EL ÚLTIMO REY (Saga de Tren Infernal - VI)

Capítulo XIV

            Tras los aliados dejar el Planeta Oscuro donde se encontraba el Reino de La Oscuridad, del enorme barranco de lava subía un ser oscuro muy adolorido y escalando la gran colina con lentitud. En la punto más arriba del barranco se ve su mano llegar hasta este punto y se impulsa por medio de ella para poder subir nuevamente hasta arriba. Aquel ser no era nada menos ni nada más que Lord Mohdark, que había sobrevivido a la herida hecha por Onotomia y a la caída que le produjo ésta- ya que la lava no le hacía efecto ni a La Oscuridad ni a Mohdark. El peligroso Siervo Oscuro aún seguía con vida y con sed de venganza, entonces se dirigió al punto en el que había muerto La Oscuridad y le rezó con gran dolor las siguientes palabras a su Majestad:

- ¡Señor! ¡Dios de Dioses! ¡Corrompido por la malicia de los Asonados!- le exclamaba- ayúdame, por favor Rey de todo el Universo, de imponer a todos los opositores la justicia que se merecen. No sé qué debo hacer, me siento perdido, Señor. Sin ti, ya mi ser no tiene sentido, ni fin, ni siquiera objetivo. He perdido significado desde su partida. Sin embargo, si me logra guiar por el camino correcto, su Majestad, entonces seguiré toda orden que me dicte.

Aunque no hubo una respuesta física y presente para Lord Mohdark ante su rezo, el sintió desde su interior que La Oscuridad en alguna parte le respondía a sus plegarias. El mensaje que creyó haber recibido no era el que se esperaba, ya que no le indicó ningún plan o alguna estrategia, sino que simplemente era como una despedida eterna. Mohdark sabía que desde ese momento continuaría solo. Se lanzó al suelo, arrodillado, bajando su cabeza hasta la tierra- cerca del río de la lava- intentando pensar en algo. Al rato, volvió a elevar su cabeza y el rostro que expresaba en su mirada era una leve pero egocéntrica sonrisa. Fue entonces cuando dijo, en medio de la nada:

- Eso es- comentó-, ya sé lo que haré mi Señor. Terminaré lo que usted ha iniciado conmigo. No lo defraudaré, lo prometo. Esta vez no lo haré- aclara.

El Siervo Oscuro se levantó del suelo y se dirigió de regreso adentro del Reino, ahí buscó su Nave Oscura y partió rápidamente del Planeta. A gran velocidad, entró al hiperespacio con su objetivo en la mira, sostuvo muy bien el control de navegación de la Nave y volvió a mostrar en su rostro aquella peculiar sonrisa. Se sentía muy seguro de lo que haría. Había colocado en su Sistema las Coordenadas y desapareció de un estallido en la Galaxia en la cual se encontraba. Su plan podría volver a poner en el liderazgo de todas las galaxias al Régimen Oscuro, la idea que creó la describía como: Magistral.

II

La Nave de los Aliados se dirigía hasta la Base Secreta en Irgo donde podrían recibir la atención médica que necesitaban todos los herederos, y para festejar la victoria de la recién ganada guerra. Rudolph ponía en su rostro una sonrisa de satisfacción propia, mientras se mantenía sentado en su silla con gran cansancio, ahora podía respirar profundamente sin ningún problema en qué pensar. Fue entonces cuando Onotomia recibió un comunicado de los Asonados- al recuperar las señales bloqueadas por Lord Mohdark-, este iba dirigido a todo público. Era Plauddeh Il quien estaba hablando en el mensaje:

- A todos los Líderes, Comandantes y Generales Opositores se les requiere en la Base Irgo. Aún no sabemos si los herederos han aniquilado a La Oscuridad y a Lord Mohdark, por lo tanto todavía no estamos seguros por completo. Además no sabemos el paradero de nuestros herederos lo cual es un factor que a todos nos preocupa. Sé que todos están en búsqueda de los pocos seres oscuros que aún queden rondando por los rincones de las galaxias, pero ya hemos vencido al Ejército Oscuro- Onotomia interrumpió el mensaje de Plauddeh Il y se unió en la señal de la transmisión, de esta forma la vieron con gran claridad desde su Navío, al estar dentro del comunicado dijo: