Vendida A Un Playboy

Capítulo 3

De la camioneta salió un hombre de unos 50 años que  me cogió fuertemente de la muñeca e intentó meterme dentro de esta. Me intente zafar pero lo único que me gane fue un puñetazo en la mejilla dejándome muy débil. Me metió detrás  y me ató las manos detrás de la espalda para después empujarme  dándome un golpe con algo afilado que había allí, haciendo así que me hiciera un pequeño corte en el brazo, justo al lado de la cicatriz que me hizo mi padre hace años.

 Porque me pasaba a mi todo esto. Lo único que quería era desaparecer. Empecé a notar que la camioneta frenaba de golpe y el hombre de antes me saco cogiéndome muy fuertemente del brazo dañado, empecé a retorcerme por el dolor intentando así zafarme de el.

Entramos a una especie de puticlub (lo digo por lo que llevaban puesto la gente ) donde me desato y me metió en una de las habitaciones.

-Mira niña, cuando abra la puerta vas a estar muy calladita, porque sino voy a hacer de tu vida un infierno- y sacó una pistola que tenía entre los pantalones- ¿ okay?- dijo apuntándome.

-Va...vale- respondí con la voz entrecortada.

Volvió a meter la pistola en su sitio y me cogió del brazo otra vez, saliendo de esa habitación.

-Llevo todo el dia echándote el ojo, y no sabes cuánto dinero han dado por ti- dijo riendo. Que asco daba ese hombre.

Cuando se descuido por un momento, cogí todo mi coraje y le di una patada en sus partes y salí corriendo sin saber  donde. Calló de rodillas con sus manos en sus partes dañadas, y aun así cogió la pistola e intento cogerme.

No veía por donde iba y choque con alguien. O no, van a matarme.

-Mira por donde vas- dijo cortante  el chico con quien me había tropezado.

En ese momento, mi secuestrador (por llamarlo de alguna manera) puso el arma en mi cadera. Yo estaba temblando del miedo, y nadie del lugar se había inmutado de lo que estaba pasando.

-Qué crees que estás haciendo- dijo el chico con quien me había chocado mirándolo fijamente.

- Ve,....veras Damián eh- no le dejó acabar y le dijo.

- No te enseñaron a comportarte o que.- dijo el tal Damián frio, y le quitó la pistola de las manos dándosela a un hombre que estaba detrás suyo, que supuse que era su guardaespaldas.

-No se debe tratar de esa a una dama- continuo mirándome esta vez fijamente frunciendo el ceño y abriendo lo ojos como si ya me conoces de antes. 

-Pe...pero la iba a vender señor.- quitó la mirada de mi y la dirigió hacia el otra vez.

-Cuanto quieres por ella, o mejor aún. Mi guardaespaldas espera fuera, te dará la cantidad que quieras.  - 

-Mu..muchisimas gracias- respondio dirigiendose a la puerta de la entrada.

-No creo que este sea un buen lugar para estar aquí.- dijo volviendo a mirarme 

-No estoy aquí voluntad propia- respondí con una sonrisa falsa- y bueno gracias y adiós.-

-Donde crees que vas- soltó una pequeña risa cogiéndome del brazo dañado- estas herida para ir a donde pienses ir.

-No iré a ninguna parte contigo.

-Te he comprado, y a menos que quieras que aquí te prostituyan debes ir conmigo.

-Vale, pero solo quiero que me lleves al orfanato Williams- le dije. Lo único que se me vino a la cabeza era suplicarle a Ana que me dejaras una cuantas noches mas, solo hasta que encuentre un trabajo.

-Aaa no, te acabo de comprar y ahora eres de mi propiedad- dijo con una sonrisa y me volvió a coger de la mano dirigiéndose a su coche.

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Espero que os esté gustando, me gustaria que me dejarais en los comentarios ideas o consejos para mejorarla 💖💖