23 de octubre del 2000
Me quedé con Cloe por dos días y una noche completa, indagué en lo más profundo de su persona y comprobé con mis propias manos que sí, era ella. Mientras el reloj avanzaba, el insomnio me consumía, sin embargo, ella se veía de lo más tranquila; tan calmada que me hacía sospechar aún más.
Despertó y parecía que no lo hubiese hecho, caminó mucho rato alrededor de la habitación para poder reaccionar, le pregunté, lo más amable que pude, qué era lo que le ocurría, pero como siempre, ella no contestó.
Tomé mis cosas –las pocas que había llevado– y me fui a la cocina para preparar el desayuno, esperando que Cloe me siguiera los pasos para así poder aclarar de una vez algunas cosas.
–¿Qué te dijo mi madre? –le pregunté apenas la sentí entrar a la cocina.
–Tú escuchaste lo que me dijo, Joe. –No entiendo el afán de Cloe por querer burlarse de mí.
–Hablo de lo que dijo a tu oído. –En ese momento la mujer quedó como en trance, no reaccionaba, no sé si por mi pregunta o sencillamente por otra cosa, ese grado de concentración no era "normal" y así, estaba claro que no me servía.
–¿Cloe qué tienes? ¿Es por esas pastillas que estás tomando? –Me intrigaba, en serio lo hacía. Además, Cloe no respondía, era como si no entendiera nada de lo que yo le hablaba, así que le serví el desayuno y esperé un poco para empujarla a una mejor decisión.
24 de octubre del 2000
–Tengo que confesarte algo –dijo ella mientras la seriedad inundaba el ambiente de su hogar–. Por favor, Joe. No me interrumpas, sólo quiero que me escuches y luego podrás decirme tú un par de cosas. –Hizo una pausa mientras yo me sentaba en el sillón de terciopelo situado en la salita de estar, mirándola fijamente y esperando que se atreviera a decir todo lo que necesitaba saber.
–Tú, ya lo sabes... Tengo un trastorno de identidad o algo así dijo mi psiquiatra, y pues hace unas semanas descubrí a mi otra personalidad, el doctor dice que ella... "Selene", intenta protegerme, pero yo estoy asustada, creo que la supuesta chica hizo algo malo. –Empecé a unir los puntos faltantes de la historia que estaba formando Cloe, sabía que estaba siendo sincera y se veía... ¿Asustada?
Revisé una cuenta de ajedrez que se le quedó abierta, ella hablaba contigo, supongo que ahí la conociste y me descubriste... Lo extraño es que no sólo eres tú y... Me alegra que estés a salvo. Es sólo que creo que ha matado a personas o en realidad, no lo sé. –Su voz se cortó y en ese momento, supe que era mi turno de hablar.
–Así la conocí, Cloe. Pero no he logrado entenderla hasta ahora, de hecho, a ti no te entiendo, quizá no fue ella quien lo hizo, quizá fuiste tú. ¿No lo has pensado? –En aquel instante sus ojos se desorbitaron, estaba vulnerable para mis deseos y tal como lo pensé, esos medicamentos la controlaban, la poseían, se llevaban el alma de Selene y la dejaban en la oscuridad. Cloe no debería estar acá, sus investigaciones son muy acertadas y deseo fervientemente que se vaya.
–¿Cómo me puedes decir eso? No me pude haber olvidado, el doctor dijo... –La interrumpí mientras las ideas volaban por mi cabeza–. Deja esas pastillas Cloe, te están haciendo mal, ¿no lo ves? Mírate, eres otra persona. –Su rostro volvió a cambiar. Pude notar que la tranquilidad volvió cuando decidió de un impulso botar esas pastillas al lavamanos, se deshizo de su personalidad principal de una vez por todas.
Parecía desahogarse mientras de rodillas en el suelo, con el maquillaje negro en sus pómulos, tenía lágrimas marcadas. Y se quejaba quién sabe por qué.
–¿Qué hiciste, Joe? –dijo Selene mientras se levantaba para recibir explicaciones.
25 de octubre del 2000
Todo parecía igual esta mañana, llegué a mi casa alrededor del mediodía, me encontré otra vez con mi madre y sus cosas; a veces no sé cómo lo hace, me rindo ante la insistencia de querer volver a mi casa.
–Ella no te conviene. –Salió repentinamente de su boca cuando me dirigía a mi recámara.
–¿Acaso sabes algo que yo no? –Quise sonsacar algo de información.
–Soy tu madre, sabes que siempre sé todo y lo que te propones, aunque intentes evitarlo. Ella va a caer feo, no quiero que estés cerca cuando eso pase. –Parece que Ana, mi madre, tenía muy claro todo y hablaba sumamente en serio–. ¿La amas? –me preguntó mientras volteaba a doblar la ropa que estaba tirada en los sillones.
–Creo que nunca había querido a alguien así. –Mentí, pensé que así dejaría de molestarme.
–Y, ¿a cuál de las dos? ¿Cloe o Selene? –Lanzó la pregunta mientras yo por mi parte sentía ahora su mirada en mi espalda.
–Las amo a ambas. –Mentí otra vez.
–Aléjate de ellas –dijo al tiempo que se dirigía a la habitación de huéspedes.
Sus palabras quedaron en mi cabeza un largo rato, luego ya decidí irme a dormir.
30 de octubre del 2000
Pasaron unos días antes de que pudiera ver a Selene otra vez. Como siempre, llega sin que la llamen.
–Necesito tu ayuda Joe –expresó mientras llegaba de un modo hiperactivo al mesón de mi escritorio.
–Estoy para servirte mi amada –le dije mientras pensaba que esto podría molestarle a mi madre.
–Un gato negro, ¿tienes alguno? –Sus palabras como dagas para los oídos de muchos, más no para los míos.
–Se llama Misu, es como una pantera. –Lo ofrecí en demasía, sabiendo a donde se dirigía esta conversación.
–No debería tener nombre, es para... Hoy después de medianoche. Me gustaría que también estuvieses ahí. –Me sorprendió que me invitara y sinceramente me intrigaba, era muy diferente a Cloe, demasiado distinta.
–Ahí estaremos entonces, ahora déjame que tengo que ir a despedirme. –Creí que era lo justo para mi acompañante.
Cuando llegué a la casa, la oscuridad invadía mis sentidos. Había neblina inmensa a las afueras y mi madre yacía dormida aún en su habitación.
Fijé la mirada en Misu y él comenzó a ronronearme al son que buscaba su caja de transporte, hace un frío inmenso.
–Ten tu última cena –le dije al Felino mientras abría un tarro de salmón rojo con camarones.
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El diario de Joe
Misterio / Suspenso¿Un psicópata nace o se hace? Es la pregunta que dejaré planteada a lo largo de este libro, puedes pensar en ella mientras recorres las letras que contienen la fugaz historia de un asesino serial, una historia que nos ayudará a entender la mente de...