Aún Te Recuerdo || Joerick

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Joel

Estar con Erick es, literalmente, lo mejor que puede pasarte en el mundo.

Él me alegra, me hace feliz. Siempre está sonriendo cuando le hago mimos, o cuando simplemente algo lo emociona demasiado.

Pero una de las cosas que amaré siempre de él definitivamente, es que se sonroja por todo.

Me encanta ver como sus mejillas agarran ese tono carmesí, y como trata de ocultarlo mirando hacia otro lado o tapándolas con sus manos.

Erick es hermoso, y no lo digo por su físico, su persona es hermosa, su forma de ser.

Me muevo un poco más para estar más cómodo y lo miro.

Nos encontramos acostados en la cama, con nuestros rostros bastante cerca, y ambos estamos sonriendo. A diferencia de la noche anterior, estamos compartiendo almohada, y mantenemos una sonrisa en el rostro.

-Por esto mismo no podría compartir almohada contigo -Digo cuando mi mirada baja hacia sus labios.

-¿Por qué? -Pregunta antes de sentir mis labios sobre los suyos.

-Porque me quedaría a besarte toda la noche, y no dormiríamos nada, bebé -Recuerdo, Erick ríe y asiente.

-Tienes razón -Admite.

Nos mantenemos en silencio mirándonos, aún con aquella sonrisa en nuestros rostros, hasta que se me ocurre una idea.

-Bebé, ¿quieres que hagamos una fiesta para celebrar? -Pregunto, él asiente aunque luego alza el ceño.

-¿Qué estaríamos celebrando? -Alzo el ceño, tampoco le he pedido que seamos novios, suena cursi, pero quiero que sea especial.

-Que me confesé -Digo un tanto inseguro-. Y que Zabdiel y Chris están juntos.

Erick parece un tanto desepcionado, pero decide asentir. Me encantaría pedirle que fuera mi novio, pero quiero que sea algo que él siempre recuerde como un lindo momento, y no estando allí simplemente acostados en la cama.

El ojiverde agarra su teléfono y le escribe a Chris, lo sé porque me muestra.

-House -Río leyendo-. Al parecer aprendiste algo en inglés.

-Sí, pero recuerda que aún puedes ser mi profesor -Dice Erick, asiento riendo.

-Prometo darte las mejores clases, bebé -Digo sonriendo, él me besa y luego se separa.

-¿M-me puedo bañar? -Pregunta, asiento con la cabeza-. Oh, pero no tengo ropa aquí.

-Yo te presto algo mío, te quedará un poco grande, pero luego vamos a tu casa y te cambias allá ¿de acuerdo? -Pregunto, el ojiverde asiente y camina hacia la puerta de la habitación para ir al baño-. Bebé.

-¿Sí? -Pregunta Erick.

-Te quiero -Digo, aunque en realidad quisiera decirle que lo amo, pero creo que eso sería demasiado precipitado.

-Yo también te quiero, Joey -Es lo último que dice antes de desaparecer por la puerta y caminar hacia el baño.

Agarro mi teléfono y marco una videollamada con Zabdiel, el chico no demora en responder.

-¡Hola! -Grita, y hago una seña para que se calle mientras me fijo que Erick aún siga en el baño.

En la videollamada aparece Chris detrás sonriendo, y le devuelvo la sonrisa.