|NUEVO AMANECER|

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*Narry Harry*

Pude ver desde lo lejos como mi madre desmayaba a Bellatrix, unos nervios imposibles de controlar empezaron a invadirme, si perdia a uno de mis padres no sabría cómo seguir.

Gire el rostro y la respiración se me hizo pesada, Ron se encontraba tirado en el seco césped, no pude ver su rostro pero si la sangre que le brotaba del hombro, mientras Hermione peleaba a su costado tratando de protegerlo.

Quise acercarme a verlo, quería comprobar si aún estaba con vida, pero la risa de Tom me detuvo, el se encontraba detrás de mí, no tenía intención de atacar, en su fría risa se sentía el solo propósito de algo: El quería que yo viera caer a los que más amaba para luego darme el regalo de morir.

-Esto es absurdo, Potter-rió-. Peleando para proteger a un niño, el niño que vivio, siempre protegiendote a ti, olvidandose de sus vidas, eres un Dios para ellos. Ridículo, realmente ridículo.

Voltee tranquilo y lo mire a los ojos tratando de confrontarlo.

-¿Que ganarás después de esto, Tom?-le pregunte-. No tendrás a nadie a tu merced, tus mortifagos caerán como tantas veces lo hicieron. Pero si decides parar, todo puede ser diferente, para ti, para todos.

-Es una gran idea-me dijo con un tono amable-. Solo que hay un problema, Potter-sonrio abiertamente-. No me gusta darme por vencido.

Levantó su varita y produjo un ensordecedor estallido haciendo que yo saliera despedido hacia atrás.
Por el dolor que sentía se me hacía inútil levantarme.

Al escuchar que Tom se me acercaba no tuve opción que girar mi cuerpo y levantar la cabeza tratando de ver a alguno de mis padres.... aunque hubiera deseado jamás hacerlo.

A una distancia corta veía como James había sido desarmado por un fiel mortifago, veía con impotencia como el hombre se sentía ganador, apuntaba a mi padre, estaba a punto de matarlo hasta que sucedió algo que me devolvió la respiración, el señor Weasley llegó y logró desmayar al mortifago antes de que este conjurara algún hechizo.

Sonreí alegre al sentir que mi padre ya estaba a salvo, una sonrisa que solo me duró segundos, el padre de mi mejor amigo se había confiado, tal ves nunca paso por su cabeza que darle la espalda a una batalla sería lo que más lamentaría.

Veía sin posibilidad de hacer algo, como el señor Weasley caía cerca de su propio hogar, su cuerpo tieso y sin vida era algo que me destrozaba lentamente, el hombre que intento muchas veces ser un padre para mí, ya no existía.

Bajé la cabeza chocando con las secas ramas que había en el suelo.

Y en ese momento unos gritos empezaron a salir de la madriguera, era la señora Malfoy, gritaba con dolor y solo pude imaginar que tal vez Draco había caído junto a su padre.

Solo sentía impotencia en esa situación, una clara impotencia que estaba seguro muchos sentían en ese momento.

-Es claro que esta noche no tienes mucha suerte-escuche que Tom me decía parado a mi costado-. Pero descuida, para que no digas que soy una basura de persona, voy a darte el placer de morir antes que veas a otro caer.

-Que te cojan-dije acordándome de los típicos insultos que decía Dudley.

-Si, Potter, como digas-se río-. Luchaste bien hasta ahora, pero hasta los mejores deben caer.

Yo cerré los ojos esperando la calma por segunda vez, pero por alguna razón no llego, escuche la voz de Snape diciéndome que huyera, no comprendía eso, luego un fuerte forcejeó y más gritos hacia mi.

Un Nuevo Amanecer▶ Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora