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Christopher

Mi teléfono vuelve a vibrar y niego molesto.

—Idiota —Murmuro, Erick alza el ceño mientras entra por la puerta del apartamento, y me mira—. ¿Qué?

—Primero, háblame bien, no uses tu enojo contra mí —Dice mirándome seriamente, pero su voz se encuentra tranquila.

—Lo siento —Susurro para luego mirar al teléfono.

Veo como Erick alza el ceño y se acerca a mi teléfono. En la pantalla aparecen las tres llamadas perdidas del idiota de Zabdiel.

—Bueno... ahora que estamos solos —Dice mientras se sienta al lado de mí y me muestra el teléfono—. Me vas a explicar por qué dijiste que Zabdiel es un idiota y despistado.

Suspiro y comienzo a contarle todo lo que pasó.

Tenía pensado hacer el trabajo con Erick, pero luego de las insistencias por parte de Zabdiel, decidí hacerlo con él.

Ahora, me encontraba en la puerta de su casa. No estaba nervioso, tenía pensado hacer el trabajo y ya.

Solamente esperaba que las cosas no terminaran de una u otra forma mal.

Zabdiel abre la puerta y me permite el paso, entro y lo primero que llama mi atención es lo ordenado que se encuentra el lugar. Esperaba encontrarme con un gran desorden, pero al parecer no.

—No paso mucho tiempo en casa —Admite—. Y el tiempo en el que paso aquí es solamente para dormir.

No digo nada y veo como me señala el sillón, para que me siente. Lo hago, y comienzo a sacar mi cuaderno de Matemáticas.

—¿No quieres comer algo antes? —Pregunta sonriendo, asiento con la cabeza y dejo el cuaderno a un lado.

Zabdiel se encamina hacia la cocina dejándome completamente solo. Antes de entrar había dicho que estaba tranquilo, pero ahora... es completamente distinto, me encuentro nervioso.

El chico, no demora en traer unos sandwiches, le sonrío y comenzamos a comer mientras hablamos a cerca del instituto. Él me pregunta por Erick, queriendo saber por qué ha estado faltando, y decido contarle la verdad.

Lo que logré notar es que Zabdiel me presta toda la atención posible, siempre está atento a lo que vaya a decir. Y... yo creo que eso es lindo.

Comenzamos a hacer los ejercicios de Matemáticas que al comienzo ninguno de los dos entendimos, por lo cual nos pusimos a mirar tutoriales en youtube a cerca del tema.

Nos lleva aproximadamente casi todo el día hacer la mayoría de los ejercicios, hay tres que no logramos terminar, y cuando yo quería hacerlos, a Zabdiel se le ocurre una mejor idea.

—Ven —Dice señalando el pasillo, trago saliva y lo comienzo a seguir.

Llegamos hasta una escalera para ir al segundo piso y luego otra que llevaba al techo de la casa. Observamos las estrellas en silencio, corre viento, pero no mucho.

Nos mantenemos allí, sin decir absolutamente nada. Veo como Zabdiel se recuesta en el techo y hago exactamente lo mismo, mirando las estrellas.

Aún Te Recuerdo || JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora