía y que la grúa podría llevárselo. Abrí mis ojos ante la idea de tener que pagar por ello y me solté rápidamente del agarre.
- Yo... Verás... Tengo el coche mal aparcado y... ¡Maldición! -Exclamé, golpeando al aire- Vuelvo... -Derek se había ido- Enseguida.
Corrí a través del bosque llegando de nuevo a la carretera. Ahí seguía mi preciado Jeep. Me subí de nuevo y arranqué. Volví a la carretera y miré la hora. Sería mejor que volviera a la escuela a recoger a Malia. Conduje de vuelta al instituto y, una vez allí, Malia subió a mi Jeep sin decir palabra.
- ¿Qué ocurre?
- No has venido después del recreo...
- He tenido que hacer unos recados después de ordenarle el despacho al director.
- Tu corazón se acelera... -Musitó, aunque la oí.
- Eso es porque algo me está poniendo nervioso... -Y se sonrojó. Reí y conduje hasta su casa.
Una vez allí se despidió con un beso en la mejilla y corrió hacia el interior como lo hacía una niña de cinco años: Dando pequeños saltos. Yo reía al ver aquella escena y conduje hasta casa. Una nota en la nevera me explicaba que mi padre se encontraba en la comisaría y que estaría allí hasta tarde.
No sabía por qué pero no podía esperar hasta medianoche para ver a Derek. Necesitaba verlo en aquel instante así que le escribí otro mensaje que, al igual que el anterior, habló mi corazón.
- "Derek, no puedo esperar para verte. ¿Podemos quedar para hablar a eso de las cuatro? -Stiles"
Me dejé caer sobre la cama dejando un ligero suspiro que el viento arrastró hasta mi ventana. Giré mi cabeza para mirar hacia esta y la figura corpulenta de Derek estaba allí, de pie, mirándome fijamente. ¿No sabía que existían las puertas y los timbres?
- ¿Para qué quieres hablar? -Dijo, serio y frío.
- Derek... Necesitaba hablar contigo. Quiero solucionar...
- No hay nada que solucionar Stiles... No sé que te ocurre, no se que me ocurre pero no hay nada que solucionar.
- Derek... -Desapareció- ¡Derek! -Abrí los ojos. Tan solo había sido un sueño.
Miré mi móvil. El mensaje había sido enviado. Pero en ese instante sí que había respuesta.
- "Esta bien. A las cuatro y media en la roca del bosque. No tardes. -Derek"
Miré la hora. Aún eran las cuatro. Así que decidí darme una ducha y cambiarme de ropa. Aún recordaba cuando Danny vino y Derek estaba en mi casa. Le dije que se trataba de mi primo Miguel y éste no dejaba de mirarle los pectorales y yo le hice cambiarse de ropa. Danny jamás me perdonaría aquello. O a lo mejor no me perdonaría que el amor de su vida se marchara por haber matado a su hermano gemelo...
No sabía cómo podía seguir sonriendo. No sabía si era porque mi mejor amigo no me culpaba, si Derek me hacía sonreír como un idiota o qué era, pero sabía que aún tenía posibilidades de sonreír. Y cuando lo hacía, otros lo hacían también. Conduje lo más que pude y me encaminé a la roca. Allí, un Derek impaciente, me esperaba sentado.
- Hola Derek. -Le dije, sin mirarle a los ojos.
- Stiles... ¿Sobre qué quieres hablar?
- Pues verás... Creo que deberíamos ir a dar una vuelta... Y hablar...