Parte 26: Lo que bien empieza, mal acaba

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26- Lo que bien empieza, mal acaba.

**Renji**

Tras haber pasado la noche con Byakuya y nuestra dosis irrefrenable de pasión, me levanto de la cama procurando no hacer ruido y voy a explorar un poco el piso para ver lo que me encuentro. Doy con la cocina y exploro los estantes para buscar algo comestible que darle, voy a hacer las cosas bien desde el principio preparándole un buen desayuno. No sé cocinar, pero bueno hay que intentarlo. Preparo de todo un poco y me sorprendo al oír su grave voz a mi espalda. Casi me desangro al verle con una bata tapando su desnudez, el pelo ligeramente despeinado y suelto sobre sus hombros y una cara de cabreo recién despierto que no sé como encajarla.

-¿Qué haces?- se restriega un ojo hablándome aún somnoliento y miro el reloj que hay en una de las paredes. ¡¡Joder! Son las siete de la mañana de un sábado, normal que esté aún dormido, más la caña que le di ayer no sé ni cómo puede moverse.

-Yo....pensé que podrías tener hambre....-

-Mm...pero no a estas horas....los sábados no trabajo-

-Que suerte jeje, yo tengo que ir a la pizzería esta noche-

-No tienes que volver a ese lugar.- veo como me da la espalda para ir a buscar algo al salón y siento como se me encoge el pecho cuando trae su billetera y me pone sobre la mesa un fajo de billetes.

-No...no lo quiero-

-¿Por qué no? En eso quedamos-

-Ya, pero no lo acepto. Yo no lo hice por el dinero-

-¿entonces por qué otra cosa? Dejé muy claro que solo era sexo-

-El sexo no se puede comprar. Al menos para mí. No soy un chapero-

-No he dicho que lo seas...pero me sentaría mal no darte nada cuando me estás haciendo...digamos que un favor-

-Un favor que estoy encantado de hacer gratis. Por favor...no insistas- me duele esta fría relación. A veces echo de menos que sea el mismo general que me escupió con odio cuando le tomé, pero eso también me separaría definitivamente de él.

-Deberías irte....ya nos veremos en otra ocasión-

-Byakuya.....-

-Te dije que no me tutearas. Coge el dinero y vete-

Rechino los dientes con rabia y me dirijo hacia él para hacerle girar y besarle con fiereza. El gruñe guturalmente golpeando mi pecho para que me aparte aunque veo como a medida que mi lengua posee su cavidad va relajando los brazos hasta que acepta totalmente mis caricias y mordidas en sus labios. Nos separamos y miramos durante unos largos segundos, con la respiración agitada y termino empujándole contra la encimera haciendo que apoye sus manos sobre el mueble mientras yo le destapo la bata por detrás y me inclino a lamer entre sus nalgas haciéndole gemir ahogadamente.

-Pa...para....ah!-

Aún hay restos de lo que hicimos la noche anterior impregnados en su piel, ni siquiera le ha dado tiempo a ducharse, su cuerpo está impregnado con mi olor, me sigue perteneciendo....y esa simple idea hace que todas mis terminaciones nerviosas y sexuales se activen para meter con más ahínco mi lengua en su agujerito y darle unas buenas lamidas haciéndole gemir con más constancia. Me incorporo viendo como su cuerpo está totalmente tensado y libero el nudo de su prenda para dejarle totalmente desnudo y de espaldas a mí. No tardo yo mismo en bajarme los pantalones y coloco mi erecta polla entre sus nalgas abriéndome paso en sus entrañas de un fuerte empujón que le hace jadear algo dolorido.

"¿Batallitas?"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora