O2.

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DANAE POV'S

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DANAE POV'S

La puerta detrás de mí se abrió y me giré para darle al Dr. Andrews otro regaño sobre querer estar sola. En vez de eso, un enfermero vestido con una bata azul de hospital traía en una bandeja una jarra de plástico con agua. Rodeé mis ojos, el doctor había mandado a este pobre chico a echarme un vistazo, estaba segura.

El asistente colocó la bandeja en la mesa al lado de la cama y se giró para marcharse. El chico en la cama levantó su cabeza de la almohada para poder estudiar lo que estaba sucediendo a su alrededor. Tal vez poco interesado en lo que estaba sucediendo, o porque estaba drogado, no estaba segura cuál de las dos, él dejó caer su cabeza sobre la almohada
y se giró sobre su lado, acunando sus manos frente a él. Flexionó sus muñecas contra las esposas.

El enfermero miró del paciente a mí y ofrecí un asentimiento, señalándole que estaba bien y estaba libre de marcharse, aunque mi corazón golpeaba sin parar contra mi pechoy sintiéndome de todas maneras menos calmada.
No había notado que estaba esposado ya que sus manos estaban cubiertas por las sábanas la primera vez que entré.

-Espere. -al escucharme aquel enfermero se detiene y se da la vuelta, enfrentandome.

-Quítele las esposas. -dije

Por primera vez el chico en la cama abrió los ojos y me miró directamente. No había notado que tal tono de piel brillante pudiera existir hasta que sus ojos se fijaron en los mios. Me sonrojé ante la obvia atención que había dirigido solamente a mi, a pesar del ayudante cerniéndose cerca.

Referirse a él como John Doe no parecía correcto. No sabía cuando, pero con ese nombre tatuado en su brazo, comencé a pensar en él como Noa.

-Señorita, no puedo hacer eso. -dijo el enfermero, llamando mi atención de nuevo a él.

-¿Tiene las llaves?-pregunté.

-Bueno si. -admitió.

- Entonces si puede. Ahora, liberelo.

Sacudió la cabeza, como si dándose cuenta de lo que estaba en una habitación no con una persona loca, si no con dos.

- Le dio a Terry un buen golpe en el rostro, y usted es demasiado bonita, no quiere que lo libere.

-No vas a lastimarme¿verdad? -me giré hacia Noa a lo que el negó ante mi pregunta.

-Ve, él esta bien, ahora libéralo. -

Mi papá era un ex militar y me había enseñado como lanzar un putazo. Raramente me intimidaban, incluso montando el tren a través de las zonas menos agradables y no estaba a punto de echarme para atrás justo ahora. Podía cuidar de mi misma, y además no creo que él me vaya a lastimar, había algo sobre él, un sentimiento insistente que me decía que estaba a salvo con él. Incluso mientras decidía todo esto, sabía que no tenía lógica. Sus musculos eran una indicación de algo, era que él podía cuidar de si mismo y cualquier otra persona en sus inmediaciones.

AMNESIA ❥ S.MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora