Sábado al mediodía era mi cita semanal de café, para ser exactos cita semanal de café con Liz, me encontraba parada justo a su costado cogiendo aquella pelusa de ese gato que estaba en mi suéter negro.
—Maldito gato. —murmuré.
—¿Tienes un gato? ¿Desde cuando? —dijo ella algo sorprendida.
— Oh, pues si, tengo un gato esta semana.
Me echó una mirada curiosa.
—Pero tú odias los gatos.
—Yo no odio los gatos.
— Ajá lo que digas. —rodó los ojos.
Nosotras ordenamos nuestro café y reclamamos las sillas de sala en la parte trasera, los ojos de liz estaban en mi desde el segundo que me senté.
—¿Que?
Ella ladeo la cabeza.
—Algo esta pasando contigo. —ella negó con la cabeza rápidamente probando de su americano helado, mordiendo la pajita.
Traté de actuar casual, pero mierda, una vez que Liz estaba en el camino, no hay nada escondido que no quieres que ella sepa.
—No estás añadiendo algo, tú has estado trabajado con Noa, el profesor Clancy dijo que ya se fue del hospital y tú sigues siendo mis toda la semana y tienes que admitir que lo del gato es extraño.
Quité los labios de mi late, necesitando hacer algo con mis manos.
—No, nada está pasando, Clancy regresó mi tesis con toneladas de cambios, así que solo he estado ocupada trabajando en eso y el gato....no es nada, él estaba solo y perdido cuando lo encontré.
—¿Estás bromeando?—ella entorno sus ojos a mi.— ¿Piensas que es tu trabajo arreglar todo los hombres y animales callejeros en la ciudad de Toronto? Cariño...—negó con la cabeza.— Tienes que dejar ir esto.
Tomé otro sorbo de mi bebida, tratando de pensar en otra forma de cambiar el tema, Liz tenía una historia de verdades dibujadas de mi sobre lo que ella no necesitaba saber, tal como mis hábitos de arreglo personal o el hecho de que yo era dueña de los juguetes sexuales, que cambiamos rápidamente en un viaje a la tienda de sexo hace varios meses, no es que yo lamentara esa inversión particular pero aún así ¿No tengo derecho a un poco de privacidad?
Además ella se movería de un tirón si se enteraba de que Noa estaba viviendo conmigo, si ella lo decía a Clancy o a alguien mas no quiero pensar en que sería de mi beca para estudiar pacientes de amnesia, seguramente esto estaba cruzando una especie de línea, al menos no habíamos tenido sexo, dios, y si alguien pensaba que estaba negociando favores sexuales para la investigación académica....me estremecí.
Liz se dió cuenta y nuevamente entornó sus ojos a mi.
—Espera un segundo. —ella levantó un dedo en el aire.—Oh no, no, de ninguna manera.
—¿Que?—mi estómago se anudó con nervios.
—¿Sigues en contacto con él, verdad?
—¿Quién?
—No te hagas la tonta, sabes que estoy hablando de Noa, tú podrías estar hablando con él, de lo contrario estarías más molesta o parloteando de él sin parar.
—Tal vez.
—Chica, mejor déjalo en el olvido en este momento.
—Para, Liz.— bajé la mirada a mi bebida.—No hay nada que decir.
A parte de que estoy malditamente deseando un hombre que posiblemente este enfermo con un pasado violento que ninguno de nosotros va investigar, Oh, solo eso.
Ella entrecerró los ojos, pero por fortuna la dejó ir.
Después de que Liz y yo charlemos un poco más de tiempo, insistió en llevarme a casa, diciendo que quería conocer a mi gato, ignoró lo que traté de decirle, que yo preferiría caminar o que estaba yendo a parar a la biblioteca en mi camino, ella siguió insistiendo, yo estaba tipo: wey ya, no podía inventar alguna otra excusa, ella comenzaría a sospechar por lo tanto accedí.
—¿Cual es su nombre de todos modos?
—¿De quién?
—Del gato.
—Oh bueno, Tom.
—¿Tom? —preguntó ella un poco burlona.— Estás aún mas en la necesidad de un hombre ahora que me doy cuenta.
Todo el trayecto hacía mi hogar fue en silencio, rogaba porque Noa no esté ahí, él no trabaja los sábados pero si había un Dios, le pedí que me concediera mi petición.
Cuando abrí la puerta de mi apartamento y abrió de un empujón, di un suspiro de alivio, todo estaba quieto y en silencio, gracias a Dios, Noa no se encontraba aquí.
—Tommy, ven. —se rió Liz, ella amaba a los gatos y tenía unos dos de los que yo siempre me había quejado, haciendo el hecho de que yo tenía un gato aún más increíble.
Oh mierda, las pinturas , a pesar de que Noa no estuviera aquí, a menos que pudiera convencer a Liz que había repentinamente pintado, tan pronto como entró en el comedor estaba jodida, y puesto que ella sabía yo no tenía lo artístico corriendo por mis venas, la plantilla se había levantado.
—Bueno, hola, Tom. —oí hablar a Liz desde la otra habitación. —Eres un gatito bonito. —volví a entrar a la sala de estar, tal vez solo pudiera mantenerla en esta sala, gracias a Dios por ese maldito gato.
—Si, es el, el nuevo hombre en mi vida.—sonreí.
Era un lindo gato tenía que admitirlo, él era suave, gris y negro. La mejor parte de él fue que no utilizó una caja de arena, arañaba la puerta cuando necesitaba salir así que no había que limpiar.
—Voy a usar el baño antes de salir, demasiado café.
Dejé escapar un suspiro de alivio en el momento que desapareció por el pasillo, tal vez podría tirar esto.
Un segundo más tarde, Liz desbordó por el pasillo.
—¡Llama a la policía!
—¿Que? ¿Por qué?
—¡Hay un hombre masturbándose en el baño!—ella agarró un paraguas desde el vestíbulo y lo sostuvo delante de ella como un arma, lista para la batalla.— Danae ¿Escuchaste lo que dije? ¡Llama a la policía!
Me tragué mi orgullo.
—Noa, será mejor que vengas aquí. —le grité por el pasillo.
Los ojos de Liz se abrieron en shock.
—¿Noa?
Realmente me disculpo por la demora en actualizar, estos últimos meses he estado muy estresada, espero les guste este capítulo.
Para aclarar algunas dudas, cambié el nombre de Shawn por Noa, más adelante sabrán la razón.
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AMNESIA ❥ S.M
Fanfictionuna chica que intenta parecer profesional, pero ante aquel hombre se le hace imposible aquello, descubre quién es aquel hombre con sus tatuajes enigmáticos y su oscuro pasado. 𝐀𝐃𝐀𝐏𝐓𝐀𝐃𝐀, 𝐓𝐎𝐃𝐎 𝐄𝐋 𝐂𝐑𝐄́- 𝐃𝐈𝐓𝐎 𝐀 𝐒𝐔 𝐄𝐒𝐂𝐑𝐈𝐓...