Capítulo 33

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—Mira a tu alrededor, parece que estás en desventaja. —Las palabras de Raziel habían taladrado en el oído de Daios.

El demonio miró a los recién llegados con diversión. Un caído, un Ángel mensajero débil, un Íncubo, y JaeHyun. Chasqueó la lengua cuando vio a este último.

JaeHyun le sostuvo la mirada, estaba dispuesto a morir con tal de ayudar a los demás a destruir a Asmodeo de una vez por todas, aunque sabía que sería demasiado difícil deshacerse de él, estaba dando su vida de Demonio para cumplirlo.

YoungHo miró a Yuta, su amigo ahora tenía el cabello Rubio platinado y grandes cuernos y alas, su poder era superior.

No importaba el aspecto, Yuta era Yuta.


JaeMin también lo observó, le dio tanto gusto encontrar a TaeYong, y sobre todo verlo convertido completamente en un Ángel que por un momento olvidó que delante de ellos estaba uno de los demonios más poderosos de todos. No necesitó preguntar, tan solo ver a HanSol le dio las respuestas necesarias a la transformación angelical de TaeYong.

—Deja de causar más daño, tienes la oportunidad de irte ahora, lejos del pueblo y de nuestras vidas. Pero solo te lo pediré una vez. Vete. —TaeYong no parecía el mismo, había cambiado mucho en todo ese tiempo que estuvo con Asmodeo, además, siendo un ser Angelical lo hacía incluso más noble, pero Justo.

Si Asmodeo estaba dispuesto a seguir con eso hasta el final, entonces TaeYong no tenía más remedio que ayudar en la destrucción que él mismo se había forjado.

—No recibo órdenes de nadie. Tú, hijo mío, tú y ese maldito íncubo morirán el mismo día, y cuando estés en los cielos te lamentarás por su muerte durante toda la eternidad. —No había manera de cambiarlo, un demonio corrompido por el mal, que nunca amo de verdad a alguien; ese demonio no tenía salvación.

—Volverás al infierno, Asmodeo. —Raziel se lanzó a Daios. El choque de sus puños fue tan fuerte que las ventanas se quebraron.

Los demonios que acompañaban a Daios en el viaje buscaron a sus oponentes en un ferviente encuentro de poderes.


La batalla había comenzado.


TaeYong corrió hacia Yuta aprovechando la distracción del demonio ante Raziel. Cuando lo tuvo cerca lo tomó de ambas mejillas, haciendo que el Íncubo lo mirara, ¿Cómo no pudo reconocerlo antes? Esos ojos azules eran inconfundibles. TaeYong sonrió casi a punto de llorar, Yuta estaba vivo, con él, a su lado. El Íncubo limpió una lágrima con uno de sus dedos, Tae dejó escapar una leve risa de felicidad.

—Yuta... —un demonio había aparecido de la nada. Con su poder Daios había creado un pequeño portal para traer a sus demonios asentados en la mina hacia la batalla en la ciudad, eso le quitaba poder, pero confiaba en acabar con ellos a pesar de eso.

Yuta logró detener a tiempo el ataque del demonio lanzándolo lejos de ellos.

—Hablaremos más tarde. Deberías salir de aquí, es peligroso. —Yuta noqueó a otro demonio, TaeYong lo seguía por todo el lugar. El sitio estaba abarrotado de Íncubos y demonios luchando entre ellos.

—No me iré. —En ese momento un demonio tocó el brazo de Tae, pero lo soltó enseguida cuando sintió que se quemaba al mínimo contacto—. Puedo cuidarme.

—No de Asmodeo.

—No te dejaré —Yuta suspiró. Finalmente asintió al saber que no lo haría cambiar de opinión.

That boy is a MONSTER »YuTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora