Capítulo 31

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El grito de TaeYong había sido suficiente para que los sentidos de Daios lo captaran, no había podido dar con él debido a tanta energía negativa rondando por el edificio, pero gracias a su grito sabía exactamente dónde se escondía ese pequeño hijo de puta.

La puerta del cuarto de bodega salió volando, TaeYong se cubrió los oídos por el ruido intenso de la madera golpeando con la pared mugrienta. Cuando vio la figura de Daios frente a él, tembló de miedo. El demonio caminó hacia él, lo tomó del cuello oprimiéndole la garganta, quitándole el aire, lastimando su piel...

—¡Apestas a sexo! —dijo entre dientes— ¡¿CON QUIÉN TE REVOLCASTE?!

Tiró a Tae al suelo, el Ángel se golpeó con algunos muebles destrozándolos por la fuerza con que lo había lanzado. TaeYong nunca había visto a Asmodeo tan enojado, probablemente lo mataría, sí, era lo mejor, no quería seguir viviendo, no quería sufrir por la culpa de haberse acostado con otro hombre.

Así que no se defendería, dejaría que Daios lo matara lenta y dolorosamente.

—Un Ángel entregando su cuerpo a un débil íncubo —rio con amargura—. Creí que tu parte Angelical era mayor en ti, después de todo para eso estamos aquí. Si tú me lo permitieras podría pensarme en dejar que sigas siendo un Ángel.

Asmodeo se agachó, lo tomó de sus piernas para colocar una en cada lado de las suyas.

TaeYong protestó y pataleó, todavía estaba desnudo, así que Daios podía ver perfectamente su cuerpo. Las manos de Daios apretaron sus piernas con deseo.

—¡NO! —Tae gritó tan fuerte. Pronto una luz lo cubrió haciendo que Daios rodara al menos dos metros alejado de él. El demonio cayó sentado. Quería que lo matara, pero nunca permitiría que lo tocara.

—Una vez que HanSol te quite tu parte de Ángel podré tocarte como me plazca, prepárate, TaeYong, que seas mi hijo no me hace amarte como tal. Le prometí a Nakamoto Yuta que me acostaría con la persona que él más amara y siempre cumplo con lo que prometo, precioso.

Caminó hasta la salida mientras se reía.

—Ve a bañarte, pronto iré a buscarte para deshacernos de ese molesto poder que no hace más que retardar lo inevitable.












***








Tepes daba vuelta en la cama sin poder dormir, el encuentro con TaeYong lo tenía de esa manera, no podía dejar de pensar en él. Sus lágrimas vinieron a su mente una vez más, ¿por qué había actuado así? Luego, su grito se repitió en su cabeza "¡Yuta!" eso es lo que había dicho, ¿lo había confundido con alguien más?, ¿o tal vez... tal vez lo conocía?

Se levantó de la cama en un segundo. Gyu lo mataría, pero necesitaba ver al chico una vez más. Era arriesgado, probablemente debió preguntarle antes, aunque con las prisas de MinGyu no pudo hacerlo y lo abandonó sin tacto alguno.

—Ángel ya no querrá ni verme —caminó hacia el pasillo, ¿dónde podía estar? Se concentró, su energía se había quedado grabada, aunque con tantos íncubos por ahí le resultaría difícil percibirlo. Cerró sus ojos e intentó localizarlo.

Deseo, Poder, Sexo, Rencor, Avaricia, muerte... energía concentrada en todo el edificio, hasta que una en especial le llamó la atención... Dolor, Amor, Añoranza, Tristeza. Sí, debía ser él. Estaba, al parecer, del otro lado del edificio.

No supo por qué, pero comenzó a correr, su corazón se fue acelerando no por la carrera, sino por la esperanza de volver a verlo.

—¿Qué demonios pasa conmigo?

That boy is a MONSTER »YuTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora