(Derek)
¿Qué era lo que me pasaba? ¿Por qué me sentía así? ¿Tan difícil era decirle a Stiles que había soñado con él? Desde que los había conocido a todos, había estado soñando con ellos en más de una ocasión? ¿Por qué con Stiles era tan diferente? Tan... Extraño.
Después que el entrenador Finstock, que odiaba cuando iba al instituto, se llevara a Stiles al despacho del director, seguí corriendo por el bosque detrás del campo de lacrosse. Necesitaba relajarme, despejar mi mente y dejar de pensar en ese idiota que tan raro me tenía. Me dejé caer sobre la fría y húmeda hierba y cerré los ojos. Dejé que mi mente navegara y se alejara de mi cuerpo y lo único que podía ver era a Stiles, lo único que podía oír era la voz de Stiles, lo único que podía oler era esa extraña fragancia que Stiles emanaba día sí, día también.
Abrí mis ojos y me maldije interiormente. Definitivamente no podía dejar de pensar en él y la única persona que sabría el por qué era Deaton. Aunque ocultaría la identidad de esa persona ya que no quería que Deaton dijera o comentara absolutamente nada. Me encaminé a la clínica veterinaria aunque, al posar mi mano sobre la puerta de entrada, unas voces procedentes del interior, hicieron que me quedara allí clavado. Severo y sus hombres conversaban "amigablemente" con el pobre veterinario.
- No sé qué buscáis o a quién buscáis pero... Aquí no váis a encontrar nada más que animales domésticos heridos o abandonados.
- Sabemos que no sólo eres un veterinario... Así que dinos, ¿dónde está tu manada?
- No sé a qué te refieres...
- Sabes perfectamente de lo que hablo. Eres emisario, y como tal, debes estar dentro de una manada. ¿Dónde está?
- Hace tiempo que murieron... Fui el emisario de la manada de Talia Hale, aunque eso ya lo sabíais... No he vuelto a ser el emisario de ninguna manada más.
- ¡Confiesa! -Deaton le robó el arma a uno de los hombres que le iba a golpear, le golpeó en la cara, se cayó al suelo y apuntó a Severo cuando el otro Cazador le apuntó a él.
- Dispara y le disparo. Así de simple. Como os he dicho no soy emisario de nadie así que ahora os voy a pedir que os retiréis. -Le devolvió el arma.
Los tres Cazadores se encaminaron a la salida, yo me escondí detrás del contenedor de basura. Cuando se alejaron, entré.
- Está cerrado. -Dijo sin mirarme, se giró- Ah eres tú, pasa. -Me abrió la puerta- ¿Qué te trae por aquí?
- Deaton... ¿Estás bien? Yo... He oído la conversación con los Calavera.
- Oh, tranquilo. Como ya sabes soy pacífico así que si me disparaban no iba a disparar a Severo... -Reímos- Pero dime... ¿Qué ocurre?
- De todo... Aún así, hay algo que no entiendo. Dime una cosa, ¿cuándo cierras los ojos y solo puedes ver a una persona, oír su voz, inspirar su olor y cuando estás a su lado te sientes extraño, que quiere decir?
- ¿Eso te pasa a ti? -Me miró fijamente, negué con la cabeza. Sonrió- Eso es que estás enamorado de esa persona.
- ¿¡Qué estoy qué!? -Exclamé yo.
- Estás enamorado de esa persona...
No podía ser posible. ¿Yo, enamorado de Stiles? ¡No podía estar enamorado de él! La voz de Deaton me devolvió a la realidad. ¿De verdad estaba enamorado de Stiles? No podía creérmelo.¿No podía o no quería?
- Derek... ¿Estás bien?
- Sí... Sí. Algo cansado. Bueno, será mejor que me vaya a descansar.