⌈SOULMATES⌋ bruce wayne & jeremiah valeska╏GOTHAM

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Bruce rodeó su coche negro y abrió la puerta.

— Esto es todo.

Jeremiah salió con tranquilidad y miró con asombro la mansión Wayne. Era mucho más grande de lo que esperaba. Se quedó allí un rato admirando la estructura; había algo hermoso en su diseño vintage y gótico exterior. Parecia oscuro y solitario pero también resistente y extrañamente acogedor.

— ¿Jeremiah? —Bruce llamó desde la puerta principal de la mansión. Este corrió hacia la puerta, apenado.

— Lo siento, me quedé a... —tan pronto como entra, es recibido e interrumpido por Alfred.

— Señor Valeska, es un placer tenerlo finalmente aquí en la residencia Wayne —dijo Alfred con una cálida sonrisa, mientras recogía amablemente los bolsos.

— Gracias, señor... wow —Jeremíah se maravilló del interior de la mansión.— Este lugar es encantador, ¿quién lo construyó?

— La mansión Wayne se remontó hace muchas generaciones. Fue diseñado para Darius Wayne, el abuelo de Bruce, según creo... un Sr. llamado Nathan Van Derm —respondió Alfred.

Bruce puso una mano en el hombro de Jeremiah, sacándolo del trance.

— Estoy seguro de que tenemos innumerables libros sobre la historia de la mansión y su arquitectura en la sala de estudio. Tal vez incluso podamos encontrar los diseños originales. —Él levantó las cejas y le dió a su invitado una sonrisa.

El corazón de Jeremíah se agitó con velocidad cuando Bruce lo tocó. Maldita sea, ese chico lo ponía loco.

— ¿E-En serio? —su rostro se iluminó.

— Sí, vamos.

Alfred subió los bolsos por las escaleras y entró en una habitación de invitados cuando Bruce llevó a Jeremiah a la sala de estudio.

El pelirrojo no pudo evitar sonreír en la sala de estudio de estilo inglés. Había una biblioteca enorme, libros que cubrían las paredes que iban desde el suelo hasta el techo, una chimenea, dos sofás de cuero y un escritorio de madera de caoba. Se preguntó qué tan divertido habría sido su niñez si lo hubieran criado en esa casa.

Bruce subió la escalera rodante y comenzó a buscar los libros.

— Ah, encontré uno —sacó la Historia de la Mansión Wayne. Jeremiah se acercó y lo agarró. Estaba ansioso por descubrir cómo se construyó la mansión para obtener algunas ideas para sus propios diseños futuros.

Bruce continúó buscando otros libros hasta que finalmente encontró el perfecto.

— ¡Lo tengo! —Vio una carpeta de cuero fina y polvorienta que decía: Arquitectura de la Mansión Wayne: Interior y Exterior. La carpeta debió estar atascada en algo porque Bruce estaba teniendo ciertos problemas para sacarla. Él tiró de la carpeta varias veces hasta que finalmente se liberó. En consecuencia, el libro se resbaló en la escalera y él también también.

Cuando Jeremiah lo vio luchando con la carpeta y resbalándose, lo atrapó rápida e intuitivamente, abrazándolo por la espalda.

— Wow... ¿estás bien?

— Gracias a ti, lo estoy —suspiró. Después de que Bruce exhaló con alivio, se olvidó de inhalar, porque en ese momento pudo sentir el cuerpo de Jeremiah presionado contra su espalda y las manos en su cintura. Las manos de Bruce se apretaron alrededor de los bordes de la escalera. La tensión sexual se estaba acumulando de nuevo a medida que el calor en la sala pareció incrementar.

Jeremiah sostuvo a Bruce más de lo necesario, ansioso por besarlo de nuevo. No podía dejar de pensar en lo que pasó antes. Cerró los ojos y se apoyó en el cuello del chico, respirándolo suavemente. Su aroma era tan exquisito que lo dejaba anonadado, queria quedarse asi todo el día.

— Hmm, Bruce —susurró con cariño.

Bruce sintió algo ligeramente rígido contra su parte trasera. Supo instantáneamente lo que era y como resultado, gimió suavemente, ruborizándose hasta las orejas.

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Jeremiah deslizó una mano por el brazo de Bruce, apartandolo de la escalera y lo movió hasta acorralarlo contra la pared más cercana. Lo mantuvo de espaldas contra su pecho todo el tiempo, permitiendo que su otra mano viaje hacia la cadera del chico y lo apegue más contra su erección. Mordisqueó suavemente su cuello y el lóbulo de su oreja. Bruce cerró los ojos, liberando respiraciones temblorosas.

De repente, escucharon pasos y Jeremiah se alejó de inmediato, aclarando su garganta. Alfred entró con una bandeja de sándwiches y unas tazas de té.

— Pensé que los niños podrían tener hambre, ¿eh? —Cuando colocó la bandeja sobre la mesa de café, se dió cuenta de que estaban actuando de forma extraña.— ¿Está todo en órden?

— Sí, si. Gracias, Alfred —Bruce respondió torpemente con una sonrisa.

Jeremiah por su parte sonrió mientras agarraba los libros y comenzaba a revolver las páginas, tratando de esconder su cara.

Después de que Alfred abandonó el estudio, los chicos permanecieron en silencio por un rato. Jeremiah se quedó en el sofá estudiando los diseños y construcciones de la mansión. Pensó que al ser tan grande y antigua debia tener pasadizos y escondites secretos.

Bruce se sentó en su escritorio y revisó algunos papeles de la empresa. Miraba a Jeremiah de vez en cuando, pero, una vez que comenzó, le fue difícil detenerse. Disfrutaba observándolo y observando cada movimiento. Era tan adorable, la forma en que cruzaba las piernas, la forma en que se llevaba las gafas a la nariz cuando se deslizaban hacia abajo, la forma en que sus dedos jugaban con sus labios cuando estaba concentrado. Bruce no pudo concentrarse más en el papeleo y por eso decidió levantarse y sentarse junto al hermoso pelirrojo en el sofá.

— Dudo que encuentres algo construido en esta mansión remotamente tan impresionante como tu laberinto.

Jeremiah miró por encima de sus gafas a Bruce.

— En realidad... esta propiedad es todo un misterio —sonrió— ¿Sabías que tu casa fue construida sobre un extenso sistema de cuevas subterráneas?

Los ojos de Bruce se ensancharon y su pulso comenzó a acelerarse. Se sorprendió de que Jeremiah se haya enterado de la cueva, pero luego se sintió intrigado porque la cueva era en realidad más grande de lo que descubrió. Bruce miró hacia la chimenea, ahora jubiloso, para explorar más la cueva. Pero, eso era un secreto que quizás Jeremiah no debería saberlo. Todavía había mucho que Bruce no sabia sobre la historia y los secretos de su propia familia.

— Es posible que haya muchas entradas ocultas a la cueva, pero no hay pistas claras sobre dónde están —de repente, Jeremiah se sobresaltó cuando se dió cuenta de que había alguien más en la habitación.

Bruce lo miró y luego a la ventana.

— Selina...