Fugaz XV - Lelé

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Cariño, el tiempo avanza

tan deprisa que no lo veo pasar.

Va a pasos agigantados,

dejándome la huella de tu ausencia

tan marcada que mis ojos brillan diferente.

Mis labios no se curvan de la misma forma

desde que el fantasma de este amor

decidió cerrar todas las puertas.


Tengo mis pies quietos

y la mente estática en éste lugar

que los demás llaman hogar,

aferrada a una mano

que pretende borrar la tuya

porque ya me cansé

de perseguirte,

de que vuelvas a medias,

de buscarte,

y de perderte.


No quiero soltar ésta mano

que me ha sanado las heridas,

que está llena de paciencia

y un afecto tan grande e infinito,

es el apoyo que necesito,

el amor que merezco,

la persona que lucha

día con día

para verme sonreír.


Que se preocupa,

que trata de entender

esta alocada mente,

quien me abraza y llena de mimos

cada vez que puede.

No le falta una sonrisa

ni una caricia,

ni una palabra sincera.

No como a ti,

que te faltaba todo eso y más.

Y aún así no eres tú.


Sin ti mis días con más tranquilos.

Nada me duele si no pienso en el amor.

Nada me hunde si te dejo de pensar.

Es increíble que aunque ya no estás

tienes el poder de arrastrarme

a un pasado que ya no quiero,

que ya no vale tanto como mi futuro.


Mis noches son un mar

que no se puede controlar:

así como hay calma hay tormenta

y no siempre son oscuras.


No quiero que te sientas importante

porque no lo eres,

solo hoy escribo para ti.

No esperes de mí

más de lo que te he dado

porque ya no espero nada

de la vida

o de la gente...

ni tan siquiera a ti.

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