No podría ser ser, sin embargo, me encontré a mí misma corriendo hacia ellos, con los tacones colgando de mi mano. El oficial de policía había levantado al hombre sobre sus pies y lo estaba revisando, como una bofetada en la cara, me di cuenta de que sí se trata de Noa, yo no entendí cómo y por qué había sido puesto en libertad, pero allí estaba, en el parque de mi barrio, en el medio de la noche.
—Noa —lo llamé.
Se dio la vuelta de repente, su mirada se encontró con la mía, parecía cansado, cansado y desconfiado, mi corazón se hundió, no tenía ni siquiera una pregunta, yo lo había decepcionado por no haber ido hoy.
¿Se había escapado para verme? ¿Por qué ese pensamiento me hizo delirantemente feliz?
Enfermo, Danae, enfermo, estaba obsesionada con él y Liz tenía razón, esto no era saludable, pero viendo a Noa aquí, y los sentimientos que eso despertaba dentro de mí, no me importaba, tenía que verlo.
Corrí los últimos pasos y me detuve frente a él, no me saludó con su abrazo habitual se quedó parado tranquilamente, observándome. Una punzada de pesar se encendió dentro de mí, no debería haberlo abandonado para pasar el rato con Liz esta noche, sobre todo cuando ella me estaba abandonando para estar con otro tipo en estos momentos.
—¿Lo conoces? — el oficial de policía se aclaró la garganta
—Sí, lo conozco—le dije, sin apartar los ojos de Noa, su mirada se suavizó sólo un poco.
—Sólo muévanse, amigos, no duerman en el parque.
—No hay problema, oficial—asentí, sin romper el contacto visual con Noa.
Un momento después, el policía dio la vuelta y se fue, dejándonos solos en el parque oscuro y silencioso.
Verlo fuera del hospital me confundía más de lo que quería admitir, como si él sólo existiera dentro de las paredes de esa pequeña habitación de hospital.
— ¿Qué estás haciendo aquí?
Noa se pasó una mano por la nuca, mirando hacia el suelo.
—Ellos retiraron los cargos contra mí hoy, y entonces no viniste...
—Lo siento. —lo interrumpí. Sabía, por las conversaciones que había escuchado en los pasillos del hospital, que no había ningún cargo en su contra.
—Y puesto que legalmente no podían detenerme en el hospital por más tiempo, me liberaron.
—Oh. —oh era todo lo que se me podía ocurrir, él había elegido ser una persona sin hogar en vez de quedarse otra noche en el hospital, no tenía ningún sentido —Bueno ¿tienes a dónde ir?—tomé su brazo y él dio un paso atrás, fuera de mi alcance.
—Voy a estar bien, Danae, ya tienes lo que querías para tu papel, he oído al Dr. Andrews decir algo acerca de que tu tesis está casi terminada, me imaginé que por eso no volviste hoy, eres libre de seguir adelante con tu vida, olvídate de mí, todo el mundo lo hace. —añadió bajo su aliento
Di un paso más cerca, colocando mi mano sobre su mejilla.
—No Noa, no es así. Mi papel ha estado terminado durante varios días, no he podido ir esta noche, pero dejé un mensaje para ti con el personal del hospital.—Él arqueó las cejas, como si estuviera decidiendo si debía creerme.
—Nunca tuve un mensaje.
—Lo siento, pero no te abandoné. Ven a mi apartamento esta noche, podemos resolver las cosas por la mañana.
—No quiero tu compasión, Danae.—quitó mi mano de su mejilla, bajándola a mi lado.
— Noa, los dos sabemos que hay algo entre nosotros, esto no es compasión. Por favor, ven conmigo, necesitas un lugar a donde dormir esta noche, déjame estar allí para ti.
Esas últimas palabras parecieron suavizarlo, porque cerró los ojos por un momento y luego asintió.
—Está bien, si estás segura de que no será ningún problema.
Miré hacia el suelo, con un nudo en la garganta, en el estómago y hecha un manojo de nervios.
—Te prometo que no es ningún problema.
Guié a Noa en silencio, las pocas cuadras hacia mi edificio, mientras la tensión salía de él en olas, odiaba que pensara que lo había abandonado una vez que me habían dado lo que necesitaba para mi trabajo. ¿No podía ver que era mucho más que eso para mí?
Subimos al tercer piso, algo a lo que me había acostumbrado y que va no me dejaba sin aliento, abrí la puerta, e hice una mueca cuando recordé el estado de mi apartamento y la advertencia de Liz acerca de traer a un hombre a casa esta noche . ¿Quién podría haber sabido que ella estaría en lo correcto y que ese hombre sería Noa? Parecía imposible, pero realmente estaba aquí, un paso dentro de mi atestado apartamento de una habitación, y dándole, con su gran cuerpo, un aspecto aún más pequeño de lo que era.
Encendí la luz del vestíbulo, iluminando el loco caos que era mi apartamento.
—Hogar dulce hogar. —murmuré, sacudiendo las llaves sobre la mesa auxiliar
—Guau, puedo... ver eso.
— Y sin bromear sobre el mantenimiento de mi casa. A pesar del desorden, sé dónde está todo.
Él se rió entre dientes.
—No traes personas a menudo , ¿verdad? —él se rió entre dientes y yo negué con la cabeza.
—Sólo a mi amiga Liz. Tú eres el primero que he traído aquí.
— ¿En serio?— pareció sorprendido , casi incrédulo.
— Sí. —tiré mis tacones en la esquina, en la cima de una montaña de zapatos, y le indiqué hacia el sofá— Toma asiento, ¿Puedo ofrecerle algo? Yo voy a tomar una botella de agua.
—Agua estaría bien, gracias.
este es el capítulo más corto
que he hecho, ahre.
tal vez actualice más seguido, buena
tarde a todxs ustedes, kpaw. ♡
no te olvides de votar, te lo agradecería
mucho.
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AMNESIA ❥ S.M
Fiksi Penggemaruna chica que intenta parecer profesional, pero ante aquel hombre se le hace imposible aquello, descubre quién es aquel hombre con sus tatuajes enigmáticos y su oscuro pasado. 𝐀𝐃𝐀𝐏𝐓𝐀𝐃𝐀, 𝐓𝐎𝐃𝐎 𝐄𝐋 𝐂𝐑𝐄́- 𝐃𝐈𝐓𝐎 𝐀 𝐒𝐔 𝐄𝐒𝐂𝐑𝐈𝐓...