El Niño de la Profecía.

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Capítulo 3.

Henrie estaba completamente consternado, no podía creer lo que sus ojos veían, era un lugar que a simple vista pareciera un GameCenter, más sin embargo realmente era un lugar donde habitaban magos.

-Bien, en Ashtrot, es donde los magos consiguen libros, varitas, túnicas, o inclusive armaduras- dijo Héctor mientras caminaba junto con Henrie.

-¿Armaduras?- preguntó Henrie desconcertado.

-Si chico, armaduras- dijo Héctor muy bruscamente-, las utilizan los magos para los juegos.

-¿Qué son los juegos?- preguntó Henrie volteando a ver a Héctor.

-Lo sabrás pronto- comenzó Héctor mientras subía unas escaleras metálicas pegadas a una pared-, pero primero conocerás a Holmes. No digas nada estúpido, solo cállate y habla cuando te lo indique.

Henrie asintió con la cabeza, estaba completamente confundido, y aunque sus instintos le decían que debía huir de ese extraño lugar, una parte de él decía y sabía que debía quedarse, además aunque Henrie no lo aceptara, la curiosidad era su más grande virtud y defecto, siempre se metía en líos por culpa de ello, pero en ocasiones esa curiosidad lo llevaba a grandes lugares o a grandes revelaciones. –Quizás hoy sea uno de esos días– pensó Henrie. Caminaron por las escaleras un gran trecho, de hecho, éstas parecían infinitas, pero en un momento dado llegaron al segundo piso, este estaba conformado por un pasillo extremadamente largo, con puertas dobles de madera y perillas doradas, el pasillo era de color ónix, con baldosas que daban paso a reflejar a Héctor y a Henrie. Ambos siguieron caminando por un corto tiempo hasta que se detuvieron en una puerta que tenía grabado un símbolo de un  circulo negro con un ojo blanco, y el iris de color rojo. Héctor llamó a la puerta y esta se abrió después de unos segundos; la habitación era de madera, con muebles rústicos, sin ventanas, en el centro había un escritorio de madera pulida, el escritorio estaba completamente limpio y solamente tenía un libro abierto por la mitad. La habitación era enorme sin embargo estaba casi vacía, solamente había un par de muebles, un cuadro azul, dos libreros de piso a techo.

La silla negra que estaba frente al escritorio se dio vuelta para dejar al descubierto a un hombre alto, de cabello cano pero largo, le caía a la altura de los ojos, pero lo tenía recogido hacía atrás, portaba un traje negro con solapas extremadamente grandes, una corbata roja, y una túnica que se arrastraba por el piso, sonrió ligeramente y dejo al descubierto una dentadura completamente maltratada.

-Buenas tardes muchachos- saludo el hombre-, soy Holmes Hancok, organizador de los juegos, y dueño de este lugar. ¿En qué les puedo ayudar?.

-Buenas tardes señor, soy Héctor- comenzó pero Holmes le detuvo.

-Ya se quien eres- dijo bruscamente Holmes-, el que realmente me interesa es el chico que has traído. ¿Cómo te llamas muchacho?.

-Soy Henrie Akron- dijo Henrie, Akron era un apellido extremadamente raro pero mi madre me lo puso, solo tenía a mi madre y aunque tuviese un asqueroso padrastro, jamás quise recibir su apellido.

Holmes medito un tiempo y se levantó de la silla.

-¿Acabas de decir Akron?- preguntó acercándose a mí.

-Si- respondió Henrie un tanto temeroso.

-No crees que es el, ¿verdad?- preguntó Héctor.

-Solo hay una manera de averiguarlo- dijo Holmes.

Holmes se acercó a Henrie, y su mano derecha comenzó a arder en unas llamas de color esmeralda, y la postro sobre el pecho de Henrie; los ojos de él comenzaron a tornarse de color esmeralda, una parte del pecho de Henrie comenzó a arder con fervor, y este se ilumino, él sintió como si algo se arrastrara bajo su ropa para después subir por su cuello, unas hebras negras se enredaban en el pecho de Henrie formando un espiral, del cual salían un par de hilos para subir a su garganta enrollándose en ella. El espiral formado en el pecho de Henrie se ilumino de cinco colores, primero una parte de color azul marino, después de color esmeralda, después de dorado, después de carmesí, y finalmente de café. Los lazos enrollados a su cuello se iluminaron de color dorado y carmesí.

-Un mago sin entrenar, el mestizo, el nieto de Akron- dijo Holmes volteando a ver a Héctor-, necesito que un gremio lo entrene, yo no puedo hacerlo.

-¿Por qué un gremio?- preguntó Héctor un tanto fastidiado.

-Porque solo un gremio puede entrar a un mago sin entrenar, debes hacer que un gremio lo acepte- dijo Holmes.

-Antes de todo- dijo Henrie finalmente-, ¿Qué sucede y por qué tanto alboroto?.

-Mira Henrie- comenzó Holmes buscando un libro-, tu eres el último descendiente de un linaje mestizo que tiene siglos de antigüedad- siguió mientras aventaba libros al suelo con frustración-, tu tatarabuelo o bueno, uno de los iniciadores de tu linaje- dijo-, fue un mago extremadamente famoso y poderoso- dijo y se acercó con un libro en mano-, la profecía dice que después de que 220 años después de la muerte del mago más poderoso, este tendrá un sucesor que tendrá la vida y la muerte en sus manos, el mago mestizo, el mago capaz de destruir al mundo o capaz de salvarlo.

-Eso es imposible- dijo Henrie retrocediendo lentamente-, es estúpido de hecho.

-Contéstame esto entonces- dijo Holmes acercándose a Henrie-, ¿Alguna vez has tenido sueños extraños, sueños donde aparecían cosas sobre magia? ¿Has tenido una extrema atracción a las cosas sobre magia? ¿Has tenido una extraña atracción por todo esto?.

Henrie sabía que eso era cierto, él tenía una atracción por ese tipo de cosas he inclusive había soñado todas esas cosas, pero eso no probaba nada, aunque ese día había sido el día más extraño de su vida, Henrie debía saber más sobre todo ello.

-Si…- respondió finalmente-, pero eso no significa nada, cualquier persona tiene aficiones extrañas a cosas que le interesan.

-Bueno, pero no cualquier persona tiene un tatuaje como el tuyo- dijo Holmes-, ese tatuaje es una marca, es la marca de los cinco elementos, pero tus dos elementos primarios son extremadamente raros, de hecho, el simple hecho de que tengas los cinco elementos, y tengas los dos elementos más raros de toda la historia, delata muchas cosas sobre ti, Henrie- dijo Holmes y saco una varita larga y negra, con un mango azul-, te mostrare; por ejemplo, todas las varitas son iguales a diferencia de que los mangos cambian según tu elemento.

-¿Qué significa cada uno de los colores?- preguntó Henrie-, ¿Eso influye en el uso de la magia que posees?.

-Sí, e influye más de lo que te podrías imaginar- dijo Holmes y dibujo un circulo azul en el aire-, la primer magia es la magia elemental, esta magia te permite controlar cualquier tipo de elemento y modificarlo de cualquier manera que tu desees- dijo y el circulo se desvaneció para dar paso a un circulo de color esmeralda-, la segunda magia, es la magia de lo vivo, con esta magia puedes controlar los cambios climáticos y controlar seres vivos, pero solamente animales- dijo y el círculo se desvaneció para dar paso al círculo dorado-, tercer magia es la magia de crear objetos inanimados y poder controlarlos, esta magia es extremadamente rara y solo pocos magos la posee, y tu eres uno de ellos- dijo Holmes y el círculo se desvaneció para dar paso a un círculo carmesí-, la cuarta magia es la magia de la creación, con esta magia puedes crear verdaderos monstruos sacados de las pesadillas, y tu igualmente posees esta magia- dijo y el círculo se desvaneció para dar paso al último círculo café-, la última magia, o la quinta, es el poder de convertirte en animal, es la magia más útil, y aunque es poco común, es más fácil encontrar que las magias de creación o la magia de imaginación.

-¿Y los magos solo pueden utilizar ese tipo de recursos?- preguntó Henrie aún más confundido de lo que ya estaba-, digo, si un mago solo posee una magia, solo puede usar esa magia.

-No- dijo Holmes negando con la cabeza-, las magias solo influyen en ciertas habilidades, pero también pueden usar otro tipo de hechizos. Pero eso lo aprenderás en el gremio. Ahora vengan conmigo.

-¿A dónde iremos?- preguntó Henrie asustado-, ¿es acaso que ahora me llevaran a un lugar aún más raro que este?.

-Es algo parecido pero no tanto, al fin de cuentas este es tu mundo- dijo Héctor mientras salía de la sala.

-¿Entonces a dónde iremos?- preguntó Henrie.

-A los juegos mágicos- dijo Holmes con una sonrisa-, te daremos una demostración de magia.

-¿En dónde?- preguntó Henrie nuevamente.

-¿Es acaso que jamás dejas de hacer preguntas?- preguntó Héctor molesto.

-Déjalo, solo tiene curiosidad- dijo Homes con más tranquilidad-, los juegos se realizan cada semana en este mismo edificio. En el estadio de los siete mundos.

Los MagosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora