miedos☔

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— ¿Alguna vez se pusieron en pedo?— preguntó Valentín subiendo a la cama una caja con varias botellas de Quilmes.

Eso a Lautaro no le gustaba, temía que su madre se enterara, y estaba seguro de que lo terminarían retando a él.

Él jamás había probado ni una gota de alcohol. Su papá nunca le había ofrecido y jamás se le cruzó por la cabeza poder sentir ese gusto amargo de la cerveza o de algún otro licor.

— Yo si.— dijo Eduardo cómo si lo estuviera presumiendo. Aunque Padín no dudaba que eso era cierto, sabía que la familia de su amigo era bastante distinta a la suya, y que sus padres no eran tan estrictos. Su junta tampoco era muy buena que digamos, así que si, era muy posible que se haya emborrachado antes.

Valentín le sonrió y le pasó una de las botellas de vidrio, no sin antes abrirla con la boca, ocasionandose un pequeño corte en el labio.

— ¿Vos Lauti no tomas?— se pasó la lengua por la herida para limpiar la poca sangre que le salía. Pero al verse tan provocador Lautaro no pudo evitar sentirse incómodo.

— N-no, yo no tomo.— sonrió nervioso.

— Dale un traguito no más.— le dió su botella. No lo estaba obligando, pero Padín se sentía algo presionado. No quería quedar mal frente a ellos dos.

Ese era un serio problema que tenía, le importaba mucho lo que la gente decía y podía llegar a pensar sobre él si hacía o no tal cosa. Pero Valentín para nada lo juzgaria por eso, y mucho menos Eduardo. Aún así, Lautaro sentía algo de presión.

Suspiró y le dió un trago. Al sentir el amargo sabor de aquella bebida, de tonos dorados pero imposible de detectar su color gracias al oscuro recipiente de vidrio, su paladar se sintió bastante disgustado. Sin importar eso, intentó disimular y tragó sin problema.

— ¿Viste que no era tan difícil?— sonrió el rubio. Cacha estaba sorprendido con la actitud de su amigo, quizá no era bueno que tome más.— Tengo otra pregunta.— hizo un gesto pensativo.— ¿Ya dieron su primer beso?