autismo ❀ jikook.

- ̗̀🌷; veinticuatro.

JiMin deslizó su dedo por la pantalla para ver fotos de ese chico llamado por lo visto, "Joon".

Era lindo, agradable y tierno, era un chico perfecto para JungKook, algo que JiMin no lo sería jamás.

—Hijo, tenemos que hablar.

La señora Park entró a la habitación de su hijo sin tocar ni avisar.

—¿D-De qué?

—De JungKook y... tu historial en Google.

Aquello sorprendió al rubio, ladeó la cabeza confundido y asintió.

—¿Qué t-tiene Kookie? —intentó ignorar lo segundo, le daba un poco de vergüenza.

Su madre suspiró mientras miraba a su hijo, no sabía cómo empezar a hablar de ese tema algo delicado.

—Hijo, eres muy infuenciable.

JiMin ladeó la cabeza intentando entender qué era lo que quería decir su madre.

—Sigo sin e-entender.

—JungKook es... —comenzó a mover sus manos—, es... es especial.

—Lo s-sé.

—¿Vas entendiendo? —JiMin asintió—. Entonces, yo no quiero que... seas así de especial... como... JungKook.

Notó que su madre hablaba del castaño de una forma bastante peculiar, como si estuviera mal que JungKook fuera de esa forma.

—¿K-Kookie es diferente al resto?

—Exacto.

—P-Papá dijo que eso e-estaba bien —JiMin frunció el ceño—. Y-Yo también soy especial p-porque t-tartamudeo m-mucho.

—Pero tú eres bueno, tienes una cualidad especial buena.

—¿JungKookie no?

—Hijo, que a los chicos les gusten los chicos está mal —acarició el brazo del chico.

JiMin se alejó descorcentado, hace algunas semanas TaeHyung le había dicho algo totalmente distinto, ya no sabía qué pensar a decir verdad.

—¿Q-Qué? N-No entiendo.

La mujer suspiró intentando buscar las palabras adecuadas, a pesar de que su hijo estuviera a punto de cumplir los diecisiete años, su madre seguía pensando que JiMin se trataba de un chico de doce años, al que se le debía explicar las cosas con máximo cuidado y elegir sus amistades.

—Hijo, tú sabes que somos una familia muy religiosa, Dios nos ha ayudado para estar aquí, vivos.

Era verdad, aunque JiMin no era de quienes rezaban e iban a la iglesia, sus padres y hermana sí, por lo que él debía tan sólo obedecer.

—N-No entiendo q-qué tiene que ver D-Dios aquí.

—¿Has leído la biblia?

La madre miró con molestia al adolescente, le había pedido hace meses que leyera ese texto, pero, obviamente, JiMin jamás lo hizo.