☔0 1 6☔

281 44 14
                                    

0 1 6

Lautaro sentía algo de miedo al ver como Valentín se le insinuaba con otra intenciones. ¿Y cómo no tendría miedo? Jamás había experimentado ese tipo de cosas con otra persona, y mucho menos con alguien de su familia. Que eso lo hacía todavía más extraño. La única vez fue la noche anterior cuando Oliva lo había pajeado. Pero la verdad, sentía que se arrepentía de haber dejado que lo haga. No era normal.

— Estuve esperando para verte todo el día.— susurró el de ojos claros mirándolo fijamente, intimidandolo, cosa que no era muy complicado.— Perdoname por lo de ayer...— posó su mano en la pierna del menor subiendola cada vez más arriba.— Pasa que no me podía perder semejante oportunidad.— le dedicó una sonrisa inocente.— Es como volver a los viejos tiempos, cuando éramos chiquitos. ¿O no te acordás?

Lautaro solo negó, no recordaba nada  de eso en el momento, mucho menos en la situación de nerviosismo en la  que se encontraba. Las palabras no le salían. Su respiración estaba muy agitada, sus manos sudaban, era algo que le solía pasar siempre pero ahora lo sentía distinto. Mientras el mayor se le acercaba cada vez más, él solo se iba alejando lentamente por la cama. Pero no tardó mucho en chocar su espalda con la fría pared.

— A vos te gustan los chicos ¿no?— no supo que responder solo veía cada movimiento de Valentín, no sabía de lo que era capaz de hacer.— Te escuché hablando con aquél.— dijo refiriéndose a Eduardo.

— No sé.— fué lo único que pudo decir sin que la voz le temblara por los nervios.

— Tranqui Lauti.— le sonrió al verlo tan asustado.— No voy a hacer nada... Que no te dejes hacer o que no te haya hecho antes.— sonrió. Era esa sonrisa que indicaba que las cosas no estaban bien. Por lo menos no para Padín.

Lautaro lo único que necesitaba es que Eduardo entre interrumpiendolos y así se podía salvar de lo que sea que Oliva tenía en mente hacer.

Al ver que el rubio se levantó de la cama y se dirigió a la puerta, una parte de su cuerpo se había calmado. Pero cuando vió que lo que fue a hacer era cerrar con llave, la ansiedad volvió.


Bueno, nuestro Sok sufre de ansiedad y Wosito es medio zarpado ahre

miedos☔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora