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Joel

Los recuerdos de lo que pasó horas antes van reproduciéndose, logrando que una sonrisa aparezca en mi rostro.

Abro los ojos y me doy cuenta que Erick ya no se encuentra en la cama, por lo cual alzo el ceño. Aún estoy completamente desnudo, me pongo mi boxer antes de salir de la habitación y caminar hacia la sala.

Escucho primero la voz de Erick, y luego la de Christopher. Me doy media vuelta y camino hacia mi habitación, para agarrar ropa e ir al baño.

Comienzo a ducharme mientras la sonrisa en mi rostro vuelve a aparecer. Se sintió realmente bien estar así con él.

Luego de bañarme y vestirme con una camisa negra, un jean y unos zapatos, ahora sí decido ir a la sala, encontrándome primero con Zabdiel, quien me abraza a penas me ve.

—Amigo, ¿Estás bien? —Pregunta, el robo aparece delante de mí por unos segundos, pero ignoro aquello.

—Sí, yo... estoy bien —Respondo, y una sonrisa aparece cuando miro a Erick, quien se sonroja al instante.

—¿Seguro? ¿No necesitas nada? —Pregunta Zabdiel terminando el abrazo y mirándome con el ceño alzado.

—Lo juro, Zab, estoy bien —Digo, y justo cuando el chico va a agregar algo el timbre suena.

Camino hacia la puerta y la abro, encontrándome con Richard, quién me sonríe y me abraza.

—Que bueno que estés bien, Joel —Dice, y luego se encamina hacia Erick, quien está en el sillón, para abrazarlo a él también.

Comenzamos a hablarle a los tres a cerca del robo, Erick cuenta lo que él vivió, y cuando termina todos me miran a mí, expectantes para que cuente lo que sucedió cuando Erick tenía los ojos cerrados.

Veo que Erick cierra los ojos y trago saliva, agachando mirada. Los hombres enmascarados caminan por el supermercado, mientras algunos agarran el dinero de la caja.

El ojiverde abre los ojos cuando le toco la mano, y miro hacia todos lados lentamente con nerviosismo.

Mi corazón está acelerado, y no noto el momento en el cual Erick se aleja de mí.

Estoy a punto de frenarlo cuando uno de los ladrones lo toma del cabello y lo tira hacia donde me encuentro yo. La ira y la impotencia crece cada vez más, y siento que en cualquier momento me le tiraré encima.

Detrás de ellos, una de las empleadas presiona un botón, la miro y ella simplemente vuelve a la pared, al lugar en el cual se encontraba antes, como si nada hubiera pasado.

Mi mirada va hacia la del hombre, y siento que estoy a punto de estallar. Nadie toca a mí Erick de aquella manera.

—¿A dónde crees que ibas, niñito? —Pregunta con rabia, y siento como el enojo va creciendo en mi interior.

Noto que le apunta a Erick con un arma, y que el ojiverde está llorando, no puedo verlo así. Esto debe de parar.

—No te mato porque yo no soy asesino, pero lamentablemente para tí mi amigo sí lo es —Abro los ojos a la par al escucharlo decir aquello, y noto como otro de los ladrones se acerca con una sonrisa hacia nosotros, apuntando el arma a Erick.

Aún Te Recuerdo || JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora