AMNESIA ❥ S.M

O9.

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tu sonrisa es lo mejor que puedo ver
durante todo el día.
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Después de cenar ayudé a Noa a armar el sofá como su cama, metiendo las sabanas alrededor de los cojines. Habíamos compartido mi cama después de su pesadilla, pero me pareció que no era un buen ámbito para entrar, y Noa parecía preferir el sofá. Extendí el edredón encima y añadí una almohada mientras él doblaba sus vaqueros y su camisa recién lavados y planchados.

—Necesito conseguir algo de ropa mañana. Todavía tengo la plata que me diste. No te preocupes.

—No estaba preocupada.— le sonreí— Pero esa probablemente es una buena idea. No te recomendaría usar esa vestimenta fuera de la casa.— Lo miré de arriba a bajo, diciendo mi opinión a cerca de su vestimenta.

Estaba vestido con la camiseta más grande que tenía, talla medio de mujer de una carrera de cinco kilómetros que corrí el verano pasado. Era de color rosa, se aferraba a sus bíceps y su pecho y se extendía solo hasta la parte superior de su cintura. Por lo menos los calzoncillos parecían encajar bien. Se los había robado a Liz después de una fiesta de pijamas y sin duda había pertenecido a un hombre Bajó la mirada a sí mismo para estudiarse y puso sus manos en su cadera.

—  ¿Qué? ¿No crees que me veo bien?

—No he dicho eso. — me reí —Una chica probablemente trataría de mutilarte con en esa camiseta ceñida al cuerpo.

Dios, cállate la boca, Danae. Tenía que aprender a filtrar mi léxico y no dejar escapar al azar cada comentario que estaba pensando.

Frunció el ceño ligeramente, y dejó caer las manos de su cadera.

—En realidad esta camiseta está cortando mi circulación, creo que voy a dormir sin ella. —tiró de ella sobre su cabeza y me la devolvió —Gracias de todos modos.

—No hay problema, buena noche.— Me di la vuelta y huí hacía la seguridad de mi habitación, estaba tratando de atormentarme.

Me subí a la cama, y llevé la camiseta que Noa acababa de sacarse a mi nariz y aspiré. Todavía olía a mi suavizante de ropa. No creo que la haya usado el tiempo suficiente para que pueda absorber su embriagador olor. Lo que probablemente fue lo mejor. Ya estaba mucho más interesada en él que si estaba saludable o sano.

Pongo la camiseta en la cama a mi lado y me doy la vuelta para llegar al cajón de mi mesilla de noche, si esperaba conseguir dormir, necesitaba aliviar algo de tensión. Encontré mi vibrador dando vueltas en el cajón y lo encendí. Su insistente sonido parecía más fuerte que de costumbre y rápidamente lo metí bajo las sabanas, esperando que Noa no fuera capaz de escucharlo. Me lo puse dentro de mi ropa interior, facilitándolo con mi otra mano. Oh, Dios eso se sentía bien.