Los Magos

Escape

Capítulo 5.

El gentío estaba furioso, nadie quería que Henrie fuese el heredero de la legendaria espada y del legendario linaje mestizo, pero por otro lado Samanta se había quedado inmóvil, y Henrie no sabia que hacer hasta que escucho el crujir de unas puertas tras de él, Henrie viró rápidamente su cabeza y diviso a Héctor en la puerta quien hacia señas con las manos, él comprendió perfectamente de manera que huyó de la arena, entro y se colocó su ropa normal, sin embargo la gente comenzaba a lanzar cosas a la puerta así que solamente se sobrepuso sus tenis. Héctor condujo a Henrie por un estrecho pasillo en el cual solo cabía una persona a la vez.

-¿A dónde vamos?- preguntó Henrie con la respiración agitada.

-Te voy a sacqr de aquí- dijo Héctor con seguridad-, primero nos dirigiremos a la sala de suministros y después escaparemos de este lugar.

-¿A dónde iremos?- preguntó Henrie nuevamente.

-Saldremos en el zócalo, caminaremos por la calle 20 de noviembre hasta encontrar a Scott- dijo mientras se detenía frente a una puerta de madera con un orificio en el medio.

-Y ¿para qué vamos a la sala de suministros?- preguntó Henrie quien se acercaba a Héctor.

-Si vas a ser uno de nosotros debes parecer uno de nosotros- dijo mientras colocaba su mano en el orificio, fue entonces cuando de su palma salió una bola de hielo la cual se derritió en el orificio-, vamos entra- dijo mientras abría la puerta y señalaba hacia el interior de la habitación.

Al entrar Henrie quedo extasiado, era una sala con diferentes armas, artilugios e inclusive vestuarios, Héctor se acerco a un armario y saco un par de vendas.

-Ten, cubre tu brazo, la espada se adhirió a tu piel, es eso o que la estes cargando todo el tiempo- dijo mientras me pasaba el par de vendas.

-¿Por qué lo tengo que ocultar?- pregunté mientras observaba como de un armario sacaba una gabardina negra, una capa oscura, un par de botas y un maletín.

-Porque puedes herir a las personas, no sabes como controlar la espada, podrías matar a medio país- dijo fríamente-, debo esconder tu cara, pero de eso Scott se encargará.

-¿Por qué esconder mi cara? No soy un demonio- dijo Henrie quien se colocaba las botas negras de agujetas.

-Todos los magos esconden sus rostros para que no sean reconocidos, no te preocupes solo será cuando lo necesites- dijo y abrió el maletín-, guarda tu capa aquí, la necesitarás, y lo que te de Scott lo deberás guardar aquí.

-Hay una ultima cosa que no entiendo, bueno en realidad son dos- dijo Henrie mientras se colocaba la camisa y la corbata- ¿Por qué tengo que vestir así y porque todos me quieren matar?.

-Debes verte elegante para Scott, no eres el único que se esta vistiendo así- dijo Héctor quien se colocaba una camisa y corbat idéntica, solo que su gabardina era gris-, tosos tenían la esperanza de que Samantha fuera la elegida, sin embargo su enojo fue causado por la envidia y los celos, ahorita mismo te deben estar buscando por toda la ciudad.

-Carajo, yo pensaba que tendría un año calmado- dijo mientras guardaba sus cosas en el maletín.

Héctor tomó su maletín que estaba debajo de una mesa.

-Es hora de irnos, no te separes de tu maletín- dijo mientras se acercaba a una puerta de madera-¿Estas listo?.

Henrie se limitó a asentir con la cabeza, entonces Héctor abrió la puerta y salio rápidamente a la ciudad, la puerta estaba a un lado de la calle 20 de noviembre, las calles estaban abarrotadas de gente, el clima estaba desfavorable los truenos se escuchaban y algunas gotas de lluvia comenzaban a caer, Héctor y Henrie se abrían paso entre la multitud que corría para refugiarse de la lluvia. Las botas sonaban conforme avanzaban, cada vez se acercaban más a la estación del metro pino suarez, sin embargo antes de entrar a la estación se escuchó un búho,  seguramente era la mascota de algún mago que estaba buscando a Henrie. Ambos entraron a la estación, estaba abarrotada de gente pero sin embargo ellos se dirigieron a una pared que tenia tenía una gran grieta, y sin que nadie se percatara se recargaron en ella hasta desaparecer.