- ̗̀🌷; veinticinco.

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Era lunes, aquello sólo significaba una cosa; JungKook vería a JiMin.

De por sí, para el castaño el día lunes era un asco, pero ahora tendría que enfrentar al chico que lo dejó plantado en el restaurante el viernes pasado.

Para la sorpresa de éste, JiMin no le había escrito en todo el fin de semana, cosa que sólo ayudaba a que el odio de JungKook creciera más y más.

—¿Quieres algo de comer, hijo?

La señora Jeon consultó con preocupación, NamJoon había sido el encargado de contarle a la mujer lo que había ocurrido, ella había evadido el tema, ya que no quería afectar más a su hijo.

—Creo que me llevaré una manzana.

Su madre asintió mientras terminaba de preparar el almuerzo de los demás hermanos de JungKook.

—Supongo que también te llevarás las sobras de la pizza que te dejó NamJoon —la mujer terminó de hacer el emparedado—. Está deliciosa, te he robado un pedazo pequeño, pero nada más.

Soltó una leve risa esperando una respuesta de su hijo, pero sólo hubo silencio, pronto un suspiro se hizo notar y se acercó al adolescente para tomar sus manos.

—Sé que es un asco —acarició sus manos—. El Instituto es un asco, los estudiantes, profesores y el amor también —acarició seguidamente su mejilla—. Pero debes ser fuerte, te darás cuenta que el dolor no durará mucho, es algo temporal.

JungKook se apartó incómodo, no le agradaba tener conversaciones así de profundas con nadie, además, aquello no le dolía para nada.

—JiMin no me importa —caminó hacia la mesa.

Tomó el pedazo de pizza, miró el pedazo de comida mientras pensaba en JiMin, se supone que le daría el pedazo a él como obsequio, pensó que no había asistido a la cena por algún motivo importante, no por la imbécil de MinJu y aquello lo desilusionaba bastante. Siempre esperó algo más de Mochi.

Guardó el pedazo de pizza en su mochila y luego salió de la casa para ir al Instituto, prefirió desviar su camino luego de cinco minutos caminando, a lo lejos pudo ver el parque al que iba cuando era pequeño, no había nadie, sólo algunos perros callejeros, quienes siempre lo acompañaban cuando él se sentía mal.

—Hola, pequeños.

Acarició a los perros que se le acercaron con felicidad, se sentó en el césped y se recostaron a su lado.

💐

Mentiría si JiMin dijera que quería ir a clases, que quería encontrarse con sus compañeros del Instituto e incluso enfrentar a JungKook. Dentro de él sabía lo mal que había actuado, sabía que era un idiota por haber escogido a MinJu y no al castaño.

JungKook era como un puercoespín, tenía una personalidad muy linda escondida bajo espinas, atacaba cuando se sentía atacado, es decir, ahora se sentía atacado por el daño que le causó JiMin y, lo atacaría con la indiferencia.

Para JiMin, JungKook es un puercoespín.

O lo era.

—¿MinJu vendrá por ti?

Su madre lo miró mientras se arreglaba para ir a trabajar. El rubio salió del trance en el que estaba, debatiendo si JungKook lo podría perdonar.

—No —negó algo incómodo—. La vi el viernes, mamá, n-no quiero v-verla a c-cada segundo.

La mujer lo miró poco convencido, sabía que aún ocurrían cosas con JungKook, cosa que no la agradaba para nada.

—¿Entonces te llevo yo?

—Ouh, cr-creo que quiero c-caminar esta vez.

La señora frunció el ceño, detuvo todas sus acciones mientras veía cómo su hijo inspeccionaba las manzanas, buscando la que estuviera intacta. Ella no dejaba que JiMin se fuera solo porque no había tenido buenas experiencias.

Muchísimas veces la habían llamado desde la comisaría, ya que su hijo golpeó a alguien o corrió en medio de la calle sin destino alguno. Aunque intentara negárselo siempre, creía que el adolescente jamás podría tener aquella "vida normal" e independiente.

—Hijo... no tengo problemas en dejarte en el Instituto, me queda de camino.

JiMin negó decidiendo por fin qué manzana se comería, la limpió en su jersey y la mordió probando su dulce sabor.

—¡Fa-Fantástica! —exclamó con emoción, amaba las manzanas dulces.

—JiMin... —su madre murmuró.

—Mamá, p-por favor —su hijo hizo un puchero—. Si t-tengo algún p-problema te  llamaré, también lo haré cu-cuando llegue al Instituto.

La madre miró a su marido buscando alguna ayuda, él se encogió de hombros, dando a entender que no tenía la menor idea de qué haría.

—Ugh, está bien —decidió por fin la señora.

—¡E-Excelente!

JiMin bajó animado mientras se colocaba su mochila. Sonaba tonto, pero para él eso era un gran paso para ser independiente de su madre y poder hacer lo que se le diera la gana; Como amar a JungKook.

Aunque, claro, primero debía preocuparse de que el castaño lo perdonara y volvieran a ser amigos.

—¡A-Adiós, familia! ¡Los amo!

Salió saltando los últimos escalones de su casa, miró alrededor con preocupación antes de cruzar la primera calle y caminó hasta el Instituto.

JiMin tenía la confianza de que el día saldría bien, que JungKook lo perdonaría de inmediato y que sería feliz lejos de MinJu.

JiMin tenía la confianza de que el día saldría bien, que JungKook lo perdonaría de inmediato y que sería feliz lejos de MinJu

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¿Kookie le perdonará al instante or nah?:0

¡GRACIAS POR LOS NUEVE K!🌷
OS AMUU~💛

✧: xneverlxnd-

autismo ❀ jikook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora