autismo ❀ jikook.

- ̗̀🌷; epílogo.

Veinte años después.

—... entonces la jirafa se sintió como si el mundo se le viniera encima cuando sus amigos se fueron... —JungKook miró a los niños mientras hacía expresiones de sorpresa.

Un niño de unos diez años, pelirrojo y frenillos levantó su mano esperando la atención del castaño.

—¿C-Cómo se p-puede v-venir el m-mundo encima? —frunció el ceño—. M-Moriría aplastado.

JungKook entreabrió los labios bastante confundido. ¡Diablos! Otra vez había fallado al hacer el cuento de esa semana. JungHye, su hermana, golpeó la cabellera del mayor.

—¡No, bobo! Es una metáfora.

—¡No le pegues a KwangMin! —su mellizo, YoungMin, exclamó bastante molesto, intentó golpearla, pero JungKook fue más rápido y lo tomó en brazos.

JiMin miraba la escena desde la cocina, era sábado por lo que a él le tocaba preparar la cena. Miró con una sonrisa a su hermosa familia.

KwangMin miraba la situación sentado solo en una silla, miraba la manera en cómo actuaban sus hermanos y su papá dos sin entender nada. ¿Por qué estaban peleando? Su hermana menor sólo lo llamó "bobo", era un apodo cariñoso. O eso le decía ella.

Por otro lado, JungKook tenía a YoungMin colgando por los aires intentando que JungHye no lo golpeara. Ella tenía unos pequeños —grandes— problemas de ira.

JiMin sonrió mirando a sus gemelos favoritos.

Aún recordaba el día que adoptó a aquellos tres hermosos niños. Luego de una larga charla, trabajo arduo y decisiones difíciles, JungKook y él fueron a un orfanato en busca de algún niño.

JungKook quería buscar a algún niño al azar, alguno que le causara un amor tan grande como el que le tenía al rubio. Pero JiMin no. Habló con una de las monjas, él buscaba a niños separados de los demás, que no encajaban. Ahí encontró a KwangMin, JungHye y YoungMin. La luz de sus ojos.

KwangMin tan sólo tenía cinco años, miraba a todos bastante aterrado, tenía algunas marcas por sus brazos demostrando todo lo que sufría ahí dentro por culpa de los ya conocidos ataques de pánico y ordenaba unos cubos de juguetes de acuerdo a su tamaño. Por otro lado; JungHye, una chica que miraba a JiMin con el ceño fruncido y brazos cruzados. Por último; YoungMin, su mellizo. Un chico aislado, tanto como KwangMin. Miraba con timidez a JungKook y JiMin.

JungHye y YoungMin quedaron maravillados con Jeon JungKook, era su padre favorito. Era algo gracioso, ya que los dos mellizos tenían los mismos cautivantes ojos de éste.

Por otro lado, Kwangmin no lo expresaba. Era un cofre cubierto de cientos de cadenas con candados, pero JiMin sabía que alguien tendría esa llave que revelaría el amor que podía dar su pequeño hijo. Como lo hizo JungKook con él.

Los dos hombres quedaron encantados con los tres niños.

—¡Cariño! —JiMin salió de su trance al escuchar la voz del castaño—. KwangMin.

El mayor volteó para ver al pequeño pelirrojo golpear su cabeza contra la pared. Él corrió hacia el menor, dejando cualquier tarea de lado, incluso a su esposo y demás hijos.

—¿Qué pasa, bebé?

—M-Me llamo KwangMin —dejó de golpearse contra la pared, en cambio, guió sus gorditas manos a sus mechones de cabello con la intención de tirar de ellos—. N-No soy b-bebé.

—Y yo m-me llamo JiMin.

—N-No —frunció el ceño olvidando el daño que se estaba ocasionando—, t-tú eres p-papá u-uno.